Criar a los hijos es una tarea gratificante, pero también desafiante. En algún momento, todos los padres y las madres se sienten agotados, abrumados y estresados. Sin embargo, cuando estos sentimientos se acumulan con el tiempo, pueden llegar a convertirse en agotamiento parental y afectar seriamente la salud.
Comprender sus manifestaciones y encontrar estrategias efectivas para controlar el estrés parental puede ayudarle a afrontar las múltiples exigencias de la crianza de los hijos.
¿Qué es el agotamiento parental?
El término “agotamiento” se utiliza con frecuencia. Pero, ¿qué significa realmente? En esencia, se trata de un estado de desgaste emocional, físico y mental provocado por el estrés. Según la Dra. Karen R. Stewart, psiquiatra infantil y adolescente de Kaiser Permanente: “El estrés crónico es la fase previa al agotamiento parental. Y cuando un padre alcanza ese punto, el nivel de estrés cambia: simplemente, ya no queda nada que dar”.
Aunque el agotamiento parental no es un fenómeno nuevo, hoy en día se habla de él más que nunca. El Cirujano General de EE. UU. alerta sobre el estrés parental como una urgencia de salud pública. De hecho, el 48 % de los padres afirma que, la mayoría de los días, su nivel de estrés es abrumador.*
Si usted es padre o madre y le preocupa el agotamiento, no está solo. A continuación, le ayudaremos a identificar los signos de advertencia y le brindaremos estrategias para controlarlos.
Síntomas del agotamiento parental
Cada padre y madre es único. Y el agotamiento parental puede manifestarse de manera diferente en cada persona. Tal vez piense que afecta únicamente su salud mental, lo cual es cierto, pero también impacta en su cuerpo. “No se me ocurre ninguna parte del cuerpo que el agotamiento parental no afecte”, afirma la Dra. Stewart.
Signos y síntomas físicos
- Sensación de agotamiento o dificultad para dormir
- Dolores de cabeza
- Salpullido
- Malestar estomacal
- Enfermarse con más frecuencia debido a un sistema inmunitario debilitado
Signos y síntomas mentales y emocionales
- Tristeza
- Irritabilidad
- Falta de motivación o concentración
- Dificultad para tomar decisiones
- Sentirse emocionalmente distante de su hijo
Si no se trata a tiempo, el estrés crónico y el agotamiento pueden derivar en problemas graves como enfermedades cardiacas, presión arterial alta, ansiedad y depresión. Ante la aparición de síntomas, es fundamental actuar antes de que el agotamiento parental se agrave.
Maneras sencillas de controlar el agotamiento parental
Los padres y las madres suelen poner sus propias necesidades al final de una interminable lista de tareas pendientes. Sin embargo, descuidarse de manera constante aumenta el riesgo de agotamiento. Afortunadamente, existen estrategias sencillas para prevenirlo. Como señala la Dra. Stewart: “La mejor manera de controlar el agotamiento es intentar prevenirlo”.
Priorice el cuidado personal
¿Cuándo fue la última vez que hizo algo solo para usted? Equilibrar las necesidades de su hijo con las propias nunca es fácil, pero como la Dra. Stewart les recuerda a sus pacientes: “No se puede servir desde una taza vacía”.
El cuidado personal no tiene por qué ser costoso ni demandar demasiado tiempo. Lea un libro, aunque solo sean unas pocas páginas. Llame a un amigo y converse. Prepárese una taza de té, programe un cronómetro de 10 minutos y simplemente siéntese en silencio para disfrutar el momento. Pequeños gestos de amabilidad hacia usted mismo pueden marcar una gran diferencia en su bienestar.
Coma sano y manténgase activo
Puede parecer evidente, pero a veces el ritmo de la vida dificulta incluso lo más básico. No es necesario cocinar todas sus comidas desde cero; basta con asegurarse de tener opciones saludables y prácticas a su alcance. Por ejemplo, una manzana o un puñado de frutos secos son alternativas rápidas y nutritivas que no requieren preparación.
