Generalidades de la afección
¿Qué es una embolia pulmonar?
Una embolia pulmonar es la obstrucción repentina de un vaso sanguíneo mayor (arteria) en el pulmón, causada, por lo general, por un coágulo de sangre. En la mayoría de los casos, los coágulos son pequeños y no son mortales, pero pueden dañar el pulmón. Pero si el coágulo es grande y detiene el flujo de sangre hacia el pulmón, puede ser mortal. Un tratamiento rápido puede salvar su vida o reducir el riesgo de problemas futuros.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas más comunes son:
- Falta de aire repentina.
- Dolor de pecho agudo que es peor cuando usted tose o respira hondo.
- Una tos que produce una mucosidad espumosa de color rosa.
La embolia pulmonar también puede causar síntomas más generales. Por ejemplo, usted puede sentirse ansioso o a punto de estallar, sudar mucho, sentirse aturdido o mareado, o tener una frecuencia cardíaca rápida o palpitaciones.
Si tiene síntomas como estos, usted necesita consultar a un médico de inmediato, especialmente si son repentinos e intensos.
¿Cuál es la causa de la embolia pulmonar?
En la mayoría de los casos, la embolia pulmonar es causada por un coágulo de sangre en la pierna que se desprende y viaja hasta los pulmones. Es poco probable que un coágulo de sangre en una vena cerca de la piel cause problemas. Pero tener coágulos de sangre en venas profundas (trombosis venosa profunda) puede provocar una embolia pulmonar. Más de 300,000 personas cada año tienen trombosis venosa profunda o una embolia pulmonar.nota 1
Otras cosas pueden obstruir una arteria, como tumores, burbujas de aire, líquido amniótico o grasa que se libera en los vasos sanguíneos cuando se fractura un hueso. Sin embargo, son poco frecuentes.
¿Qué aumenta su riesgo de tener una embolia pulmonar?
Cualquier cosa que aumente su probabilidad de formar coágulos de sangre eleva su riesgo de tener una embolia pulmonar. Algunas personas nacen con sangre que coagula demasiado rápido. Otras cosas que pueden aumentar su riesgo incluyen:
- Estar inactivo durante períodos prolongados. Esto puede suceder cuando tiene que quedarse en la cama después de una cirugía o de una enfermedad grave, o cuando pasa mucho tiempo sentado en un vuelo o en un viaje en automóvil.
- Una cirugía reciente que involucró las piernas, la cadera, el abdomen o el cerebro.
- Algunas enfermedades, como el cáncer, la insuficiencia cardíaca, el ataque cerebral o una infección grave.
- El embarazo y el parto (especialmente si tuvo un parto por cesárea).
- Tomar píldoras anticonceptivas o terapia hormonal.
- El hábito de fumar.
Su riesgo de tener coágulos de sangre también es mayor si usted es un adulto mayor (especialmente si es mayor de 70 años) o tiene mucho sobrepeso (es obeso).
¿Cómo se diagnostica la embolia pulmonar?
Puede ser difícil diagnosticar una embolia pulmonar, debido a que los síntomas son como los de muchos otros problemas, como un ataque al corazón, un ataque de pánico o una neumonía. Un médico comenzará por hacerle un examen físico y hacerle preguntas acerca de sus antecedentes de salud y sus síntomas. Esto ayuda al médico a decidir si su riesgo de tener una embolia pulmonar es alto.
Según su riesgo, es posible que le realicen pruebas para buscar coágulos de sangre o para descartar otras causas de sus síntomas. Las pruebas pueden incluir análisis de sangre, una angiografía por tomografía computarizada y una gammagrafía pulmonar de ventilación y perfusión.
¿Cómo se trata?
Por lo general, los médicos tratan la embolia pulmonar con medicamentos que se llaman anticoagulantes. A menudo se los llama diluyentes de la sangre, pero en realidad no diluyen la sangre. Estos medicamentos ayudan a prevenir que se formen nuevos coágulos y evitan que los coágulos existentes crezcan.
La mayoría de las personas toma un anticoagulante por algunos meses. Las personas que tienen un riesgo alto de tener coágulos de sangre pueden necesitarlo durante el resto de sus vidas.
