Tratamiento de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T (PDQ®) : Tratamiento - información para profesionales de salud [NCI]

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Esta información es producida y suministrada por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés). La información en este tema puede haber cambiado desde que se escribió. Para la información más actual, comuníquese con el Instituto Nacional del Cáncer a través del Internet en la página web http://cancer.gov o llame al 1-800-4-CANCER.

Información general sobre la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T

Cuadro clínico inicial

Los linfomas cutáneos de células T, entre los que se incluyen la micosis fungoide y el síndrome de Sézary, son neoplasias malignas de linfocitos T que, por lo general, tienen el fenotipo de superficie de células auxiliares o inductoras y al inicio se presentan con compromiso cutáneo.[1] Los linfomas cutáneos de células T se deben diferenciar de otros linfomas de células T que comprometen la piel, como el linfoma anaplásico de células grandes (positivo para CD30), el linfoma periférico de células T (negativo para CD30, sin compromiso epidérmico) o la leucemia o linfoma de células T en adultos (por lo general, con compromiso sistémico).[2,3] Para obtener más información sobre estos tipos de linfomas de células T, consultar Tratamiento del linfoma no Hodgkin periférico de células T.

Por lo general, la evolución natural del linfoma cutáneo de células T es lenta (indolente).[4] Es posible que los síntomas de la enfermedad se presenten durante periodos prolongados, en un intervalo de 2 a 10 años, porque las erupciones cutáneas son episódicas antes de que se confirme la enfermedad mediante biopsia. Para los linfomas cutáneos de células T se utiliza tratamiento tópico, tratamiento sistémico o ambos. Sin embargo, ha resultado difícil encontrar modalidades curativas, con la posible excepción de los pacientes con enfermedad mínima limitada a la piel.

Por otra parte, muchas afecciones benignas o de crecimiento lento se confunden con la micosis fungoide. Es importante consultar con un patólogo con experiencia en la distinción de estas afecciones.[1]

Pronóstico y supervivencia

El pronóstico de los pacientes con linfomas cutáneos de células T se basa en la extensión de la enfermedad (estadio) en el momento del cuadro clínico inicial.[5] La probabilidad de que haya linfadenopatía, compromiso de la sangre periférica y compromiso visceral aumenta con el empeoramiento del compromiso cutáneo, y define grupos de pronóstico precario.[5,6,7,8] El Cutaneous Lymphoma International Consortium llevó a cabo una revisión retrospectiva de 1275 pacientes y encontró que los siguientes 4 marcadores independientes de pronóstico indican una supervivencia más precaria:[9]

  • Enfermedad en estadio IV.
  • Edad mayor de 60 años.
  • Transformación a células grandes.
  • Concentraciones altas de lactato–deshidrogenasa.

La mediana de supervivencia después del diagnóstico varía según el estadio. Los pacientes con enfermedad en estadio IA presentan una mediana de supervivencia de 20 años o más. La mayoría de las muertes en este grupo no se deben a la micosis fungoide ni se relacionan con esta.[10,11] En cambio, más del 50 % de los pacientes con enfermedad en estadios III a IV mueren por micosis fungoide; la mediana de supervivencia es de cerca de 5 años.[7,9,12,13] En el Cutaneous Lymphoma International Prognostic Index se usó el sexo masculino, la edad mayor de 60 años, la presencia de placas, ganglios linfáticos, compromiso sanguíneo y compromiso visceral como factores de pronóstico precario que sirven para predecir la supervivencia general (SG) y la supervivencia sin progresión para los grupos en estadio temprano y avanzado.[14]

En un informe de 1798 pacientes de la base de datos del Programa de Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales (SEER) del Instituto Nacional del cáncer, se encontró un aumento de segundas neoplasias malignas en pacientes con micosis fungoide (razón de incidencia estandarizada, 1,32; intervalo de confianza [IC] 95 %, 1,15–1,52); en particular, linfoma de Hodgkin, linfoma no Hodgkin y mieloma.[15] En otro informe de 4459 pacientes de la base de datos SEER, se encontró que el 19,2 % de los pacientes afroamericanos con micosis fungoide presentaron una SG más reducida, lo que quizás se puede atribuir a las características de la enfermedad, el estado socioeconómico y el tipo de tratamiento (cociente de riesgos instantáneos, 1,47; IC 95 %, 1,25–1,74; P < 0,001).[16]

La enfermedad cutánea se puede manifestar en un estadio de mancha o placa eccematosa que cubre menos del 10 % de la superficie corporal (T1), un estadio en placas que cubren el 10 % o más de la superficie corporal (T2), o como tumores (T3) que con frecuencia sufren ulceración necrótica.[17,18] En varios estudios retrospectivos, se observó que el 20 % de los pacientes presentan una enfermedad que progresa desde los estadios I o II hasta los estadios III o IV.[19,20,21] Las manifestaciones iniciales del síndrome de Sézary son eritrodermia generalizada (T4) y compromiso de la sangre periférica. Sin embargo, no hay acuerdo sobre si la micosis fungoide y el síndrome de Sézary son, de hecho, variantes de la misma enfermedad.[22] En el mismo estudio retrospectivo con una mediana de seguimiento de 14,5 años, se encontró que solo un 3 % de 1422 pacientes presentaron progresión de micosis fungoide a síndrome de Sézary.[19]

El consenso indica que los pacientes con síndrome de Sézary (compromiso leucémico) tienen un pronóstico precario (mediana de supervivencia, 4 años), con eritrodermia generalizada típica o sin esta.[23,24] La transformación citológica de un linfoma de grado bajo a un linfoma de grado alto (transformación a células grandes) se presenta con poca frecuencia (<5 %) durante el curso de estas enfermedades y se relaciona con un pronóstico precario.[25,26,27] En un análisis retrospectivo de 100 casos de transformación a células grandes se encontró una supervivencia específica de enfermedad reducida con transformación extracutánea, aumento de la extensión de las lesiones cutáneas y negatividad para el CD30.[28] Una causa común de muerte durante la fase tumoral es la septicemia causada por una infección cutánea crónica por especies de estafilococos, herpes simple, herpes zóster e infecciones fúngicas de la piel.[29,30]

La micosis fungoide foliculotrópica es una variante de la micosis fungoide caracterizada por infiltrados neoplásicos foliculotrópicos en lugar de epidermotrópicos, con localización preferencial en el área de la cabeza y el cuello.[31] La micosis fungoide foliculotrópica en estadio de placas temprano tiene un pronóstico favorable de crecimiento muy lento (indolente), mientras que la enfermedad extracutánea presagia un pronóstico muy precario.[31]

Referencias:

