A medida que crecen, los bebés se mueven de manera natural dentro del útero. Alrededor de la semana 18 de embarazo, podrá comenzar a sentir sus movimientos. Al principio, sentirá como aleteos apenas perceptibles. Según algunas personas, los primeros movimientos parecen revoloteos de mariposas.
Durante el segundo trimestre, a medida que su bebé crece y se hace más fuerte, sentirá movimientos más definidos. Por lo general, alrededor de la mitad del embarazo, o entre las semanas 18 y 20, el bebé puede flexionar y doblar las rodillas, los codos y los nudillos.
En esta etapa del embarazo, podrá sentir que el bebé hace lo siguiente:
- Patea
- Se rueda
- Se estira
- Se da vuelta
- Gira
Mientras crecen, a los bebés les gusta descansar en posiciones que les resultan cómodas, y pueden ir cambiando sus preferencias con el transcurso de los días. A veces, algún movimiento del bebé puede incomodarla un poco, por ejemplo, si le da un golpe o una patada, pero la incomodidad desaparece cuando el bebé cambia de posición. A medida que avanza el embarazo y que el bebé se acomoda en la posición de parto, es probable que ya no sienta giros o vueltas tan notorios. Cuando ingrese en las últimas semanas de embarazo, quizá vuelva a sentir patadas y codazos con más frecuencia.
Dado que cada bebé tiene su propia personalidad, es posible que se muestre más activo a determinadas horas del día o de la noche. Es probable que no sienta el movimiento del bebé constantemente, pero podrá llegar a percibirlo más después de comer o beber algo. También es probable que se mueva más cuando escuche su voz u otros sonidos, como la música.
Los bebés suelen moverse cuando la mamá se sienta o se queda quieta. Si camina un poco, seguramente ayudará a tranquilizar a su bebé.
Lo más importante es que usted sienta que su bebé se mueve varias veces al día, todos los días. Si no nota ningún movimiento, comuníquese con el profesional clínico de salud o el equipo de atención.