Si los síntomas son graves y ponen la vida en peligro, es posible que se usen medicamentos "destructores de coágulos" llamados trombolíticos. Estos medicamentos pueden disolver los coágulos rápidamente, pero aumentan el riesgo de tener un sangrado grave. Otra opción es una cirugía o un procedimiento mínimamente invasivo para extirpar el coágulo (embolectomía).
A algunas personas se les puede instalar un filtro en la gran vena (vena cava) que lleva la sangre de la parte inferior del cuerpo al corazón. Un filtro de vena cava ayuda a evitar que los coágulos de sangre lleguen a los pulmones.
Si usted ha tenido una embolia pulmonar en una ocasión, tiene más probabilidades de tener otra. Los anticoagulantes pueden ayudar a reducir su riesgo, pero aumentan su riesgo de sangrar. Si su médico le receta anticoagulantes, asegúrese de entender cómo tomar su medicamento en forma segura.
Usted puede reducir su riesgo de tener una embolia pulmonar haciendo cosas que ayudan a prevenir los coágulos de sangre en las piernas.
- Evite estar sentado durante mucho tiempo. Párese y camine un poco cada hora o flexione los pies a menudo.
- Empiece a moverse tan pronto como pueda después de una cirugía.
- Use medias de compresión si tiene riesgo alto.
- Si toma anticoagulantes, tómelos exactamente como se lo indica su médico.
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Causa
Una embolia pulmonar es causada por una arteria obstruida en los pulmones. La causa más común de tal obstrucción es un coágulo de sangre que se forma en una vena profunda en la pierna y viaja a los pulmones, donde se atasca en una arteria pulmonar más pequeña.
Casi todos los coágulos de sangre que causan embolia pulmonar se forman en las venas profundas de las piernas. También pueden formarse coágulos en las venas profundas de los brazos o de la pelvis.
A veces, se forman coágulos de sangre en las venas superficiales. Pero estos coágulos rara vez provocan embolias pulmonares.
En raras ocasiones, una embolia pulmonar puede ser causada por otras sustancias, entre las que se incluyen:
- Pequeñas masas de material infeccioso.
- Grasa, que puede liberarse al torrente sanguíneo después de ciertos tipos de fracturas de los huesos, cirugías, traumatismos o quemaduras graves.
- Burbujas de aire o sustancias que entran en la sangre a causa de un traumatismo, una cirugía o un procedimiento médico.
- Tumores causados por células cancerosas que crecen rápidamente.
Síntomas
Los síntomas de una embolia pulmonar pueden incluir:
- Falta de aire que puede ocurrir repentinamente.
- Dolor de pecho repentino y agudo que puede empeorar al respirar profundo o toser.
- Frecuencia cardíaca rápida.
- Respiración rápida.
- Sudoración.
- Ansiedad.
- Una tos que expulsa sangre o mucosidad espumosa de color rosa.
- Desmayos.
- Palpitaciones cardíacas.
- Señales de choque ("shock").
Una embolia pulmonar puede ser difícil de diagnosticar debido a que los síntomas pueden ocurrir junto con los de otras afecciones o ser similares a los de otras afecciones, como ataque al corazón, asma, ataque de pánico o neumonía. Además, algunas personas con embolia pulmonar no tienen síntomas.
Qué sucede
Si un coágulo de sangre grande obstruye una arteria del pulmón, el flujo de sangre puede detenerse por completo, lo cual causaría la muerte repentina. Un coágulo más pequeño reduce el flujo de sangre y puede causar daño al tejido del pulmón. Pero si el coágulo se disuelve por sí solo, es posible que no cause ningún problema importante.
Por lo general, los síntomas de embolia pulmonar comienzan repentinamente. La reducción del flujo de sangre a uno o los dos pulmones puede causar falta de aire y frecuencia cardíaca rápida. La inflamación del tejido que recubre los pulmones y la pared torácica (pleura) puede causar un dolor de pecho agudo.
Sin tratamiento, es probable que la embolia pulmonar reaparezca.
Complicaciones de la embolia pulmonar
- Paro cardíaco y muerte repentina
- Choque ("shock")
- Ritmos cardíacos anormales
- Muerte de una parte del pulmón, que se llama infarto pulmonar
- Una acumulación de líquido (derrame pleural) entre el recubrimiento externo de los pulmones y el recubrimiento interno de la cavidad torácica
- Embolia paradójica
- Hipertensión pulmonar
Los médicos considerarán medidas intensivas cuando tratan una embolia pulmonar grande y potencialmente mortal.