  1. Wilcox RA: Cutaneous T-cell lymphoma: 2017 update on diagnosis, risk-stratification, and management. Am J Hematol 92 (10): 1085-1102, 2017.
  2. Willemze R, Kerl H, Sterry W, et al.: EORTC classification for primary cutaneous lymphomas: a proposal from the Cutaneous Lymphoma Study Group of the European Organization for Research and Treatment of Cancer. Blood 90 (1): 354-71, 1997.
  3. Harris NL, Jaffe ES, Stein H, et al.: A revised European-American classification of lymphoid neoplasms: a proposal from the International Lymphoma Study Group. Blood 84 (5): 1361-92, 1994.
  4. Diamandidou E, Cohen PR, Kurzrock R: Mycosis fungoides and Sezary syndrome. Blood 88 (7): 2385-409, 1996.
  5. Agar NS, Wedgeworth E, Crichton S, et al.: Survival outcomes and prognostic factors in mycosis fungoides/Sézary syndrome: validation of the revised International Society for Cutaneous Lymphomas/European Organisation for Research and Treatment of Cancer staging proposal. J Clin Oncol 28 (31): 4730-9, 2010.
  6. Talpur R, Singh L, Daulat S, et al.: Long-term outcomes of 1,263 patients with mycosis fungoides and Sézary syndrome from 1982 to 2009. Clin Cancer Res 18 (18): 5051-60, 2012.
  7. Kim YH, Liu HL, Mraz-Gernhard S, et al.: Long-term outcome of 525 patients with mycosis fungoides and Sezary syndrome: clinical prognostic factors and risk for disease progression. Arch Dermatol 139 (7): 857-66, 2003.
  8. Alberti-Violetti S, Talpur R, Schlichte M, et al.: Advanced-stage mycosis fungoides and Sézary syndrome: survival and response to treatment. Clin Lymphoma Myeloma Leuk 15 (6): e105-12, 2015.
  9. Scarisbrick JJ, Prince HM, Vermeer MH, et al.: Cutaneous Lymphoma International Consortium Study of Outcome in Advanced Stages of Mycosis Fungoides and Sézary Syndrome: Effect of Specific Prognostic Markers on Survival and Development of a Prognostic Model. J Clin Oncol 33 (32): 3766-73, 2015.
  10. Kim YH, Jensen RA, Watanabe GL, et al.: Clinical stage IA (limited patch and plaque) mycosis fungoides. A long-term outcome analysis. Arch Dermatol 132 (11): 1309-13, 1996.
  11. Vollmer RT: A review of survival in mycosis fungoides. Am J Clin Pathol 141 (5): 706-11, 2014.
  12. Zackheim HS, Amin S, Kashani-Sabet M, et al.: Prognosis in cutaneous T-cell lymphoma by skin stage: long-term survival in 489 patients. J Am Acad Dermatol 40 (3): 418-25, 1999.
  13. de Coninck EC, Kim YH, Varghese A, et al.: Clinical characteristics and outcome of patients with extracutaneous mycosis fungoides. J Clin Oncol 19 (3): 779-84, 2001.
  14. Benton EC, Crichton S, Talpur R, et al.: A cutaneous lymphoma international prognostic index (CLIPi) for mycosis fungoides and Sezary syndrome. Eur J Cancer 49 (13): 2859-68, 2013.
  15. Huang KP, Weinstock MA, Clarke CA, et al.: Second lymphomas and other malignant neoplasms in patients with mycosis fungoides and Sezary syndrome: evidence from population-based and clinical cohorts. Arch Dermatol 143 (1): 45-50, 2007.
  16. Su C, Nguyen KA, Bai HX, et al.: Racial disparity in mycosis fungoides: An analysis of 4495 cases from the US National Cancer Database. J Am Acad Dermatol 77 (3): 497-502.e2, 2017.
  17. Siegel RS, Pandolfino T, Guitart J, et al.: Primary cutaneous T-cell lymphoma: review and current concepts. J Clin Oncol 18 (15): 2908-25, 2000.
  18. Lorincz AL: Cutaneous T-cell lymphoma (mycosis fungoides) Lancet 347 (9005): 871-6, 1996.
  19. Quaglino P, Pimpinelli N, Berti E, et al.: Time course, clinical pathways, and long-term hazards risk trends of disease progression in patients with classic mycosis fungoides: a multicenter, retrospective follow-up study from the Italian Group of Cutaneous Lymphomas. Cancer 118 (23): 5830-9, 2012.
  20. Wernham AG, Shah F, Amel-Kashipaz R, et al.: Stage I mycosis fungoides: frequent association with a favourable prognosis but disease progression and disease-specific mortality may occur. Br J Dermatol 173 (5): 1295-7, 2015.
  21. Desai M, Liu S, Parker S: Clinical characteristics, prognostic factors, and survival of 393 patients with mycosis fungoides and Sézary syndrome in the southeastern United States: a single-institution cohort. J Am Acad Dermatol 72 (2): 276-85, 2015.
  22. Olsen EA, Rook AH, Zic J, et al.: Sézary syndrome: immunopathogenesis, literature review of therapeutic options, and recommendations for therapy by the United States Cutaneous Lymphoma Consortium (USCLC). J Am Acad Dermatol 64 (2): 352-404, 2011.
  23. Kubica AW, Davis MD, Weaver AL, et al.: Sézary syndrome: a study of 176 patients at Mayo Clinic. J Am Acad Dermatol 67 (6): 1189-99, 2012.
  24. Thompson AK, Killian JM, Weaver AL, et al.: Sézary syndrome without erythroderma: A review of 16 cases at Mayo Clinic. J Am Acad Dermatol 76 (4): 683-688, 2017.
  25. Kim YH, Bishop K, Varghese A, et al.: Prognostic factors in erythrodermic mycosis fungoides and the Sézary syndrome. Arch Dermatol 131 (9): 1003-8, 1995.
  26. Arulogun SO, Prince HM, Ng J, et al.: Long-term outcomes of patients with advanced-stage cutaneous T-cell lymphoma and large cell transformation. Blood 112 (8): 3082-7, 2008.
  27. Kadin ME, Hughey LC, Wood GS: Large-cell transformation of mycosis fungoides-differential diagnosis with implications for clinical management: a consensus statement of the US Cutaneous Lymphoma Consortium. J Am Acad Dermatol 70 (2): 374-6, 2014.
  28. Benner MF, Jansen PM, Vermeer MH, et al.: Prognostic factors in transformed mycosis fungoides: a retrospective analysis of 100 cases. Blood 119 (7): 1643-9, 2012.
  29. Talpur R, Bassett R, Duvic M: Prevalence and treatment of Staphylococcus aureus colonization in patients with mycosis fungoides and Sézary syndrome. Br J Dermatol 159 (1): 105-12, 2008.
  30. Lebas E, Arrese JE, Nikkels AF: Risk Factors for Skin Infections in Mycosis Fungoides. Dermatology 232 (6): 731-737, 2016.
  31. van Santen S, Roach RE, van Doorn R, et al.: Clinical Staging and Prognostic Factors in Folliculotropic Mycosis Fungoides. JAMA Dermatol 152 (9): 992-1000, 2016.

Clasificación celular de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T

Por lo general, el diagnóstico histológico de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T es difícil de determinar en los estadios iniciales de la enfermedad y es posible que se necesite que un patólogo con experiencia revise múltiples biopsias.

Para lograr un diagnóstico definitivo a partir de una biopsia cutánea, se necesita la presencia de células de linfoma cutáneo de células T (linfocitos cerebriformes), un infiltrado dérmico superior en banda e infiltraciones epidérmicas con abscesos de Pautrier (acumulaciones de linfocitos neoplásicos). A veces, el diagnóstico definitivo del síndrome de Sézary se obtiene con un examen de la sangre periférica cuando las biopsias cutáneas son compatibles con el diagnóstico. La evidencia confirmatoria de la presencia de células de Sézary circulantes surge del análisis del gen del receptor de células T, la identificación de linfocitos atípicos con núcleos hiperlobulados o cerebriformes, y citometría de flujo con la deleción característica de los marcadores de superficie celular como el CD7 y el CD26. Sin embargo, ninguno de estos hallazgos es, por sí solo, patognomónico del linfoma.[1,2]

Referencias:

  1. Olsen EA, Rook AH, Zic J, et al.: Sézary syndrome: immunopathogenesis, literature review of therapeutic options, and recommendations for therapy by the United States Cutaneous Lymphoma Consortium (USCLC). J Am Acad Dermatol 64 (2): 352-404, 2011.
  2. Fraser-Andrews EA, Russell-Jones R, Woolford AJ, et al.: Diagnostic and prognostic importance of T-cell receptor gene analysis in patients with Sézary syndrome. Cancer 92 (7): 1745-52, 2001.

Información sobre los estadios de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T

El American Joint Committee on Cancer (AJCC) designó los estadios mediante la clasificación TNM (tumor, ganglio linfático, metástasis) para definir los linfomas cutáneos de células T.[1] El compromiso de sangre periférica con células de linfoma cutáneo de células T se correlaciona con un estadio más avanzado en la piel, compromiso ganglionar y visceral, así como con supervivencia reducida.

Los linfomas cutáneos de células T también cuentan con un sistema de estadificación oficial propuesto por la International Society for Cutaneos Linfomas (ISCL) y la European Organisation for Research and Treatment of Cancer.[2,3]

