Generalidades
Determinadas necesidades, temores, dinámicas familiares y maneras de comunicarse, razonar y sentirse aumentan el riesgo de que una persona llegue a tener un trastorno de la alimentación, como anorexia, bulimia o trastorno por sobreingesta compulsiva. Algunos de estos incluyen:
- Una necesidad de reconocimiento.
- Una necesidad de complacer a los demás, de tener el control o de ser perfecto.
- Baja autoestima.
- Miedo o ambivalencia acerca de crecer o acerca del desarrollo sexual.
- Dificultad para manejar conflictos o comunicar el enojo, la tristeza o el miedo.
- Problemas en las relaciones familiares, incluyendo dificultades para separarse de la familia.
Independientemente de lo irracional que parezca, un trastorno de la alimentación genera un sentido de identidad, logro y poder en determinadas personas que tienen estos rasgos de personalidad.
Una pequeña cantidad de personas que tienen trastornos de la alimentación también han sufrido abuso sexual o malos tratos físicos. Pueden tratar de controlar su entorno controlando la ingesta de alimentos.
Las personas que tienen trastornos de la alimentación también pueden:
- Tener problemas con su estado de ánimo, en particular con la depresión.
- Comportarse de una manera más infantil que otros niños o adolescentes de la misma edad.
- Tener dificultad para relacionarse con otras personas, ya sea debido a su irritabilidad o a su incapacidad para interactuar socialmente.
- Tener rituales o requerir que las cosas se hagan en un orden particular cada vez (tendencias obsesivo-compulsivas).