Embolia pulmonar crónica o recurrente
Es posible que los coágulos de sangre que causan la embolia pulmonar se disuelvan por sí solos. Pero si usted ha tenido una embolia pulmonar, tiene un mayor riesgo de tener un episodio repetido si no recibe tratamiento. Si la embolia pulmonar se diagnostica de inmediato, el tratamiento con medicamentos anticoagulantes puede prevenir la formación de nuevos coágulos de sangre.
El riesgo de tener otra embolia pulmonar por alguna otra causa que no sean los coágulos de sangre varía. Las sustancias que son reabsorbidas por el cuerpo, como el aire, la grasa o el líquido amniótico, no suelen aumentar el riesgo de tener otro episodio. El cáncer aumenta el riesgo de tener coágulos de sangre.
Tener episodios múltiples de embolia pulmonar puede reducir el flujo de sangre por los pulmones y el corazón en forma grave. Con el tiempo, esto aumenta la presión arterial en los pulmones (hipertensión pulmonar) y finalmente provoca una insuficiencia cardíaca derecha y posiblemente la muerte.
Qué aumenta el riesgo
Tener un coágulo de sangre en la vena profunda de la pierna y tener una embolia pulmonar previa son los dos factores de riesgo más importantes de embolia pulmonar.
Para obtener más información sobre los factores de riesgo de coágulos de sangre en las piernas, vea el tema Trombosis venosa profunda.
Muchas cosas pueden aumentar su riesgo de tener un coágulo sanguíneo. Estas incluyen:
- Tener un flujo de sangre lento, coagulación anormal y una lesión en un vaso sanguíneo.
- La edad. A medida que las personas envejecen (especialmente después de los 70 años), la probabilidad de que se les formen coágulos de sangre es mayor.
- El peso. Tener sobrepeso aumenta el riesgo de que se formen coágulos.
- No tomar los medicamentos anticoagulantes tal como le han sido recetados, excepto si su médico le ha dicho que deje de tomarlos.
Flujo de sangre lento
Cuando la sangre no circula con normalidad, es más probable que se formen coágulos. La circulación reducida puede ser el resultado de:
- Reposo en cama a largo plazo, como cuando se está obligado a permanecer en cama después de una operación, una lesión o una enfermedad grave.
- Viajar y pasar mucho tiempo sentado, especialmente cuando se viajan grandes distancias en avión.
- Parálisis de las piernas. Cuando se usan los músculos, los músculos se contraen y eso comprime los vasos sanguíneos en los músculos y alrededor de estos. La compresión ayuda a que la sangre vuelva al corazón. La parálisis puede reducir la circulación debido a que los músculos no pueden contraerse.
Coagulación anormal
Algunas personas tienen sangre que coagula con demasiada facilidad o demasiado rápido. Las personas con este problema tienen más probabilidades de formar coágulos más grandes que pueden desprenderse y viajar a los pulmones. Las afecciones que pueden causar un aumento de la coagulación incluyen:
- Factores hereditarios. Algunas personas tienen una tendencia hereditaria a que se les formen coágulos de sangre que pueden provocar embolia pulmonar.
- Antecedentes familiares de parientes cercanos, por ejemplo, un hermano, que haya tenido trombosis venosa profunda o una embolia pulmonar.
- Cáncer y su tratamiento.
- Enfermedades de los vasos sanguíneos, como várices, ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca o un ataque cerebral.
- Embarazo. El riesgo de una mujer de que se le formen coágulos de sangre aumenta tanto durante el embarazo como al poco tiempo del parto.
- Usar terapia hormonal o píldoras anticonceptivas o parches.
- El hábito de fumar.
Lesión de la pared del vaso sanguíneo
La probabilidad de que la sangre se coagule en las venas y en las arterias es mayor poco después de que estas se lesionan. Una vena puede ser lesionada por:
- Una cirugía reciente que involucró las piernas, la cadera, el abdomen o el cerebro.
- Un tubo (catéter) colocado en una vena grande del cuerpo (catéter venoso central).
- Daño por una lesión, como, por ejemplo, una rotura de cadera, quemadura grave o infección grave.
Cuándo pedir ayuda
Llame al 911 o a otros servicios de emergencia de inmediato si usted cree que tiene síntomas de embolia pulmonar.