Cuadro 1. Estadificación histopatológica de los ganglios linfáticos en el linfoma cutáneo de células Ta
Clasificación EORTC Sistema holandés Clasificación NCI-VA
DL = linfoadenopatía dermatopática; EORTC = European Organization of Research and Treatment; LN = ganglios linfáticos; N = ganglio linfático regional; NCI = Instituto Nacional del Cáncer; VA = Departamento de Asuntos de los Veteranos de los Estados Unidos.
a Reproducción autorizada de AJCC: Primary cutaneous lymphomas. En: Amin MB, Edge SB, Greene FL, et al., eds.: AJCC Cancer Staging Manual. 8.ª edición Nueva York, NY: Springer, 2017, pag. 967-72.
N1 Grado 1: DL LN0: sin linfocitos atípicos.
LN1: linfocitos atípicos ocasionales y aislados (no están dispuestos en conglomerados).
LN2: muchos linfocitos atípicos o linfocitos en conglomerados de 3 a 6 células.
N2 Grado 2: DL; compromiso temprano por micosis fungoide (presencia de núcleos cerebriformes <7,5 µm [micrómetros]). LN3: agregados de linfocitos atípicos; arquitectura ganglionar conservada.
N3 Grado 3: borramiento parcial de la arquitectura ganglionar; muchas células mononucleares cerebriformes atípicas. LN4: borramiento parcial o completo de la arquitectura ganglionar por linfocitos atípicos o células francamente neoplásicas.
Grado 4: borramiento completo.
Cuadro 2. Definiciones TNM para los estadios IA y IBa
Estadio TNM Descripción B Criterios de compromiso de sangre periférica
T = tumor primario; N = ganglio linfático regional; M = metástasis a distancia; B = compromiso de sangre periférica.
a Reproducción autorizada de AJCC: Primary cutaneous lymphomas. En: Amin MB, Edge SB, Greene FL, et al., eds.: AJCC Cancer Staging Manual. 8.ª edición Nueva York, NY: Springer, 2017, pag. 967-72.
Las explicaciones de los superíndices b a f están al final del Cuadro 5.
IA T1, N0, M0 T1 = manchas limitadas,b pápulas o placasc que cubren <10 % de la superficie de la piel. B0,1 B0 = ausencia de compromiso sanguíneo importante: ≤5 % de los linfocitos en sangre periférica son células atípicas (Sézary).d
–T1a = T1a (mancha sola).
–T1b = T1b (placa con o sin mancha). –B0a = negativo para clonese
–B0b = positivo para clonese
N0 = sin ganglios linfáticos periféricos anormales desde el punto de vista clínico;f no se indica biopsia. B1 = carga tumoral baja en sangre: >5 % de los linfocitos en sangre periférica son células atípicas (Sézary) pero no cumplen con el criterio B2.
M0 = sin compromiso de órganos viscerales. –B1a = negativo para clonese
–B1b = positivo para clonese
IB T2, N0, M0 T2 = manchas, pápulas o placas que cubren ≥10 % de la superficie cutánea. B0,1 Consultar las descripciones de B0, B1 en este cuadro, estadio IA.
–T2a = T2a (mancha sola).
–T2b = T2b (placa con o sin mancha).
N0 = sin ganglios linfáticos periféricos anormales desde el punto de vista clínico;f no se indica biopsia.
M0 = sin compromiso de órganos viscerales.
Cuadro 3. Definiciones TNM para los estadios IIA y IIBa
Estadio TNM Descripción B Criterios de compromiso de sangre periférica
T = tumor primario; N = ganglio linfático regional; M = metástasis a distancia; B = compromiso de sangre periférica; LN = ganglios linfáticos; NCI = Instituto Nacional del Cáncer.
a Reproducción autorizada de AJCC: Primary cutaneous lymphomas. En: Amin MB, Edge SB, Greene FL, et al., eds.: AJCC Cancer Staging Manual. 8.ª edición Nueva York, NY: Springer, 2017, pag. 967-72.
Las explicaciones de los superíndices e a g están al final del Cuadro 5
IIA T1,2; N1,2; M0 Consultar las descripciones de T1–2 en el Cuadro 2, estadios IA, IB. B0,1 Consultar las descripciones de B0, B1 en el Cuadro 2, estadio IA.
N1= ganglios linfáticos periféricos anormales desde el punto de vista clínico; grado histopatógico holandés 1 o NCI LN0–2.
–N1a = negativo para clones.e
–N1b = positivo para clones.e
N2= ganglios linfáticos periféricos anormales desde el punto de vista clínico; grado histopatológico holandés 2 o NCI LN3.
–N2a = negativo para clones.e
–N2b = positivo para clones.e
M0 = sin compromiso de órganos viscerales.
IIB T3, N0–2, M0 T3 = uno o más tumoresg(≥1 cm de diámetro). B0,1 Consultar las descripciones de B0, B1 en el Cuadro 2, estadio IA.
–T3a = múltiples lesiones que afectan 2 regiones corporales no contiguas.
–T3b = múltiples lesiones que afectan ≥3 regiones corporales.
N0 = sin ganglios linfáticos periféricos anormales desde el punto de vista clínico;f no se indica biopsia.
Consultar las descripciones de N1–2 en este cuadro, estadio IIA.
M0 = sin compromiso de órganos viscerales.
Cuadro 4. Definiciones TNM para los estadios III, IIIA y IIIBa
Estadio TNM Descripción B Criterios de compromiso de sangre periférica
T = tumor primario; N = ganglio linfático regional; M = metástasis a distancia; B = compromiso de sangre periférica.
a Reproducción autorizada de AJCC: Primary cutaneous lymphomas. En: Amin MB, Edge SB, Greene FL, et al., eds.: AJCC Cancer Staging Manual. 8.ª edición Nueva York, NY: Springer, 2017, pag. 967-72.
III T4, N0–2, M0 T4 = confluencia de eritema que cubre ≥80 % del área de superficie corporal. B0,1 Consultar las descripciones de B0, B1 en el Cuadro 2, estadio IA.
Consultar las descripciones de N0–2 en el Cuadro 3, estadios IIA, IIB.
M0 = sin compromiso de órganos viscerales.
IIIA T4, N0–2, M0 T4 = confluencia de eritema que cubre ≥80 % del área de superficie corporal. B0 Consultar la descripción de B0 en el Cuadro 2, estadio IA.
Consultar las descripciones de N0–2 en el Cuadro 3, estadios IIA, IIB.
M0 = sin compromiso de órganos viscerales.
IIIB T4, N0–2, M0 T4 = confluencia de eritema que cubre ≥80 % del área de superficie corporal. B1 Consultar la descripción de B1 en el Cuadro 2, estadio IA.
Consultar las descripciones de N0–2 en el Cuadro 3, estadios IIA, IIB.
M0 = sin compromiso de órganos viscerales.
Cuadro 5. Definiciones TNM para los estadios IVA1, IVA2 y IVBa
Estadio TNM Descripción B Criterios de compromiso de sangre periférica
T = tumor primario; N = ganglio linfático regional; M = metástasis a distancia; B = compromiso de sangre periférica; LN = ganglios linfáticos; NCI = Instituto Nacional del Cáncer.
a Reproducción autorizada de AJCC: Primary cutaneous lymphomas. En: Amin MB, Edge SB, Greene FL, et al., eds.: AJCC Cancer Staging Manual. 8.ª edición Nueva York, NY: Springer, 2017, pag. 967-72.
b En la piel, lamancha se refiere a una lesión cutánea de cualquier tamaño sin elevación o induración de importancia. Se debe registrar la presencia o ausencia de hipo o hiperpigmentación, escamas, costras o poiquilodermia.
c En la piel,placa se refiere a cualquier lesión cutánea elevada o indurada. Se debe registrar la presencia o ausencia de escamas, costras o poiquilodermia. Es importante documentar las características histológicas como el foliculotropismo, la transformación a células grandes (>25 % de células grandes), la positividad o negatividad para CD30, y las características clínicas como ulceración.
d En la sangre, las células de Sézary se definen como linfocitos con núcleos cerebriformes hiperlobulados. Si no es posible usar las células de Sézary para determinar la carga tumoral de B2, entonces se podría usar uno de los siguientes criterios modificados de la ISCL junto con un resultado positivo de una prueba de reordenamiento clonal del receptor de células T (TCR): 1) expansión de células CD4+ o CD3+ con proporción CD4/CD8 >10 o 2) expansión de células CD4+ con inmunofenotipo anómalo que incluye pérdida de CD7 (>40 %) o CD26 (>30 %).
e Un clon de célula T se define mediante reacción en cadena de la polimerasa o análisis con la técnica de Southern para el gen del TCR.
f En los ganglios linfáticos,una o más adenopatías periféricas anómalas se refiere a cualquier ganglio periférico palpable que sea firme, irregular, agrupado o fijo en el examen físico, o que mida ≥1,5 cm de diámetro. Los grupos ganglionares que se examinan son los cervicales, supraclaviculares, epitrocleares, axilares e inguinales. Los ganglios centrales, que por lo general no son susceptibles de evaluación patológica, ya no se tienen en cuenta para la clasificación ganglionar a menos que se usen para establecer N3 por análisis histopatológico.
g En la piel,tumor indica una lesión sólida o nodular de por lo menos 1 cm de diámetro con indicios de crecimiento profundo o vertical. Se documenta el número total de lesiones, el volumen total de las lesiones, la lesión de mayor tamaño y la parte del cuerpo afectada. Asimismo, se documenta si hay indicios histológicos de transformación a células grandes. Se recomienda identificar el fenotipo de CD30.
h En las vísceras, es posible usar criterios de imágenes para diagnosticar el compromiso esplénico o hepático.
IVA1 T1–4, N0–2, M0 Consultar las descripciones de T1−2 en el Cuadro 2, estadios IA, IB. B2 B2 = carga tumoral alta en sangre: ≥1000 μg/l de células de Sézaryd o >40 % CD4+/CD7- o un aumento >30 % de células CD4+/CD26- y resultado positivo para clones .e
T3 = uno o más tumoresg(≥1 cm de diámetro).
–T3a = múltiples lesiones que afectan 2 regiones corporales no contiguas.
–T3b = múltiples lesiones que afectan ≥3 regiones corporales.
T4 = confluencia de eritema que cubre ≥80 % del área de superficie corporal.
Consultar las descripciones de N0–2 en el Cuadro 3, estadios IIA, IIB.
M0 = sin compromiso de órganos viscerales.
IVA2 T1–4, N3, M0 Consultar las descripciones de T1−2 en el Cuadro 2, estadios IA, IB, y las descripciones de T3–4 en este cuadro, estadio IVA1. B0–2 Consultar las descripciones de B0, B1 en el Cuadro 2, estadio IA, y la descripción de B2 en este cuadro, estadio IVA1.
N3 = ganglios linfáticos periféricos anormales desde el punto de vista clínico; grado histopatógico holandés 3–4 o NCI LN4; positivo o negativo para clones.
M0 = sin compromiso de órganos viscerales.
IVB T1–4, N0–3, M1 Consultar las descripciones de T1−2 en el Cuadro 2, estadios IA, IB, y las descripciones de T3–4 en este cuadro, estadio IVA1. B0–2 Consultar las descripciones de B0, B1 en el Cuadro 2, estadio IA, y la descripción de B2 en este cuadro, estadio IVA1.
Consultar las descripciones de N0–2 en el Cuadro 3, estadios IIA, IIB.
N3 = ganglios linfáticos periféricos anormales desde el punto de vista clínico; grado histopatógico holandés 3–4 o NCI LN4; positivo o negativo para clones.
M1 = compromiso visceral (se debe confirmar mediante estudio histopatológicoh y se debe especificar el órgano afectado).

