La historia de Ravi: Cómo afrontar el dolor de espalda y la depresión

La historia de Ravi

Ravi pensó que estaba sobrellevando bien su dolor de espalda. Se había acostumbrado a tener dolor la mayoría de los días desde que se lesionó la espalda en la universidad jugando al rugby. Concluyó que algo de dolor siempre sería parte de su vida.

Pero a lo largo de un par de meses, Ravi dejó de salir con amigos después del trabajo. Ya no salía en bicicleta con su hijo como solía hacerlo. Le contestaba mal a su esposa como nunca lo había hecho antes.

"Comencé a sentirme triste y enojado con mucha frecuencia", recuerda Ravi. "No quería hacer nada. La espalda me dolía más. Tenía problemas para concentrarme en el trabajo. Mi vida empezó a achicarse cada vez más".

Ravi había caído en depresión.

La conexión entre la depresión y el dolor de espalda

"Mi esposa me rogó que viera a mi médico, porque veía todos estos cambios en mi personalidad", dice Ravi. "Cuando el médico me dijo que estaba deprimido, lo vi como un defecto de mi carácter. Y no quise tomar ningún medicamento. Pensé que no quedaba otra más que ser fuerte y aguantarlo, tal como lo había hecho con mi dolor de espalda por los últimos 10 años".

El médico de Ravi lo convenció para que tomara un antidepresivo. "Me dijo que podría llevarme un mes o más tiempo para que el medicamento comenzara a tener efecto. Sugirió que mientras tanto viera a un profesional en asesoría para hablar acerca de cómo me estaba sintiendo. Tenía menos entusiasmo por eso que por el medicamento", dice Ravi entre risas.

Pero la consejera lo ayudó a ver la conexión entre su dolor de espalda y la depresión. "Ella dijo que vivir con dolor todo el tiempo puede desgastarte y hacer que te deprimas. Y la depresión puede a su vez empeorar el dolor. Eso es cierto en mi caso. Mientras más decaído me siento, más me duele la espalda".

La consejera hizo una grabación de imágenes guiadas para que Ravi la use como ayuda para relajarse cuando se siente malhumorado o ansioso. Ravi notó que cuando se disgustaba, sus músculos se contraían y tenía más dolor.

La consejera también le enseñó una técnica de respiración sencilla que podía usar en cualquier lugar. Hace esto 5 veces:

• Inhala, exhala y se dice a sí mismo: "Déjalo ir".
• Inhala, exhala y se dice a sí mismo: "Concéntrate en el presente".

Ravi también encontró consuelo en la oración y su fe.

"Finalmente empezaron a dar resultado: la asesoría y el medicamento. Comencé a sentirme mejor en pequeñas maneras. Apagué la televisión y comencé a salir en bicicleta con mi hijo. Salí a caminar con mi esposa. El ejercicio me ayudó con la espalda y mi estado de ánimo".

"Lo importante es darles a los medicamentos y la asesoría la oportunidad para que funcionen. Y no rendirse. Las cosas van a mejorar".

Esta historia se basa en información recopilada a partir de muchas personas que viven con este problema de salud.