Los síntomas incluyen:
- Falta de aire repentina.
- Dolor de pecho agudo que a veces empeora al respirar profundo o toser.
- Toser sangre.
- Desmayos.
- Pulso rápido o latido irregular del corazón.
- Ansiedad o sudoración.
Llame a su médico de inmediato si tiene síntomas de un coágulo de sangre en la pierna, incluyendo:
- Hinchazón, sensación de calor o sensibilidad en las partes blandas de su pierna. La hinchazón también puede aparecer como una protuberancia hinchada a lo largo de un vaso sanguíneo que usted puede palpar.
- Dolor en la pierna que empeora cuando usted se pone de pie o camina. Esto es especialmente importante si también tiene hinchazón o piel enrojecida en la pierna.
Los coágulos de sangre en las venas profundas de la pierna son la causa más común de la embolia pulmonar. Para obtener más información sobre estos tipos de coágulos de sangre, vea el tema Trombosis venosa profunda.
A quién consultar
Los profesionales de la salud que pueden diagnosticar una embolia pulmonar incluyen:
- Un médico de sala de urgencias.
- Un médico de medicina interna (internista).
- Un médico de medicina familiar.
- Una enfermera practicante o un asistente médico.
- Un neumólogo.
- Un cardiólogo.
- Un cirujano. La mayoría de las veces, se trata de un cirujano general, un cirujano ortopédico (de los huesos) o un cirujano vascular (de las venas).
- Un obstetra (si la embolia pulmonar está relacionada con un embarazo).
Exámenes y pruebas
Diagnosticar la embolia pulmonar es difícil, debido a que existen muchas otras afecciones médicas, como un ataque al corazón o un ataque de ansiedad, que pueden causar síntomas similares.
El diagnóstico depende de un historial médico exacto y minucioso, y de descartar otras afecciones. Su médico necesitará saber acerca de sus síntomas y de sus factores de riesgo para la embolia pulmonar. Esta información, combinada con un examen físico cuidadoso, indicará cuáles son las mejores pruebas iniciales para diagnosticar una trombosis venosa profunda o una embolia pulmonar.
Pruebas que se realizan a menudo si usted tiene falta de aire o dolor de pecho incluyen:
- Una radiografía de pecho (tórax). Los resultados podrían descartar un corazón agrandado o una neumonía como causa de sus síntomas. Si la radiografía de pecho es normal, usted podría necesitar pruebas adicionales.
- Electrocardiograma (ECG). La actividad eléctrica del corazón se registra con esta prueba. Los resultados del ECG ayudarán a descartar un posible ataque al corazón.
Las pruebas adicionales pueden incluir:
- Dímero D. Un análisis de sangre de dímero D mide una sustancia que se libera cuando se descompone un coágulo de sangre. Los niveles de dímero D suelen ser altos en las personas con embolia pulmonar.
- Tomografía computarizada (CT) o angiotomografía. Estas pruebas pueden hacerse para ver si hay una embolia pulmonar o un coágulo de sangre que pueda causar una embolia pulmonar.
- Examen de imágenes por resonancia magnética (MRI). Esta prueba puede usarse para ver los coágulos en los pulmones.
- Ecografía Doppler. Una prueba de ecografía Doppler usa ondas sonoras reflejadas para determinar si hay un coágulo de sangre presente en las venas grandes de las piernas.
- Ecocardiograma. Esta prueba detecta anormalidades en el tamaño o el funcionamiento del ventrículo derecho del corazón, que pueden ser una señal de una embolia pulmonar.
- Gammagrafía de ventilación/perfusión. Esta prueba detecta el flujo de sangre anormal en los pulmones después de que se inyecta un marcador radiactivo y usted respira un gas radiactivo.
- Angiografía pulmonar. Esta prueba invasiva se realiza solamente en raras ocasiones para diagnosticar una embolia pulmonar.
Después de que su médico haya determinado que usted tiene una embolia pulmonar, otras pruebas pueden ayudar a guiar el tratamiento y a sugerir lo bien que se recuperará. Estas pruebas pueden incluir:
- Un análisis de sangre para verificar el nivel de la hormona péptido natriurético cerebral (BNP, por sus siglas en inglés). Tener niveles altos de BNP significa que el corazón está funcionando con mayor esfuerzo.