Referencias:

  1. Primary cutaneous lymphomas. In: Amin MB, Edge SB, Greene FL, et al., eds.: AJCC Cancer Staging Manual. 8th ed. Springer; 2017, pp. 967–72.
  2. Olsen E, Vonderheid E, Pimpinelli N, et al.: Revisions to the staging and classification of mycosis fungoides and Sezary syndrome: a proposal of the International Society for Cutaneous Lymphomas (ISCL) and the cutaneous lymphoma task force of the European Organization of Research and Treatment of Cancer (EORTC). Blood 110 (6): 1713-22, 2007.
  3. Agar NS, Wedgeworth E, Crichton S, et al.: Survival outcomes and prognostic factors in mycosis fungoides/Sézary syndrome: validation of the revised International Society for Cutaneous Lymphomas/European Organisation for Research and Treatment of Cancer staging proposal. J Clin Oncol 28 (31): 4730-9, 2010.

Aspectos generales de las opciones de tratamiento de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T

Es posible observar respuestas anecdóticas, algunas de las cuales duran meses, con un tratamiento antibiótico intensivo contra el Staphylococcus aureus, con la correspondiente disminución de la expresión de los receptores de interleucina-2, la señalización de STAT y la proliferación de células T.[1][Nivel de evidencia C3]

Estos tipos de tratamiento producen remisiones, pero las remisiones a largo plazo son poco frecuentes. Por lo tanto, el tratamiento se considera paliativo para la mayoría de los pacientes, aunque con frecuencia se logran grandes mejoras de los síntomas. La supervivencia de más de 8 años es común para los pacientes en estadios tempranos de la enfermedad. Todos los pacientes con linfomas cutáneos de células T son aptos para participar en ensayos clínicos que evalúen nuevos abordajes de tratamiento.

Cuadro 6. Opciones de tratamiento de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T
Estadio ( Definiciones TNM) Opciones de tratamiento
Micosis fungoide en estadio I y estadio II Terapia fotodinámica
Radioterapia
Terapia biológica
Quimioterapia
Otras terapias farmacológicas
Terapia dirigida
Micosis fungoide y síndrome de Sézary en estadio III y estadio IV Terapia fotodinámica
Radioterapia
Terapia biológica
Quimioterapia
Otras terapias farmacológicas
Terapia dirigida
Inhibidores de puntos control
Micosis fungoide y síndrome de Sézary recidivantes Radioterapia
Terapia fotodinámica
Quimioterapia
Otras terapias farmacológicas
Terapia biológica
Trasplante de células madre alogénico
Terapia dirigida
Linfoma anaplásico de células grandes cutáneo primario Radioterapia
Terapia dirigida
Quimioterapia
Linfoma subcutáneo de células T similar a la paniculitis Inmunodepresión
Quimioterapia
Terapia dirigida
Trasplante de células madre alogénico
Linfoma cutáneo primario de células T γ-δ Quimioterapia
Trasplante de células madre alogénico
Linfoma cutáneo primario agresivo epidermotrópico de células T positivas para CD8 Quimioterapia
Trasplante de células madre alogénico

Referencias:

  1. Lindahl LM, Willerslev-Olsen A, Gjerdrum LMR, et al.: Antibiotics inhibit tumor and disease activity in cutaneous T-cell lymphoma. Blood 134 (13): 1072-1083, 2019.

Tratamiento de la micosis fungoide en estadio I y estadio II

Varios métodos de tratamiento logran la resolución completa de las lesiones cutáneas en este estadio, por lo que la elección de la terapia depende de la experiencia local y las instalaciones disponibles. Con el tratamiento, se espera que la supervivencia de los pacientes con enfermedad en estadio IA sea la misma que para los controles emparejados por edad y sexo.[1,2,3]

No hay tratamiento curativo ni diferencias claras en la supervivencia general (SG) entre las opciones de tratamiento de los pacientes con micosis fungoide en estadio I y estadio II.

En un estudio aleatorizado de 103 pacientes, se comparó la radioterapia total de la piel con haz de electrones (TSEB) administrada con quimioterapia combinada y tratamientos tópicos secuenciales.[4] En este último grupo, se reservó la quimioterapia combinada para pacientes con enfermedad extracutánea sintomática o enfermedad resistente al tratamiento tópico. Se consideraron aptos para participar pacientes de cualquier estadio. Aunque la tasa de respuesta completa fue más alta para la terapia combinada, los efectos tóxicos fueron más numerosos; asimismo, no se observaron diferencias en la supervivencia sin enfermedad (SSE) o la SG entre los dos grupos.[4][Nivel de evidencia A1]

Opciones de tratamiento para la micosis fungoide en estadio I y estadio II

Las opciones de tratamiento para la micosis fungoide en estadios I y II son las siguientes:[5]

  1. Terapia fotodinámica.
  2. Radioterapia.
  3. Terapia biológica.
  4. Quimioterapia.
  5. Otras terapias farmacológicas.
  6. Terapia dirigida.

Terapia fotodinámica

  1. Psoraleno y radioterapia ultravioleta A (PUVA).[6,7,8,9,10,11]
    • En los ensayos terapéuticos con PUVA se observó una tasa de remisión completa del 80 % al 90 %; aquellos pacientes en estadios cutáneos tempranos lograron las mejores respuestas. Es posible usar PUVA combinada con tratamiento sistémico.[10] Por lo general, se necesita continuar con terapia PUVA de mantenimiento administrada a intervalos más amplios para prolongar la duración de la remisión.[6,7,8,10] La PUVA combinada con interferón α-2a se relaciona con una tasa de respuesta alta.[9,10]
  2. Radiación ultravioleta B de banda estrecha.[12,13]
    • En estudios de un solo grupo y en comparaciones retrospectivas se confirmaron tasas de remisión completa del 80 % al 90 % con el uso de radiación ultravioleta B de banda estrecha, en especial para pacientes con estadios cutáneos tempranos.[12,13]
    • En una revisión sistemática y metanálisis de Cochrane se comparó la terapia PUVA con la radiación ultravioleta B de banda estrecha en 778 pacientes con micosis fungoide en estadio temprano (estadios IA, IB y IIA). Se observaron respuestas completas significativamente más altas en los pacientes tratados con PUVA (73,8 vs. 62,2 %; cociente de riesgos instantáneos, 1,68; intervalo de confianza [IC] 95 %, 1,02–2,76; P = 0,04). No hubo diferencias significativas en los efectos adversos.[11][Nivel de evidencia B3]

Radioterapia

  1. Radioterapia total de la piel con haz de electrones (TSEB).[14,15,16,17,18,19]
    • La radioterapia con haz de electrones de energías apropiadas penetrará solamente la dermis; por lo tanto, es posible tratar la piel sola sin causar efectos sistémicos. Esta terapia exige instalaciones de radioterapia asistidas por físicos y bastante pericia técnica para administrar la dosimetría precisa. Es posible que la TSEB cause efectos tóxicos cutáneos a corto y largo plazo; además, no está disponible de forma generalizada.
    • Esta terapia produce excelente paliación con respuestas completas de hasta el 80 %, y se puede combinar con tratamiento sistémico. A partir de la supervivencia prolongada de estos pacientes en estadio temprano, la radioterapia con haz de electrones en ocasiones se usa con intención curativa.[14,15,16,17,18] Se puede lograr una SSE a largo plazo en pacientes con una sola lesión de micosis fungoide tratados con radioterapia local.[19]
  2. Es posible emplear a nivel local la radiación con haz de electrones o la radioterapia de ortovoltaje para paliar grandes áreas de enfermedad cutánea o sintomática.[20,21]

Terapia biológica

  1. Interferón α o interferón γ, solos o combinados con tratamiento tópico.[22,23][Nivel de evidencia C3]
    • En una revisión retrospectiva de 198 pacientes con micosis fungoide y síndrome de Sézary se comparó el tiempo hasta el siguiente tratamiento (TTNT) entre los pacientes que recibieron interferón α y los que recibieron quimioterapia convencional. El interferón α proporcionó un TTNT más largo de 8,7 meses (IC 95 %, 6,0–18,0) que el de la quimioterapia, con la que se obtuvo un TTNT de 3,9 meses (IC 95 %, 3,2–5,1) (P < 0,00001).[23][Nivel de evidencia C3]

Quimioterapia

Las respuestas a los fármacos de quimioterapia por lo general son cortas. En una revisión retrospectiva de 198 pacientes con enfermedad en estadio avanzado, la mediana de TTNT fue de 4 meses.[23] Sin embargo, es posible que haya confusión en estas comparaciones por el orden de inicio de los fármacos.

