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Si es como la mayoría de las personas, usted vive cada día con el mismo ritmo: se despierta, desayuna, va a trabajar, hace mandados, se cepilla los dientes, se va a dormir y vuelve a comenzar.
Las rutinas son una manera natural de organizar y cumplir con sus obligaciones. Sin embargo, cuando vive siguiendo un calendario, es fácil pasar a piloto automático. Y, sin darse cuenta, termina más concentrado en lo que tiene que hacer que en disfrutar de lo que hace.
Para aprovechar al máximo estos momentos, le recomendamos cambiar de enfoque: convertir las rutinas mecánicas en rituales conscientes. "Los rituales le permiten concentrarse, practicar la atención plena y darle significado a su vida diaria", explica Michael Torres, PsyD, psiquiatra clínico de Kaiser Permanente. "Al emprender una tarea como si fuera un ritual, prestará más atención a los detalles, pensará más reflexivamente y sentirá orgullo por el trabajo realizado".
Estas son 5 maneras de transformar cualquier rutina en un ritual interesante y motivador.
Concéntrese en el momento
En lugar de desconectarse y dejar de pensar, tómese un momento para calmarse y compenetrarse con lo que está haciendo. Al cepillarse los dientes, concéntrese en cada movimiento, en el paso de la fila superior a la inferior y, de allí, a las encías. Cuando lave los platos, preste atención a cada pieza, a cómo la limpia y a cómo la acomoda para que se seque. "Ser consciente de cada acto puede promover la sensación de estar presente y conectado con el ‘ahora’ de una manera significativa", afirma el Dr. Torres.
Practique la gratitud
Practicar la gratitud consiste en dar las gracias por todo lo importante de la vida. Si nunca lo ha hecho, comience por demostrar su cariño a familiares y amigos. Además de pensarlo, ¡dígalo! Tomarse un momento para expresarles lo feliz que le hacen puede ayudarles a revivir juntos los buenos momentos compartidos. Esto puede generar una cadena de sonrisas que iluminarán su día y el de ellos.
También puede expresar gratitud por otras cosas, como las experiencias divertidas, la buena salud o el tener comida en la mesa. Un ritual diario sencillo es dar las gracias cada vez que come, por cada bocadillo y por cada comida. "Agradecer a la hora de comer es una excelente manera de conectarse como familia y de prepararse para una alimentación consciente", dice el Dr. Torres. Eso favorece doblemente el bienestar mental.
Capte el entorno
Al seguir una rutina, es fácil caer en la visión de túnel. Esto sucede cuando una persona está tan concentrada en terminar una tarea que todo a su alrededor se diluye en formas borrosas y ruidos de fondo.
En lugar de ir a prisa pensando en una sola cosa, dedique tiempo a observar su entorno. Preste atención a los paisajes, los sonidos, los aromas y las sensaciones del ambiente como si estuviera experimentándolos por primera vez. Al compenetrarse con lo que le rodea, sentirá que la presión y la urgencia de sus tareas comienzan a atenuarse naturalmente.
Reflexione con su familia
Practicar la gratitud es una excelente manera de iniciar una comida familiar, pero se puede hacer mucho más. El Dr. Torres recomienda aprovechar parte del tiempo en la mesa para ver cómo están sus familiares. Invítelos a compartir algo positivo y algo negativo que les haya ocurrido ese día para que reflexionen juntos. Reconocer lo que anda bien (y no tan bien) no solo les permite volver a conectar con lo sucedido, sino que también puede brindarles una nueva perspectiva y ayudarles a mirar el futuro con una actitud positiva.
Hágase tiempo para meditar
La meditación es una excelente manera de calmar la mente y relajarse, especialmente, cuando no está en actividad, por ejemplo, en los momentos tranquilos antes de dormirse y apenas se despierta.
Los beneficios de la meditación para la salud hablan por sí mismos. "La meditación es muy útil para reducir el estrés, mejorar el enfoque y la concentración, relajarse y llenar la mente de positividad. También puede ayudarnos a resolver problemas, mostrarnos otros puntos de vista y recordarnos qué es realmente importante en la vida".
No es necesario convertir cada rutina en un ritual ni intentar hacerlo todo al mismo tiempo. Empiece poco a poco, de a una sola actividad por vez. Preste atención a cómo responden su cuerpo y su mente. ¿Tiene menos estrés? ¿Descansa mejor? ¿Se siente más alegre? Luego, busque otras oportunidades de agregar rituales a su día. Como ocurre con cualquier habilidad, cuanto más practique, más aplicará la atención plena a su vida cotidiana.