- Un análisis de sangre para observar el nivel de la proteína troponina. Tener niveles más altos de troponina puede significar que el músculo cardíaco está dañado.
Generalidades del tratamiento
El tratamiento de la embolia pulmonar se concentra en prevenir embolias pulmonares futuras usando medicamentos anticoagulantes. Los anticoagulantes evitan que los coágulos de sangre existentes se agranden y ayudan a evitar que se formen nuevos coágulos.
Si los síntomas son graves y ponen la vida en peligro, se necesita tratamiento inmediato y a veces intensivo. El tratamiento intensivo puede incluir medicamentos trombolíticos, que pueden disolver un coágulo de sangre rápidamente, pero también aumentan el riesgo de tener un sangrado intenso. Otra opción para una embolia pulmonar grande que pone en peligro la vida es el extirpar el coágulo. Esto se llama embolectomía. Una embolectomía se hace durante una cirugía o un procedimiento mínimamente invasivo.
También es posible que algunas personas se beneficien de que les inserten un filtro de vena cava en la gran vena central del cuerpo. Este filtro puede ayudar a evitar que los coágulos de sangre lleguen a los pulmones. Este filtro podría usarse si tiene problemas para tomar un anticoagulante.
Prevención
El uso diario de medicamentos anticoagulantes puede ayudar a prevenir una embolia pulmonar recurrente al evitar que se formen nuevos coágulos de sangre y evitar que crezcan los coágulos existentes.
El riesgo de que se forme otro coágulo de sangre es mayor en las semanas posteriores al primer episodio de embolia pulmonar. El riesgo disminuye con el tiempo. Pero el riesgo sigue siendo alto durante meses y a veces años, según cuál haya sido la causa de la embolia pulmonar. Las personas con coágulos de sangre y/o embolia pulmonar recurrentes podrían tener que tomar anticoagulantes a diario durante el resto de sus vidas. Los medicamentos anticoagulantes también se usan a menudo en personas que no hacen actividad física debido a una enfermedad o una lesión o personas que van a realizarse una cirugía en las piernas, la cadera, el abdomen o el cerebro.
También pueden usarse otros métodos preventivos, como:
- Empezar a moverse al poco tiempo de la cirugía.
- Usar medias de compresión para ayudar a prevenir la trombosis venosa profunda en las piernas si usted tiene un mayor riesgo de tener esta afección.
Tome medidas para prevenir los coágulos de sangre durante un viaje, como caminar cada hora. Debido a los largos períodos de inactividad, usted corre mayor riesgo de coágulos de sangre cuando está viajando.
Si usted ya tiene un riesgo alto de embolia pulmonar o de trombosis venosa profunda, hable con su médico antes de hacer un viaje largo en avión o en automóvil. Pregunte si debe tomar precauciones especiales para prevenir los coágulos de sangre durante un viaje.
Cuidado personal
El tratamiento en el hogar no se recomienda como tratamiento inicial de la embolia pulmonar. Pero es importante para evitar que se formen más coágulos y causen una trombosis venosa profunda, que puede provocar embolia pulmonar recurrente.
Las medidas que reducen su riesgo de llegar a tener una trombosis venosa profunda incluyen las siguientes:
- Tome los medicamentos anticoagulantes exactamente según las indicaciones.
- Haga ejercicio. Mantenga la sangre de las piernas en movimiento apuntando los dedos de los pies hacia la cabeza, de modo que las pantorrillas queden estiradas, y después relajándolos. Repita. Este ejercicio es especialmente importante cuando está sentado durante períodos prolongados, por ejemplo, en viajes largos en automóvil o en avión.
- Después de haber tenido una enfermedad o cirugía, levántese de la cama tan pronto como sea posible. Es muy importante comenzar a moverse tan pronto como pueda. Si no puede levantarse de la cama, haga los ejercicios para las piernas descritos anteriormente a cada hora para mantener la sangre en movimiento en las piernas.
- Deje de fumar.
- Use medias de compresión para ayudar a prevenir la trombosis venosa profunda en las piernas si tiene un mayor riesgo de tener esta afección.
Para obtener más información sobre cómo prevenir la formación de coágulos, vea el tema Trombosis venosa profunda.