  1. Quimioterapia tópica con clormetina (mecloretamina).[14,24,25]
    • Esta forma de tratamiento a veces se usa con finalidad paliativa o para complementar abordajes terapéuticos dirigidos a la enfermedad ganglionar o visceral. La aplicación tópica de clormetina produce regresión de las lesiones cutáneas; en particular, es eficaz en los estadios tempranos de la enfermedad. La tasa general de remisión completa se relaciona con el estadio cutáneo; presentan una respuesta completa entre un 50 % y un 80 % de los pacientes con clasificación TNM T1; entre un 25 % y un 75 % de los pacientes con clasificación T2, hasta un 50 % de los pacientes con clasificación T3, y entre un 20 % y un 40 % de los pacientes con clasificación T4. La tasa general de remisión completa en 243 pacientes fue del 64 % y se relacionó con el estadio: hasta el 35 % de los pacientes en estadio IV presentaron respuestas completas. Por lo general, los tratamientos se continúan durante 2 o 3 años. Es posible obtener una SSE continua a 5 años hasta en el 33 % de los pacientes en estadio T1.[14,24,25]
  2. Metotrexato oral (NCT00425555).[26]
  3. Doxorrubicina liposomal pegilada.[27,28,29]
  4. La fludarabina, la cladribina y la pentostatina son fármacos activos para la micosis fungoide.[30,31,32,33]
  5. La monoquimioterapia o la quimioterapia sistémica combinada (clorambucilo con prednisona, clormetina, ciclofosfamida, metotrexato y quimioterapia combinada) a menudo se usan con un tratamiento dirigido a la piel.[4,23,34,35]
  6. Pralatrexato (análogo del folato).[23,36,37]

Otras terapias farmacológicas

  1. Tratamiento sintomático con corticoesteroides tópicos. Los esteroides de baja potencia se usan en la cara, y son inocuos y eficaces.[38]
  2. Bexaroteno, un retinoide oral o tópico (NCT00255801).[39,40]
  3. Lenalidomida.[41]
  4. Vorinostat o romidepsina, u otros inhibidores de la histona–desacetilasa (HDACi).[23,42,43,44][Nivel de evidencia C3]
    • En una revisión retrospectiva de 198 pacientes con micosis fungoide y síndrome de Sézary se comparó el TTNT obtenido con HDACi y quimioterapia convencional. El HDACi proporcionó un TTNT más largo de 4,5 meses (IC 95 %, 4,0–6,1) que el de la quimioterapia, con la que se obtuvo un TTNT de 3,9 meses (IC 95 %, 3,2–5,1; P = 0,01).[23][Nivel de evidencia C3]

Terapia dirigida

  1. Brentuximab vedotina.[45,46]
    • En dos ensayos de fase II de 58 pacientes con expresión variable de CD30, se observó una tasa de respuesta de entre el 50 % y el 70 %; el 50 % de los pacientes continuaba en remisión al cabo de 1 año.[45,46][Nivel de evidencia C3]

Ensayos clínicos en curso

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Referencias:

  1. Kim YH, Jensen RA, Watanabe GL, et al.: Clinical stage IA (limited patch and plaque) mycosis fungoides. A long-term outcome analysis. Arch Dermatol 132 (11): 1309-13, 1996.
  2. Zackheim HS, Amin S, Kashani-Sabet M, et al.: Prognosis in cutaneous T-cell lymphoma by skin stage: long-term survival in 489 patients. J Am Acad Dermatol 40 (3): 418-25, 1999.
  3. Vollmer RT: A review of survival in mycosis fungoides. Am J Clin Pathol 141 (5): 706-11, 2014.
  4. Kaye FJ, Bunn PA, Steinberg SM, et al.: A randomized trial comparing combination electron-beam radiation and chemotherapy with topical therapy in the initial treatment of mycosis fungoides. N Engl J Med 321 (26): 1784-90, 1989.
  5. Trautinger F, Knobler R, Willemze R, et al.: EORTC consensus recommendations for the treatment of mycosis fungoides/Sézary syndrome. Eur J Cancer 42 (8): 1014-30, 2006.
  6. Herrmann JJ, Roenigk HH, Hurria A, et al.: Treatment of mycosis fungoides with photochemotherapy (PUVA): long-term follow-up. J Am Acad Dermatol 33 (2 Pt 1): 234-42, 1995.
  7. Ramsay DL, Lish KM, Yalowitz CB, et al.: Ultraviolet-B phototherapy for early-stage cutaneous T-cell lymphoma. Arch Dermatol 128 (7): 931-3, 1992.
  8. Querfeld C, Rosen ST, Kuzel TM, et al.: Long-term follow-up of patients with early-stage cutaneous T-cell lymphoma who achieved complete remission with psoralen plus UV-A monotherapy. Arch Dermatol 141 (3): 305-11, 2005.
  9. Kuzel TM, Roenigk HH, Samuelson E, et al.: Effectiveness of interferon alfa-2a combined with phototherapy for mycosis fungoides and the Sézary syndrome. J Clin Oncol 13 (1): 257-63, 1995.
  10. Olsen EA, Hodak E, Anderson T, et al.: Guidelines for phototherapy of mycosis fungoides and Sézary syndrome: A consensus statement of the United States Cutaneous Lymphoma Consortium. J Am Acad Dermatol 74 (1): 27-58, 2016.
  11. Phan K, Ramachandran V, Fassihi H, et al.: Comparison of Narrowband UV-B With Psoralen-UV-A Phototherapy for Patients With Early-Stage Mycosis Fungoides: A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA Dermatol 155 (3): 335-341, 2019.
  12. Almohideb M, Walsh S, Walsh S, et al.: Bath Psoralen-ultraviolet A and Narrowband Ultraviolet B Phototherapy as Initial Therapy for Early-stage Mycosis Fungoides: A Retrospective Cohort of 267 Cases at the University of Toronto. Clin Lymphoma Myeloma Leuk 17 (9): 604-612, 2017.
  13. Elcin G, Duman N, Karahan S, et al.: Long-term follow-up of early mycosis fungoides patients treated with narrowband ultraviolet B phototherapy. J Dermatolog Treat 25 (3): 268-73, 2014.
  14. Chinn DM, Chow S, Kim YH, et al.: Total skin electron beam therapy with or without adjuvant topical nitrogen mustard or nitrogen mustard alone as initial treatment of T2 and T3 mycosis fungoides. Int J Radiat Oncol Biol Phys 43 (5): 951-8, 1999.
  15. Quirós PA, Jones GW, Kacinski BM, et al.: Total skin electron beam therapy followed by adjuvant psoralen/ultraviolet-A light in the management of patients with T1 and T2 cutaneous T-cell lymphoma (mycosis fungoides). Int J Radiat Oncol Biol Phys 38 (5): 1027-35, 1997.
  16. Ysebaert L, Truc G, Dalac S, et al.: Ultimate results of radiation therapy for T1-T2 mycosis fungoides (including reirradiation). Int J Radiat Oncol Biol Phys 58 (4): 1128-34, 2004.
  17. Jones GW, Rosenthal D, Wilson LD: Total skin electron radiation for patients with erythrodermic cutaneous T-cell lymphoma (mycosis fungoides and the Sézary syndrome). Cancer 85 (9): 1985-95, 1999.
  18. Navi D, Riaz N, Levin YS, et al.: The Stanford University experience with conventional-dose, total skin electron-beam therapy in the treatment of generalized patch or plaque (T2) and tumor (T3) mycosis fungoides. Arch Dermatol 147 (5): 561-7, 2011.
  19. Micaily B, Miyamoto C, Kantor G, et al.: Radiotherapy for unilesional mycosis fungoides. Int J Radiat Oncol Biol Phys 42 (2): 361-4, 1998.
  20. Thomas TO, Agrawal P, Guitart J, et al.: Outcome of patients treated with a single-fraction dose of palliative radiation for cutaneous T-cell lymphoma. Int J Radiat Oncol Biol Phys 85 (3): 747-53, 2013.
  21. O'Malley JT, de Masson A, Lowry EL, et al.: Radiotherapy Eradicates Malignant T Cells and Is Associated with Improved Survival in Early-Stage Mycosis Fungoides. Clin Cancer Res 26 (2): 408-418, 2020.
  22. Olsen EA, Bunn PA: Interferon in the treatment of cutaneous T-cell lymphoma. Hematol Oncol Clin North Am 9 (5): 1089-107, 1995.
  23. Hughes CF, Khot A, McCormack C, et al.: Lack of durable disease control with chemotherapy for mycosis fungoides and Sézary syndrome: a comparative study of systemic therapy. Blood 125 (1): 71-81, 2015.
  24. Lessin SR, Duvic M, Guitart J, et al.: Topical chemotherapy in cutaneous T-cell lymphoma: positive results of a randomized, controlled, multicenter trial testing the efficacy and safety of a novel mechlorethamine, 0.02%, gel in mycosis fungoides. JAMA Dermatol 149 (1): 25-32, 2013.
  25. de Quatrebarbes J, Estève E, Bagot M, et al.: Treatment of early-stage mycosis fungoides with twice-weekly applications of mechlorethamine and topical corticosteroids: a prospective study. Arch Dermatol 141 (9): 1117-20, 2005.
  26. Zackheim HS, Kashani-Sabet M, McMillan A: Low-dose methotrexate to treat mycosis fungoides: a retrospective study in 69 patients. J Am Acad Dermatol 49 (5): 873-8, 2003.
  27. Wollina U, Dummer R, Brockmeyer NH, et al.: Multicenter study of pegylated liposomal doxorubicin in patients with cutaneous T-cell lymphoma. Cancer 98 (5): 993-1001, 2003.
  28. Dummer R, Quaglino P, Becker JC, et al.: Prospective international multicenter phase II trial of intravenous pegylated liposomal doxorubicin monochemotherapy in patients with stage IIB, IVA, or IVB advanced mycosis fungoides: final results from EORTC 21012. J Clin Oncol 30 (33): 4091-7, 2012.
  29. Quereux G, Marques S, Nguyen JM, et al.: Prospective multicenter study of pegylated liposomal doxorubicin treatment in patients with advanced or refractory mycosis fungoides or Sézary syndrome. Arch Dermatol 144 (6): 727-33, 2008.
  30. Saven A, Carrera CJ, Carson DA, et al.: 2-Chlorodeoxyadenosine: an active agent in the treatment of cutaneous T-cell lymphoma. Blood 80 (3): 587-92, 1992.
  31. Foss FM, Ihde DC, Breneman DL, et al.: Phase II study of pentostatin and intermittent high-dose recombinant interferon alfa-2a in advanced mycosis fungoides/Sézary syndrome. J Clin Oncol 10 (12): 1907-13, 1992.
  32. Foss FM, Ihde DC, Linnoila IR, et al.: Phase II trial of fludarabine phosphate and interferon alfa-2a in advanced mycosis fungoides/Sézary syndrome. J Clin Oncol 12 (10): 2051-9, 1994.
  33. Kurzrock R, Pilat S, Duvic M: Pentostatin therapy of T-cell lymphomas with cutaneous manifestations. J Clin Oncol 17 (10): 3117-21, 1999.
  34. Rosen ST, Foss FM: Chemotherapy for mycosis fungoides and the Sézary syndrome. Hematol Oncol Clin North Am 9 (5): 1109-16, 1995.
  35. Zackheim HS, Epstein EH: Low-dose methotrexate for the Sézary syndrome. J Am Acad Dermatol 21 (4 Pt 1): 757-62, 1989.
  36. Horwitz SM, Kim YH, Foss F, et al.: Identification of an active, well-tolerated dose of pralatrexate in patients with relapsed or refractory cutaneous T-cell lymphoma. Blood 119 (18): 4115-22, 2012.
  37. Talpur R, Thompson A, Gangar P, et al.: Pralatrexate alone or in combination with bexarotene: long-term tolerability in relapsed/refractory mycosis fungoides. Clin Lymphoma Myeloma Leuk 14 (4): 297-304, 2014.
  38. Duffy R, Jennings T, Kartan S, et al.: Special Considerations in the Treatment of Mycosis Fungoides. Am J Clin Dermatol 20 (4): 571-578, 2019.
  39. Duvic M, Hymes K, Heald P, et al.: Bexarotene is effective and safe for treatment of refractory advanced-stage cutaneous T-cell lymphoma: multinational phase II-III trial results. J Clin Oncol 19 (9): 2456-71, 2001.
  40. Heald P, Mehlmauer M, Martin AG, et al.: Topical bexarotene therapy for patients with refractory or persistent early-stage cutaneous T-cell lymphoma: results of the phase III clinical trial. J Am Acad Dermatol 49 (5): 801-15, 2003.
  41. Querfeld C, Rosen ST, Guitart J, et al.: Results of an open-label multicenter phase 2 trial of lenalidomide monotherapy in refractory mycosis fungoides and Sézary syndrome. Blood 123 (8): 1159-66, 2014.
  42. Duvic M, Dummer R, Becker JC, et al.: Panobinostat activity in both bexarotene-exposed and -naïve patients with refractory cutaneous T-cell lymphoma: results of a phase II trial. Eur J Cancer 49 (2): 386-94, 2013.
  43. Olsen EA, Kim YH, Kuzel TM, et al.: Phase IIb multicenter trial of vorinostat in patients with persistent, progressive, or treatment refractory cutaneous T-cell lymphoma. J Clin Oncol 25 (21): 3109-15, 2007.
  44. Piekarz RL, Frye R, Turner M, et al.: Phase II multi-institutional trial of the histone deacetylase inhibitor romidepsin as monotherapy for patients with cutaneous T-cell lymphoma. J Clin Oncol 27 (32): 5410-7, 2009.
  45. Kim YH, Tavallaee M, Sundram U, et al.: Phase II Investigator-Initiated Study of Brentuximab Vedotin in Mycosis Fungoides and Sézary Syndrome With Variable CD30 Expression Level: A Multi-Institution Collaborative Project. J Clin Oncol 33 (32): 3750-8, 2015.
  46. Duvic M, Tetzlaff MT, Gangar P, et al.: Results of a Phase II Trial of Brentuximab Vedotin for CD30+ Cutaneous T-Cell Lymphoma and Lymphomatoid Papulosis. J Clin Oncol 33 (32): 3759-65, 2015.

