La historia de Joan
Joan calculó que necesitaría meses para recuperarse físicamente del ataque cardíaco de hace 2 años que provocó su insuficiencia cardíaca. No se dio cuenta de que necesitaría el mismo tiempo para recuperarse emocionalmente.
"Tenía solo 52 años cuando tuve el ataque cardíaco", dice. "La enfermedad cardíaca viene de familia, pero pensé que me había estado cuidando. Me pilló de sorpresa. Y luego tuve insuficiencia cardíaca debido a mi ataque cardíaco. Así que ahora tenía un problema de salud que no iba a desaparecer".
Sentirse como un "paciente del corazón"
El ataque cardíaco y la insuficiencia cardíaca cambiaron cómo Joan se veía a sí misma. Durante meses, no pudo hacer sus largas caminatas por el vecindario ni encontrarse con sus amigas para jugar al tenis.
"Pasé de ser esta persona realmente activa a apenas poder caminar al principio", dice. "Después de salir del hospital, me llevó mucho tiempo poder caminar, aunque fuera una distancia corta. Estaba tan sin aliento que tenía que parar tres veces para sentarme en la acera mientras intentaba dar la vuelta a la manzana".
Joan también se sentía deprimida por ser una "paciente del corazón" y por todos los medicamentos que tenía que tomar.
"Entré en una profunda depresión", dice. "Me sentaba en la mesa de la cocina y sentía que estaba inmersa en una nube de terror. Me sentía como otra persona. Sentía: 'Nunca voy a volver a ser la misma' ".
Además de la depresión, Joan se preocupaba mucho. Se sometió a rehabilitación cardíaca, así que estaba aprendiendo lentamente a ser más activa. Pero tenía ansiedad de que cualquier actividad le dañara el corazón.
"Sentía como que me iba a dar otro ataque cardíaco en cualquier momento", dice. "Podía sentir que mi corazón latía al subir las escaleras, incluso si lo hacía lentamente. Estaba convencida de que me iba a caer muerta justo ahí en las escaleras. Sabía que tenía que conseguir ayuda. No podía seguir estando triste y asustada todo el tiempo".
Cómo obtener ayuda
Joan habló sobre sus sentimientos con su pareja y con algunos de sus amigos más cercanos. Le dijeron que ella era la misma persona que siempre habían querido. Pero Joan sentía que necesitaba más ayuda. El médico le recomendó una psicóloga.
La psicóloga "me ayudó a ver que me estaba concentrando en todas las cosas que ya no podía hacer, en vez de las cosas que sí podía hacer. Puede que no sea capaz de jugar tenis individual tan intensamente como lo hacía antes, pero puedo jugar dobles. Todavía puedo nadar o salir a caminar. Quizás tenga que tomar más descansos, pero todavía puedo hacer esas actividades".
Una de las formas en que la psicóloga ayudó a Joan fue mostrándole cómo detener los pensamientos negativos cuando la abrumaban. "Me enseñó a reconocer cuando me digo cosas negativas y cómo dejar de hacerlo. Luego practico diciendo algo positivo".
El médico también le recetó un antidepresivo, el cual Joan planea tomar hasta que ella y el médico consideren que está lista para dejar de tomarlo.
Joan ha recuperado gran parte de su fuerza. Ella sabe que tendrá días buenos en los que tendrá mucha energía y días malos en los que se sentirá cansada.
"Pero estoy mucho mejor que cuando me sentaba en el borde de la acera fuera de mi casa y me sentía triste. Disfruto mi vida otra vez".
Esta historia se basa en información recopilada a partir de muchas personas que viven con este problema de salud.
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Créditos
Revisado: 31 julio, 2024
Autor: El personal de Ignite Healthwise, LLC
Comité de revisión clínica
Todo el material educativo de Healthwise es revisada por un equipo que incluye médicos, enfermeras, profesionales sanitarios avanzados, dietistas registrados y otros profesionales de atención médica.
Revisado: 31 julio, 2024
Autor: El personal de Ignite Healthwise, LLC
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