Probablemente haya oído hablar de la importancia de la resiliencia. Es fundamental en momentos de crisis. Pero también es útil para enfrentar situaciones cotidianas que causan estrés, como el tránsito en la hora pico, los malentendidos entre amigos o cuando debe preparar a los niños para ir a la escuela.
Leigh Miller, LCSW, terapeuta y trabajadora social de Kaiser Permanente en el Sur de California, nos habla de lo que necesitamos para ser más resilientes.
¿Qué es la resiliencia y por qué es importante?
La mayoría de la gente conoce la palabra "resiliencia", pero a menudo la malinterpreta. La resiliencia es la capacidad de recuperarse de pensamientos o experiencias difíciles, pero no se basa en pensar en positivo ni en evitar el estrés.
"Ser resiliente implica estar presente en los momentos difíciles y manejar las emociones que surjan", dice Miller. "No se trata de evitar los sentimientos, sino de aceptarlos y confrontar hábilmente las situaciones".
La resiliencia también es parte de la salud mental. Puede ayudar a afrontar mejor el estrés y a agobiarse menos en momentos difíciles. Por otro lado, a quienes les resulta difícil desarrollar resiliencia les cuesta más recuperarse de las dificultades, las preocupaciones o la ansiedad, explica Miller. Es posible que se cierren en sí mismos, se vuelvan irritables o recurran al alcohol, el tabaco o las drogas para evitar sus sentimientos.
La dificultad para desarrollar resiliencia también puede tener efectos físicos, como insomnio, problemas en el estómago, dolores de cabeza y tensión muscular.
¿Es posible desarrollar la resiliencia?
Todos nacemos con algo de resiliencia, pero los niveles de cada uno pueden variar debido a cuestiones como la genética y los contextos económicos o sociales.1 Para ser más resilientes, podemos aprender a usar herramientas y estrategias de afrontamiento en momentos difíciles.
"Tener un kit de resiliencia puede ayudarnos a controlar la intensidad de la depresión, la ansiedad, el estrés o la preocupación, para que sean más fáciles de manejar", indica Miller.
Preste atención a sus sentimientos
El primer paso para desarrollar la resiliencia es aprender a identificar las diferentes emociones, tanto buenas como malas.
A lo largo del día, pregúntese: "¿Cómo me siento en este momento?". Luego, piense: "¿Qué necesito?".
Si tiene problemas para describir sus sentimientos, no es el único.
"A la gente le resulta difícil saber cómo se siente porque no le enseñan a hacerlo", explica Miller.
Por eso, recomienda usar un cuadro con "caritas de sentimientos" que ilustren diferentes emociones. Encontrará una amplia variedad de estilos sin costo en internet. Elija uno con el que se identifique y guarde la imagen en su teléfono o computadora. También puede imprimirlo y ponerlo en un lugar donde lo vea a menudo, por ejemplo, cerca de su escritorio o en el refrigerador. Puede ayudarle a reconocer mejor sus emociones y sentimientos.
Pida ayuda
Ser resiliente no implica enfrentar las dificultades por su cuenta. Está bien que pida ayuda cuando tiene problemas.
Será más fácil pedir ayuda si ha cultivado la relación con familiares, amigos, compañeros de trabajo o líderes religiosos y espirituales. Pueden ser un buen sistema de apoyo. También puede buscar un profesional o atención de salud mental para obtener el apoyo que necesita.
Haga una lista de sus aptitudes
Al tomar nota de sus aptitudes, tal vez descubra rasgos que había olvidado que tenía. Esto le servirá cuando se sienta triste, enfrente una dificultad o se enfoque en lo negativo.
Podría incluir cualidades como las siguientes:
- Tengo un gran sentido del humor.
- Soy confiable.
- Soy creativo.
Haga una lista de cosas que hacen que se sienta mejor
A veces, el estrés puede hacerle olvidar todos los recursos que pueden ser útiles. Anótelos para poder tenerlos presentes cuando los necesite.
Los recursos pueden incluir:
- meditar,
- salir a caminar o hacer su clase de ejercicio favorita,
- llevar un diario,
- cocinar,
- repetir afirmaciones
- leer,
- hablar con un amigo,
- escuchar música.
Practique la atención plena
Cuando nuestra mente permanece en el pasado, tendemos a deprimirnos y a sentir remordimientos; y cuando pensamos en el futuro, tendemos a sentir más ansiedad y temor, explica Miller. Practicar la atención plena puede ayudarnos a estar en el momento presente.
Aunque la meditación es una manera de practicar la atención plena, también puede lograrla con algo tan sencillo como escuchar el sonido del agua y sentir el jabón al lavarse las manos.
Evite compararse con otras personas
No es justo compararse con otras personas, especialmente en las redes sociales.
"Las redes sociales son una trampa de comparaciones y desaliento", sostiene Miller. "Nuestro cerebro no busca las similitudes, sino las diferencias. Por lo tanto, si se siente triste y ve lo que comparten otras personas sobre su vida, a menudo verá los aspectos de su propia vida que no le agradan".
Si siente estrés, ansiedad o depresión, limite o evite las redes sociales. También seleccione a quién seguir. Elija a las personas que reflejan sus valores y sus puntos fuertes. Y recuerde que lo que la gente publica en las redes sociales no siempre es una imagen fiel de la realidad.
Ayude a otras personas
Hacer cosas por los demás nos permite ver que no somos los únicos con dificultades. También puede ayudarnos a atravesar momentos difíciles con más autocompasión. Algunos estudios demuestran que ayudar a los demás permite reducir el estrés y aumentar la felicidad.2 En un estudio, se descubrió que los adultos mayores que colaboraban como voluntarios tenían una mayor sensación de bienestar y menos sentimientos de desesperanza y soledad.3
Los actos de amabilidad abarcan desde prestar servicios de manera voluntaria en un refugio para personas sin hogar hasta simplemente mantenerle la puerta abierta a alguien. Solo intente demostrarle a otra persona que se interesa por ella.
La resiliencia requiere práctica
La resiliencia es higiene para su salud mental y emocional, señala Miller.
"A veces se piensa que la resiliencia es algo que se alcanza y se mantiene para siempre", agrega. "Pero debemos trabajar en ella constantemente".
Y parte de ese trabajo es recordar que usted ya es fuerte.
"Ha superado dificultades", afirma Miller. "Puede perseverar, aunque tome tiempo, lo conseguirá".