Tratamiento de la micosis fungoide y el síndrome de Sézary en estadio III y estadio IV

Micosis fungoide

No hay tratamiento curativo y tampoco diferencias claras para la supervivencia general (SG) entre las opciones de tratamiento de los pacientes con micosis fungoide en estadio III y estadio IV.

El uso de alquilantes en monoterapia produjo respuestas objetivas en el 60 % de los pacientes, pero estas respuestas duraron menos de 6 meses. Otros alquilantes (por ejemplo, clormetina, ciclofosfamida o clorambucilo) o el antimetabolito metotrexato son las opciones empleadas con mayor frecuencia. Ningún paciente se ha curado con monoterapia; los datos son insuficientes para determinar si alguno de estos fármacos prolonga la supervivencia. La quimioterapia combinada no es definitivamente mejor que una monoterapia farmacológica. Incluso en pacientes con enfermedad en estadio IV, el tratamiento que se dirige a la piel quizás produzca una paliación importante.

En un ensayo aleatorizado con 103 pacientes, se comparó la radioterapia total de la piel con haz de electrones (TSEB) administrada con quimioterapia combinada y un tratamiento de conservación que consistió en terapias tópicas administradas en secuencia.[1] En este último grupo, la quimioterapia combinada se reservó para los pacientes con enfermedad extracutánea sintomática o enfermedad resistente al tratamiento tópico. Se consideraron aptos para participar pacientes de cualquier estadio. Aunque la tasa de respuesta completa fue más alta para la terapia combinada, los efectos tóxicos fueron más numerosos; asimismo, no se observaron diferencias en la supervivencia sin enfermedad (SSE) o la SG entre los dos grupos.[1][Nivel de evidencia A1]

Síndrome de Sézary

El síndrome de Sézary es una variante leucémica rara del linfoma cutáneo de células T que se caracteriza por eritrodermia, células de Sézary con núcleos cerebriformes en la circulación, linfadenopatías y prurito.[2] Por lo general, esta afección progresa rápido y la duración de la respuesta a la mayoría de los tratamientos es muy corta. En una revisión retrospectiva de 176 pacientes con síndrome de Sézary, se identificaron los siguientes factores de pronóstico precario:[3]

  • Concentraciones altas de lactato–deshidrogenasa.
  • Diagnóstico anterior de micosis fungoide.
  • Presencia de reordenamientos del gen del receptor de células T en la piel, la sangre o en ambos.

Es posible que después de obtener remisiones con fotoforesis extracorpórea, interferón α o retinoides, se siga con un trasplante alogénico de células madre. En una serie anecdótica de 16 pacientes con síndrome de Sézary después del trasplante alogénico, 9 pacientes estaban en remisión completa al cabo de 4 años.[4]

Opciones de tratamiento para la micosis fungoide y el síndrome de Sézary en estadio III y estadio IV

Las opciones de tratamiento para la micosis fungoide y el síndrome de Sézary en estadio III y estadio IV son las siguientes (cabe notar que, en este entorno clínico, la piel se lesiona con facilidad y cualquier tratamiento tópico se debe administrar con extremo cuidado):[2,5]

  1. Terapia fotodinámica.
  2. Radioterapia.
  3. Terapia biológica.
  4. Quimioterapia.
  5. Otras terapias farmacológicas.
  6. Terapia dirigida.
  7. Inhibidores de puntos de control.

