Consejos para el cuidador

Generalidades

Muchas personas cuidan de una pareja, un padre, un amigo o un familiar que padece una discapacidad o una enfermedad. Cuidar puede ser una experiencia gratificante. Pero cuidar también puede ser estresante.

Hay tres pasos a seguir para ser un buen cuidador:

Cuídese.

Haga ejercicio de forma regular, obtenga la nutrición y el descanso adecuados, y hágase controles médicos regulares. Y tómese tiempo libre para participar en actividades placenteras y satisfactorias.

No ayude demasiado.

Ayude a la persona a la que cuida a ser lo más independiente posible. Por ejemplo, deje que la persona tome tantas decisiones como le sea posible.

Pida ayuda.

Acepte el apoyo de los demás. Una ayuda en el momento adecuado puede marcar la diferencia. Por ejemplo, pídales a sus familiares o amigos que vayan a buscar algunos artículos en la tienda de comestibles.

Consejo 1: Cuídese

Cuidarse es el paso más importante que debe seguir como cuidador. Ser cuidador puede ser estresante, incluso en las mejores situaciones. Estas son algunas cosas importantes para las que debe encontrar tiempo, tiempo solo para usted.

• Tome una clase sobre cuidados.

  Conocerá a otros cuidadores y aprenderá nuevas maneras de afrontar situaciones difíciles. Para encontrar clases en su área, comuníquese con la Alianza de Cuidadores de Familia (Family Caregiver Alliance [www.caregiver.org]).

• Haga algo de ejercicio.

  Es posible que se sienta mejor y duerma mejor si hace ejercicio. Los expertos dicen que trate de hacer actividad moderada al menos 2½ horas a la semana.^{nota 1}

• Consuma comidas y refrigerios saludables.

  Cuando está ocupado brindando cuidados, podría parecer más fácil comer comida rápida que preparar comidas saludables. Pero es fácil preparar comidas saludables y una alimentación saludable le dará más energía para poder superar cada día.

• Duerma lo suficiente.

  Si no duerme lo suficiente por la noche, duerma una siesta durante el día. Planifique tener al menos una noche completa de descanso cada semana.

• Tómese tiempo para hacer una actividad que disfrute.

  Por ejemplo, encuentre tiempo para leer, escuchar música, pintar, hacer manualidades o tocar un instrumento, incluso si solo puede hacerlo durante unos minutos al día. Si le gusta asistir a actividades religiosas o tomar clases, pídale a un amigo o familiar que cuide a su ser querido durante una o dos horas, una o dos veces a la semana, para que usted pueda realizar esas actividades.

• Hágase controles médicos regulares.

  Esto incluye controles dentales. Incluso si siempre ha estado sano, es necesario que siga estándolo. Conozca las señales de la depresión y preste atención a la aparición de estas señales no solo en la persona a la que está cuidando, sino también en sí mismo. Si tiene sentimientos de tristeza o desesperanza persistentes, hable con su médico.

• Consiga el apoyo que necesite.

  Ayudar a un ser querido con problemas de salud puede ser difícil desde el punto de vista emocional. Si usted está teniendo problemas para hacer frente a sus sentimientos, pida consejo y asesoramiento de familiares, profesionales de salud mental capacitados o consejeros espirituales.

Consejo 2: No ayude demasiado

Como cuidador, su objetivo es ayudar a la persona a la que cuida a tener control sobre su propia vida (en la medida de lo posible). Estas son algunas formas en las que puede ayudarla a ser más independiente.

• Deje que la persona tome tantas decisiones como le sea posible.

  Por ejemplo, puede decidir qué ropa ponerse, qué comer o cuándo ir a dormir.

• Simplifique.

  Si está cuidando a alguien que tiene demencia leve, divida tareas complejas en pasos más sencillos. Por ejemplo, diga: "Primero, saca la caja de cereales. Luego, saca la leche".

• Hágalo fácil.