Medicamentos
Ciertos medicamentos pueden ayudar a prevenir episodios reiterados de embolia pulmonar al prevenir la formación de nuevos coágulos de sangre o evitar que se agranden los coágulos existentes.
Anticoagulantes
Se recetan anticoagulantes cuando se diagnostica embolia pulmonar o cuando existen fuertes sospechas de esta.
Probablemente tome un anticoagulante por al menos 3 meses después de una embolia pulmonar para reducir el riesgo de tener otro coágulo sanguíneo.nota 2 Puede que usted tenga que continuar el tratamiento con anticoagulantes durante el resto de su vida si el riesgo de tener otra embolia pulmonar permanece alto.
Se usan distintos tipos de anticoagulantes para tratar la embolia pulmonar. Hable con su médico para decidir qué medicamento es adecuado para usted.
En el hospital, podrían darle un anticoagulante en forma de inyección o a través de una IV. Después de que vuelva a su casa, podría administrarse inyecciones por unos días. Para el tratamiento a largo plazo, probablemente tome una pastilla.
Los anticoagulantes incluyen:
- Apixabán.
- Dabigatrán.
- Edoxabán.
- Heparina.
- Rivaroxabán.
- Warfarina.
Consejos de seguridad al tomar anticoagulantes
Si toma un anticoagulante, usted puede tomar medidas para prevenir el sangrado. Esto incluye prevenir lesiones y hacerse análisis de sangre con regularidad si es necesario.
Trombolíticos
Los medicamentos para disolver coágulos (trombolíticos) no se usan comúnmente para tratar la embolia pulmonar. A pesar de que pueden disolver un coágulo de sangre rápidamente, los trombolíticos también aumentan en gran medida el riesgo de sangrado grave. A veces se usan para tratar una embolia pulmonar potencialmente mortal.
Cirugía
La extirpación de un coágulo se llama embolectomía. Una embolectomía puede hacerse durante una cirugía. O puede hacerse con un procedimiento mínimamente invasivo que usa un catéter (un tubo fino que se guía a través de un vaso sanguíneo). Este tipo de tratamiento para la embolia pulmonar se usa solo en raras ocasiones. Se considera en el caso de las personas que no pueden recibir otro tipo de tratamiento o que tienen coágulos tan peligrosos que no pueden esperar a que los medicamentos den resultado. Una embolectomía también puede ser una opción para una persona que tiene una afección estable, pero que muestra señales de tener un flujo de sangre significativamente reducido en la arteria pulmonar.
Para pensar
La cirugía aumenta el riesgo de formar nuevos coágulos de sangre que pueden causar otra embolia pulmonar.
Otro tratamiento
Si ni la cirugía ni los medicamentos son una opción, pueden considerarse otros métodos para prevenir una embolia pulmonar, como un filtro de vena cava.
Otras opciones de tratamiento
Puede insertarse un filtro de vena cava en la gran vena central que pasa por el abdomen y devuelve sangre del cuerpo al corazón (la vena cava). Este filtro puede evitar que los coágulos de sangre de las venas de la pierna o la pelvis se desplacen a los pulmones y al corazón. Estos filtros pueden ser permanentes o extraíbles.
Para pensar
Los filtros de vena cava no se recomiendan normalmente como primer tratamiento para la embolia pulmonar. Pero podrían usarse para algunas personas. Por ejemplo, pueden usarse si una persona no puede tomar un anticoagulante.
Los filtros de vena cava pueden causar problemas de salud graves si se rompen o si quedan obstruidos por uno o más coágulos de sangre.
Información relacionada
Referencias
Citas bibliográficas
- U.S. Department of Health and Human Services (2008). The Surgeon General's call to action to prevent deep vein thrombosis and pulmonary embolism. Available online: http://www.surgeongeneral.gov/library/calls/deepvein/index.html.
- Guyatt GH, et al. (2012). Executive summary: Antithrombotic therapy and prevention of thrombosis, 9th ed.—American College of Chest Physicians evidence-based clinical practice guisdelines. Chest, 141(2, Suppl): 7S–47S.
Créditos
Revisado: 31 julio, 2024
Autor: El personal de Ignite Healthwise, LLC
Comité de revisión clínica
Todo el material educativo de Healthwise es revisada por un equipo que incluye médicos, enfermeras, profesionales sanitarios avanzados, dietistas registrados y otros profesionales de atención médica.
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