Generalidades de la cirugía
Un rectocele se produce cuando el extremo del intestino grueso (recto) presiona contra la pared posterior de la vagina y la desplaza. Un enterocele (prolapso del intestino delgado) se produce cuando el intestino delgado presiona contra la pared superior de la vagina y la desplaza. Los rectoceles y los enteroceles pueden ocurrir si los músculos de la parte baja de la pelvis resultan dañados por el trabajo de parto, el parto o una cirugía pélvica previa o si los músculos se debilitan por el envejecimiento. Aunque es poco común, un rectocele o un enterocele puede estar presente al nacer (congénito).
Un rectocele o un enterocele puede agrandarse o volverse más evidente al esforzarse o pujar (por ejemplo, durante una evacuación intestinal). Un rectocele y un enterocele pueden ocurrir juntos.
Dado que el rectocele y el enterocele son anomalías del tejido que proporciona apoyo a la pelvis y no de la pared intestinal, se tratan con más éxito por medio de cirugía para reparar la pared vaginal. Esta cirugía une el tejido que se ha estirado o desgarrado en la zona de prolapso. La cirugía también fortalecerá la pared vaginal para evitar la recurrencia del prolapso. A menos que haya otro problema de salud que pudiera requerir una incisión abdominal, los rectoceles y los enteroceles generalmente se reparan a través de la vagina.
Qué esperar
Normalmente se utiliza anestesia general para reparar un rectocele o un enterocele. Es posible que permanezca en el hospital por 1 o 2 días. La mayoría de las personas puede regresar a sus actividades habituales al cabo de 6 semanas. Evite las actividades intensas durante las primeras 6 semanas. Y aumente su nivel de actividad gradualmente.
Se recupera la función intestinal normal al cabo de 2 a 4 semanas. Es importante evitar el estreñimiento durante este tiempo. Su médico le dará instrucciones especiales para el cuidado intestinal. Pero es importante incluir fuentes de fibra y cantidades adecuadas de líquido en su alimentación. Trate de beber entre 6 y 8 vasos de agua al día.
La mayoría de las personas pueden volver a tener relaciones sexuales en unas 6 semanas.
Por qué se hace
La reparación quirúrgica de rectoceles y enteroceles se utiliza para aliviar síntomas como la presión del movimiento intestinal que empuja contra la pared vaginal, el dolor en la parte baja de la espalda (lumbalgia) y el dolor durante el coito. Un enterocele puede no causar síntomas hasta que sea tan grande que llega al punto central de la cavidad vaginal.
Los rectoceles y los enteroceles suelen producirse junto con otro prolapso de órganos pélvicos, así que informe a su médico acerca de otros síntomas que tenga. Si su médico detecta un prolapso de vejiga (cistocele), un prolapso de uretra (uretrocele) o un prolapso uterino durante un examen pélvico, también se puede corregir ese problema durante la cirugía.
Sepa más
Cuál es su eficacia
La cirugía ayuda a mejorar los síntomas para la mayoría de las personas. Pero, en algunos casos, el prolapso vuelve a ocurrir varios años después de la cirugía.
Riesgos
Los riesgos de la reparación del rectocele y el enterocele son poco comunes, pero incluyen:
- Retención urinaria.
- Lesión en la vejiga.
- Lesión en el intestino o en el recto.
- Infección.
- Dolor durante el coito.
- Formación de una conexión o una abertura anormales entre dos órganos (fístula).
Créditos
Revisado: 30 abril, 2024
Autor: El personal de Ignite Healthwise, LLC
Comité de revisión clínica
Todo el material educativo de Healthwise es revisada por un equipo que incluye médicos, enfermeras, profesionales sanitarios avanzados, dietistas registrados y otros profesionales de atención médica.
Revisado: 30 abril, 2024
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