  Haga cambios en el hogar de la persona y dele medios para que pueda hacer cosas sin ayuda.

• Permita los errores.

  Saber que usted podría hacer algo mejor o más rápido puede ser frustrante cuando cuida a una persona. Tenga paciencia y deje que las cosas se hagan con resultados que no sean perfectos.

• Sea alentador.

  Ayude a que la persona se sienta bien tratando de hacer cosas por sus propios medios.

• Dele la responsabilidad de cuidar algo.

  Esto podría ser una mascota o una planta.

• Asigne tareas a la persona según cuáles sean sus habilidades.

  Si no está seguro de qué tareas son razonables, pregúntele al médico.

Consejo 3: Pida ayuda

La mejor respuesta a la pregunta "¿Necesita algo?" es "Sí". "Sí, necesito que alguien se quede aquí para poder salir". O "Sí, realmente me vendría bien una siesta". Permitir que otras personas le ayuden puede hacer que brindar cuidados sea más fácil.

• Pida ayuda.

  Cuando la familia o los amigos le ofrezcan ayuda, tenga preparadas ideas específicas. Permítales elegir algo que les gustaría hacer. Por ejemplo, podría pedirles que:

  • Compren algunos artículos en la tienda de comestibles.
  • Preparen una comida, limpien o trabajen en el jardín.
  • Se queden con la persona que cuida para que usted pueda salir durante un tiempo.
• Encuentre otras maneras de obtener ayuda.
  • Contrate a un adolescente o a una persona mayor para que le ayude durante algunas horas al día.
  • Busque una tienda de comestibles que haga envíos.
  • Contrate servicios de asistencia domiciliaria o un asistente de cuidados personales.
  • Inscríbase para obtener servicios domésticos o de tareas del hogar, o en el programa "Meals on Wheels".

¿Qué servicios están disponibles para ayudar a los cuidadores?

Hay muchos servicios disponibles para ayudar a los cuidadores. Incluyen los siguientes:

Servicio de relevo.

Este puede ser el servicio más importante para los cuidadores. Los servicios de relevo proporcionan a alguien que se quedará con la persona mientras usted sale de la casa por unas horas. Si la persona a la que cuida necesita atención médica de rutina, puede organizar su estancia en una residencia de ancianos durante unos días mientras usted se toma un descanso.

Centros de día para adultos.

Estos son sitios para "dejar a alguien", donde una persona que no necesita atención personalizada puede quedarse durante el día. Este servicio se suele ofrecer durante las horas de trabajo. Puede o no estar disponible los fines de semana. Se proporcionan comidas, servicios de cuidado personal y actividades sociales.

Hogares de acogida para adultos o residencias de acogida.

Estos son hogares privados donde los adultos mayores reciben cuidado personal, supervisión y comidas las 24 horas del día. Algunos estados exigen que las residencias de acogida estén autorizadas.

Residencias de ancianos.

Generalmente tienen dos niveles de atención. La atención intermedia incluye asistencia con el uso del baño, el vestirse y el cuidado personal para las personas que no tienen problemas médicos graves. La atención de enfermería especializada suele ser para personas que acaban de llegar del hospital o que tienen problemas médicos que requieren cuidados de enfermería más intensivos. Algunas instalaciones tienen unidades especiales para personas con demencia.

Programas de cuidados paliativos para enfermos terminales.

Estos proporcionan servicios sociales, personales y médicos para las personas que están cerca del final de la vida y que desean pasar el tiempo restante en el hogar o en un entorno menos formal que un hospital o una residencia de ancianos.

Programas y negocios de asistencia por discapacidad.

Estos proporcionan una gama de artículos y servicios para personas con diferentes tipos de discapacidades y para sus cuidadores. Por ejemplo, pueden proporcionar ropa y equipo especial, tecnología especial y educación.

Grupos de apoyo.

Estos grupos le dan la oportunidad de hablar acerca de problemas o inquietudes sobre el cuidado con otros cuidadores.