Intente encontrar momentos para hacer actividad física cuando sea posible. Mover el cuerpo no solo ayuda a aliviar el estrés, sino que también favorece un mejor descanso, lo que puede contribuir a que se sienta con más energía durante el día. Y si el cansancio le impide realizar una sesión completa de ejercicio, recuerde que incluso una caminata de 5 minutos suma.
Deje de lado la perfección
Ni el padre ni la madre perfectos existen. El agotamiento puede aparecer fácilmente cuando se establecen expectativas demasiado altas. “Me gusta recordarles a mis pacientes que no sean demasiado duros consigo mismos”, señala la Dra. Stewart. “A veces, dar el 40 % es lo mejor que podemos hacer, y en otras ocasiones, llegamos al 99 %. Lo importante es intentarlo”.
Compararse con otros padres solo genera estrés y agotamiento. Concéntrese en lo que es saludable para usted y su familia en lugar de en lo que hacen los demás. “La comparación mata la alegría”, advierte la Dra. Stewart. “Pregúntese: ¿Ama a sus hijos? ¿Los niños comen bien? ¿Están seguros? Si la respuesta es sí, entonces lo está haciendo muy bien”.
Encuentre maneras de relajarse
Pequeñas acciones como respirar profundamente, escuchar música o hacer estiramientos pueden ayudarle a calmar la mente y recuperar la tranquilidad. También puede probar alguna de las muchas aplicaciones digitales que ofrecen ejercicios de atención plena, meditaciones guiadas y más. Dedicar unos minutos a este tipo de prácticas puede reducir el estrés, mejorar el descanso y permitirle recargar energías.
Pida ayuda
Es cierto que, como padre o madre, tiene muchas responsabilidades. Sin embargo, no tiene que afrontarlas todas solo. Es probable que haya personas en su vida dispuestas a ayudarle a aliviar la carga, pero no sabrán cómo hacerlo a menos que usted lo pida.
Si comparte la crianza de sus hijos, organícense para turnarse en tareas como llevarlos a la escuela, preparar la comida y encargarse de otras responsabilidades diarias. Pida ayuda a familiares y amigos para cuidar de los niños, hacer mandados o, simplemente, para que le escuchen cuando necesite hablar. Dicen que la crianza requiere un equipo, así que permítase apoyarse en el suyo.
Cuándo hablar con su médico sobre el agotamiento parental
A veces, los padres no reconocen el agotamiento hasta que interfiere con su vida diaria. “No es solo cuestión de cumplir con las necesidades de sus hijos, sino también de atender las propias”, explica la Dra. Stewart. “Si la ansiedad y el cansancio son tan intensos que le resulta difícil seguir adelante, puede ser el momento de consultar a su médico”.
Estos son algunos signos de agotamiento parental a los que debe prestar atención:
- Cambios en los hábitos diarios: ¿Se ducha o cepilla los dientes con menos frecuencia? ¿Duerme menos de lo habitual? ¿Se salta comidas?
- Mayor uso de sustancias: ¿Recurre al alcohol, la marihuana u otras sustancias para relajarse o sentirse mejor?
- Cambios en sus relaciones: ¿Pasa menos tiempo con su familia y amigos o nota que se están distanciando?
Cada experiencia es diferente, pero estos signos pueden indicar depresión o ansiedad. Su médico puede ayudarle a acceder a apoyo para la salud mental si lo necesita. Podría recomendarle cambios en el estilo de vida, terapia, medicación o una combinación de estos enfoques para aliviar los síntomas y recuperar el bienestar.
Téngase paciencia y controle el estrés con calma
Los padres y madres pueden evitar que las presiones diarias se vuelvan inmanejables si detectan a tiempo las señales de agotamiento y adoptan estrategias saludables para afrontarlo. Dedique tiempo a su propio bienestar. Permítase no ser perfecto. Y pida ayuda cuando la necesite, ya sea hablando con su médico o apoyándose en sus seres queridos.
Si logra desarrollar estas habilidades parentales esenciales, tanto usted como su familia estarán más felices y saludables.