Ablación por radiofrecuencia para las várices

Generalidades del tratamiento

La ablación por radiofrecuencia es un tratamiento mínimamente invasivo para las várices. (Ablación significa que un médico usa calor para dañar tejido. Esto hace que se forme tejido cicatricial. El tejido cicatricial cierra la vena). Esta técnica usa energía de radiofrecuencia (en vez de energía de láser) para calentar y dañar la pared interna de una vena. Esto suele cerrar una várice en la pierna.

Para tratar una várice, se dirige la energía de radiofrecuencia a través de un tubo delgado (catéter) que se introdujo a través de una incisión pequeña en la vena. Puede usarse en venas grandes de la pierna. Puede hacerse en un consultorio con anestesia local o un sedante leve. Usted podrá caminar después del tratamiento. La recuperación suele ser corta.

Después del tratamiento, es posible que use vendas o medias de compresión. Su médico le dirá por cuánto tiempo tiene que usarlas. Como seguimiento, su médico usará la ecografía dúplex para asegurarse de que la vena está cerrada.

Cuál es su eficacia

La ablación por radiofrecuencia cierra las várices en aproximadamente 97 de cada 100 personas. Esto significa que no funciona en aproximadamente 3 de cada 100 personas.^{nota 1}

Las várices que no cierran pueden tratarse nuevamente. Las opciones incluyen otra ablación u otro tipo de procedimiento.

Riesgos

Los riesgos de la ablación por radiofrecuencia no son comunes. Los ejemplos de los riesgos incluyen:

• Quemaduras en la piel.
• Sensación de ardor, dolor o escozor después de la recuperación. Esto es por el daño nervioso. Estos síntomas suelen desaparecer con el tiempo.
• Formación de coágulos de sangre pequeños o grandes en la vena o en una vena profunda.