Terapia fotodinámica

  1. Psoraleno y radioterapia ultravioleta A (PUVA).[6,7,8,9,10,11]
    • En los ensayos terapéuticos con PUVA se observó una tasa de remisión completa del 80 % al 90 %; aquellos pacientes en estadios cutáneos tempranos lograron las mejores respuestas. Es posible usar PUVA combinada con tratamiento sistémico.[10] Por lo general, se necesita continuar con terapia PUVA de mantenimiento administrada a intervalos más amplios para prolongar la duración de la remisión.[6,7,8,10] La PUVA combinada con interferón α-2a se relaciona con una tasa de respuesta alta.[9,10]
  2. Radiación ultravioleta B de banda estrecha.[12,13]
    • En estudios de un solo grupo y en comparaciones retrospectivas se confirmaron tasas de remisión completa del 80 % al 90 % con el uso de radiación ultravioleta B de banda estrecha, en especial para pacientes con estadios cutáneos tempranos.[12,13]
    • En una revisión sistemática y metanálisis de Cochrane se comparó la terapia PUVA con la radiación ultravioleta B de banda estrecha en 778 pacientes con micosis fungoide en estadio temprano (estadios IA, IB y IIA). Se observaron respuestas completas significativamente más altas en los pacientes tratados con PUVA (73,8 vs. 62,2 %; cociente de riesgos instantáneos, 1,68; intervalo de confianza [IC] 95 %, 1,02–2,76; P = 0,04). No hubo diferencias significativas en los efectos adversos.[11][Nivel de evidencia B3]
  3. Fotoforesis extracorpórea (ECP) sola [14,15,16,17] o en combinación con TSEB.[18] La ECP se aplica en especial al síndrome de Sézary y a la micosis fungoide eritrodérmica.[17]
    • En un análisis retrospectivo de 65 pacientes, con una mediana de seguimiento de 48 meses, el uso de ECP desde la primera hasta la tercera línea de tratamiento produjo una mediana de tiempo hasta el siguiente tratamiento (TTNT) más larga que otras opciones sistémicas (P < 0,03).[17][Nivel de evidencia C3]

Radioterapia

  1. Radioterapia total de la piel con haz de electrones (TSEB).[19,20,21,22,23,24]
    • La radioterapia con haz de electrones de energías apropiadas penetrará solamente la dermis; por lo tanto, es posible tratar la piel sola sin causar efectos sistémicos. Esta terapia exige instalaciones de radioterapia asistidas por físicos y bastante pericia técnica para administrar la dosimetría precisa. Es posible que la TSEB cause efectos tóxicos cutáneos a corto y largo plazo; además, no está disponible de forma generalizada.
    • Esta terapia produce excelente paliación con respuestas completas de hasta el 80 %, y se puede combinar con tratamiento sistémico. A partir de la supervivencia prolongada de estos pacientes en estadio temprano, la radioterapia con haz de electrones en ocasiones se usa con intención curativa.[19,20,21,22,23] Se puede lograr una SSE a largo plazo en pacientes con una sola lesión de micosis fungoide tratados con radioterapia local.[24]
  2. Es posible emplear a nivel local la radiación con haz de electrones o la radioterapia de ortovoltaje para paliar grandes áreas de enfermedad o sintomática.[25,26]

Terapia biológica

  1. Interferón α solo o combinado con otros fármacos; por ejemplo de uso tópico.[27,28]
    • En una revisión retrospectiva de 198 pacientes con micosis fungoide y síndrome de Sézary, se comparó el TTNT entre los pacientes que recibieron interferón α y quimioterapia convencional. El interferón α proporcionó un TTNT más largo de 8,7 meses (IC 95 %, 6,0–18,0) que el de la quimioterapia, con la que se obtuvo un TTNT de 3,9 meses (IC 95 %, 3,2–5,1) (P < 0,00001).[29][Nivel de evidencia C3]

Quimioterapia

Las respuestas a los fármacos de quimioterapia por lo general son cortas. En una revisión retrospectiva de 198 pacientes con enfermedad en estadio avanzado, la mediana de TTNT fue de 4 meses.[29] Sin embargo, es posible que haya confusión en estas comparaciones por el orden de inicio de los fármacos.

  1. Metotrexato oral (NCT00425555).[30]
  2. La fludarabina, la cladribina y la pentostatina son fármacos activos para la micosis fungoide y el síndrome de Sézary.[27,29,31,32,33]
  3. La monoquimioterapia o la quimioterapia sistémica combinada (clorambucilo con prednisona, clormetina, ciclofosfamida, metotrexato y quimioterapia combinada) a menudo se usan con un tratamiento dirigido a la piel.[1,29,34,35]
  4. Quimioterapia tópica con clormetina.[36,37]
    • Esta forma de tratamiento a veces se usa con finalidad paliativa o para complementar abordajes terapéuticos dirigidos a la enfermedad ganglionar o visceral. La aplicación tópica de clormetina produce regresión de las lesiones cutáneas; en particular, es eficaz en los estadios tempranos de la enfermedad. La tasa general de remisión completa se relaciona con el estadio cutáneo; presentan una respuesta completa entre un 50 % y un 80 % de los pacientes con clasificación TNM T1; entre un 25 % y un 75 % de los pacientes con clasificación T2, hasta un 50 % de los pacientes con clasificación T3, y entre un 20 % y un 40 % de los pacientes con clasificación T4. La tasa general de remisión completa en 243 pacientes fue del 64 % y se relacionó con el estadio: hasta un 35 % de los pacientes en estadio IV presentaron respuestas completas. Por lo general, los tratamientos se continúan durante 2 o 3 años. Es posible obtener una SSE continua a 5 años hasta en el 33 % de los pacientes en estadio T1.[19,36,37]
  5. Doxorrubicina liposomal pegilada.[38,39,40]
  6. Pralatrexato (análogo del folato).[29,41,42]

Otras terapias farmacológicas

  1. Tratamiento sintomático con corticoesteroides tópicos. Los corticoesteroides de baja potencia se usan en la cara, y son inocuos y eficaces.[43]
  2. Lenalidomida.[44]
  3. Bexaroteno, un retinoide oral o tópico.[45,46]
  4. Vorinostat o romidepsina, u otros inhibidores de la histona–desacetilasa (HDACi).[2,47,48,49]
    • En una revisión retrospectiva de 198 pacientes con micosis fungoide y síndrome de Sézary se comparó el TTNT obtenido con HDACi y quimioterapia convencional. El HDACi proporcionó un TTNT más largo de 4,5 meses (IC 95 %, 4,0–6,1) que el de la quimioterapia, con la que se obtuvo un TTNT de 3,9 meses (IC 95 %, 3,2–5,1; P = 0,01).[29][Nivel de evidencia C3]

Terapia dirigida

  1. Brentuximab vedotina.[50,51]
    • En dos ensayos de fase II de 58 pacientes con expresión variable de CD30, se observó una tasa de respuesta de entre el 50 % y el 70 %; el 50 % de los pacientes continuaba en remisión al cabo de 1 año.[50,51][Nivel de evidencia C3]

Inhibidores de puntos control

  1. Pembrolizumab.[52]
    • Se observaron respuestas anecdóticas en pacientes con micosis fungoide en recaída avanzada o resistente al tratamiento. En un ensayo multicéntrico de fase II de un solo grupo con 24 pacientes tratados con pembrolizumab, la tasa de respuesta general fue del 38 %.[52][Nivel de evidencia C3]
    • Hay informes anecdóticos de hiperprogresión de neoplasias de células T después del tratamiento con inhibidores de puntos de control inmunitarios.[53,54]

Ensayos clínicos en curso

Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.

Referencias:

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  3. Kubica AW, Davis MD, Weaver AL, et al.: Sézary syndrome: a study of 176 patients at Mayo Clinic. J Am Acad Dermatol 67 (6): 1189-99, 2012.
  4. Polansky M, Talpur R, Daulat S, et al.: Long-Term Complete Responses to Combination Therapies and Allogeneic Stem Cell Transplants in Patients With Sézary Syndrome. Clin Lymphoma Myeloma Leuk 15 (5): e83-93, 2015.
  5. Trautinger F, Knobler R, Willemze R, et al.: EORTC consensus recommendations for the treatment of mycosis fungoides/Sézary syndrome. Eur J Cancer 42 (8): 1014-30, 2006.
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  9. Kuzel TM, Roenigk HH, Samuelson E, et al.: Effectiveness of interferon alfa-2a combined with phototherapy for mycosis fungoides and the Sézary syndrome. J Clin Oncol 13 (1): 257-63, 1995.
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  11. Phan K, Ramachandran V, Fassihi H, et al.: Comparison of Narrowband UV-B With Psoralen-UV-A Phototherapy for Patients With Early-Stage Mycosis Fungoides: A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA Dermatol 155 (3): 335-341, 2019.
  12. Almohideb M, Walsh S, Walsh S, et al.: Bath Psoralen-ultraviolet A and Narrowband Ultraviolet B Phototherapy as Initial Therapy for Early-stage Mycosis Fungoides: A Retrospective Cohort of 267 Cases at the University of Toronto. Clin Lymphoma Myeloma Leuk 17 (9): 604-612, 2017.
  13. Elcin G, Duman N, Karahan S, et al.: Long-term follow-up of early mycosis fungoides patients treated with narrowband ultraviolet B phototherapy. J Dermatolog Treat 25 (3): 268-73, 2014.
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  21. Ysebaert L, Truc G, Dalac S, et al.: Ultimate results of radiation therapy for T1-T2 mycosis fungoides (including reirradiation). Int J Radiat Oncol Biol Phys 58 (4): 1128-34, 2004.
  22. Jones GW, Rosenthal D, Wilson LD: Total skin electron radiation for patients with erythrodermic cutaneous T-cell lymphoma (mycosis fungoides and the Sézary syndrome). Cancer 85 (9): 1985-95, 1999.
  23. Navi D, Riaz N, Levin YS, et al.: The Stanford University experience with conventional-dose, total skin electron-beam therapy in the treatment of generalized patch or plaque (T2) and tumor (T3) mycosis fungoides. Arch Dermatol 147 (5): 561-7, 2011.
  24. Micaily B, Miyamoto C, Kantor G, et al.: Radiotherapy for unilesional mycosis fungoides. Int J Radiat Oncol Biol Phys 42 (2): 361-4, 1998.
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  26. O'Malley JT, de Masson A, Lowry EL, et al.: Radiotherapy Eradicates Malignant T Cells and Is Associated with Improved Survival in Early-Stage Mycosis Fungoides. Clin Cancer Res 26 (2): 408-418, 2020.
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  28. Olsen EA, Bunn PA: Interferon in the treatment of cutaneous T-cell lymphoma. Hematol Oncol Clin North Am 9 (5): 1089-107, 1995.
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  31. Saven A, Carrera CJ, Carson DA, et al.: 2-Chlorodeoxyadenosine: an active agent in the treatment of cutaneous T-cell lymphoma. Blood 80 (3): 587-92, 1992.
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  33. Kurzrock R, Pilat S, Duvic M: Pentostatin therapy of T-cell lymphomas with cutaneous manifestations. J Clin Oncol 17 (10): 3117-21, 1999.
  34. Rosen ST, Foss FM: Chemotherapy for mycosis fungoides and the Sézary syndrome. Hematol Oncol Clin North Am 9 (5): 1109-16, 1995.
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  37. de Quatrebarbes J, Estève E, Bagot M, et al.: Treatment of early-stage mycosis fungoides with twice-weekly applications of mechlorethamine and topical corticosteroids: a prospective study. Arch Dermatol 141 (9): 1117-20, 2005.
  38. Dummer R, Quaglino P, Becker JC, et al.: Prospective international multicenter phase II trial of intravenous pegylated liposomal doxorubicin monochemotherapy in patients with stage IIB, IVA, or IVB advanced mycosis fungoides: final results from EORTC 21012. J Clin Oncol 30 (33): 4091-7, 2012.
  39. Wollina U, Dummer R, Brockmeyer NH, et al.: Multicenter study of pegylated liposomal doxorubicin in patients with cutaneous T-cell lymphoma. Cancer 98 (5): 993-1001, 2003.
  40. Quereux G, Marques S, Nguyen JM, et al.: Prospective multicenter study of pegylated liposomal doxorubicin treatment in patients with advanced or refractory mycosis fungoides or Sézary syndrome. Arch Dermatol 144 (6): 727-33, 2008.
  41. Horwitz SM, Kim YH, Foss F, et al.: Identification of an active, well-tolerated dose of pralatrexate in patients with relapsed or refractory cutaneous T-cell lymphoma. Blood 119 (18): 4115-22, 2012.
  42. Talpur R, Thompson A, Gangar P, et al.: Pralatrexate alone or in combination with bexarotene: long-term tolerability in relapsed/refractory mycosis fungoides. Clin Lymphoma Myeloma Leuk 14 (4): 297-304, 2014.
  43. Duffy R, Jennings T, Kartan S, et al.: Special Considerations in the Treatment of Mycosis Fungoides. Am J Clin Dermatol 20 (4): 571-578, 2019.
  44. Querfeld C, Rosen ST, Guitart J, et al.: Results of an open-label multicenter phase 2 trial of lenalidomide monotherapy in refractory mycosis fungoides and Sézary syndrome. Blood 123 (8): 1159-66, 2014.
  45. Duvic M, Hymes K, Heald P, et al.: Bexarotene is effective and safe for treatment of refractory advanced-stage cutaneous T-cell lymphoma: multinational phase II-III trial results. J Clin Oncol 19 (9): 2456-71, 2001.
  46. Heald P, Mehlmauer M, Martin AG, et al.: Topical bexarotene therapy for patients with refractory or persistent early-stage cutaneous T-cell lymphoma: results of the phase III clinical trial. J Am Acad Dermatol 49 (5): 801-15, 2003.
  47. Duvic M, Dummer R, Becker JC, et al.: Panobinostat activity in both bexarotene-exposed and -naïve patients with refractory cutaneous T-cell lymphoma: results of a phase II trial. Eur J Cancer 49 (2): 386-94, 2013.
  48. Olsen EA, Kim YH, Kuzel TM, et al.: Phase IIb multicenter trial of vorinostat in patients with persistent, progressive, or treatment refractory cutaneous T-cell lymphoma. J Clin Oncol 25 (21): 3109-15, 2007.
  49. Piekarz RL, Frye R, Turner M, et al.: Phase II multi-institutional trial of the histone deacetylase inhibitor romidepsin as monotherapy for patients with cutaneous T-cell lymphoma. J Clin Oncol 27 (32): 5410-7, 2009.
  50. Kim YH, Tavallaee M, Sundram U, et al.: Phase II Investigator-Initiated Study of Brentuximab Vedotin in Mycosis Fungoides and Sézary Syndrome With Variable CD30 Expression Level: A Multi-Institution Collaborative Project. J Clin Oncol 33 (32): 3750-8, 2015.
  51. Duvic M, Tetzlaff MT, Gangar P, et al.: Results of a Phase II Trial of Brentuximab Vedotin for CD30+ Cutaneous T-Cell Lymphoma and Lymphomatoid Papulosis. J Clin Oncol 33 (32): 3759-65, 2015.
  52. Khodadoust MS, Rook AH, Porcu P, et al.: Pembrolizumab in Relapsed and Refractory Mycosis Fungoides and Sézary Syndrome: A Multicenter Phase II Study. J Clin Oncol 38 (1): 20-28, 2020.
  53. Ratner L, Waldmann TA, Janakiram M, et al.: Rapid Progression of Adult T-Cell Leukemia-Lymphoma after PD-1 Inhibitor Therapy. N Engl J Med 378 (20): 1947-1948, 2018.
  54. Bennani NN, Kim HJ, Pederson LD, et al.: Nivolumab in patients with relapsed or refractory peripheral T-cell lymphoma: modest activity and cases of hyperprogression. J Immunother Cancer 10 (6): , 2022.

Tratamiento de la micosis fungoide y el síndrome de Sézary recidivantes

El tratamiento de los pacientes con micosis fungoide y síndrome de Sézary en recaída implica la toma de decisiones conjuntas entre el dermatólogo, el oncólogo y el radioncólogo. Es posible volver a tratar las áreas localizadas recidivantes en la piel con más radioterapia de haz de electrones o repetir la radioterapia total de la piel con haz de electrones (TSEB).[1] La radiación con fotones dirigida a masas cutáneas o ganglionares voluminosas a veces es beneficiosa. Si no es posible usar estas opciones, entonces quizás esté indicado continuar el tratamiento tópico con otras modalidades como clormetina o psoraleno y radiación ultravioleta A (PUVA) con el fin de aliviar los síntomas cutáneos.

Los pacientes deben considerar los ensayos clínicos como una opción terapéutica.

Opciones de tratamiento para la micosis fungoide y el síndrome de Sézary recidivantes

Las opciones de tratamiento en evaluación clínica para la micosis fungoide y el síndrome de Sézary recidivantes son las siguientes:[2,3]

  1. Radioterapia.
  2. Terapia fotodinámica.
  3. Quimioterapia.
  4. Otras terapias farmacológicas.
  5. Terapia biológica.
  6. Trasplante de células madre alogénico.
  7. Terapia dirigida.

Radioterapia

  1. Radioterapia con haz de electrones adicional o repetición de la TSEB.
    • La radioterapia con haz de electrones de energías apropiadas penetrará solamente la dermis; por lo tanto, es posible tratar la piel sola sin causar efectos sistémicos. Esta terapia exige instalaciones de radioterapia asistidas por físicos y bastante pericia técnica para administrar la dosimetría precisa. Es posible que la TSEB cause efectos tóxicos cutáneos a corto y largo plazo; además, no está disponible de forma generalizada.
    • Esta terapia produce excelente paliación con respuestas completas de hasta el 80 %, y se puede combinar con tratamiento sistémico. A partir de la supervivencia prolongada de estos pacientes en estadio temprano, la radioterapia con haz de electrones en ocasiones se usa con intención curativa.[4,5,6,7,8] Los pacientes con una sola lesión de micosis fungoide tratados con radioterapia local a veces alcanzan una supervivencia sin enfermedad (SSE) a largo plazo.[9]
  2. Radiación con fotones para masas cutáneas o ganglionares voluminosas.[10]

Terapia fotodinámica

  1. Radioterapia PUVA.[11,12,13,14,15,16]
    • En los ensayos terapéuticos con PUVA se observó una tasa de remisión completa del 80 % al 90 %; aquellos pacientes en estadios cutáneos tempranos lograron las mejores respuestas. Es posible usar PUVA combinada con tratamiento sistémico.[15] Por lo general, se necesita continuar con terapia PUVA de mantenimiento administrada a intervalos más amplios para prolongar la duración de la remisión.[11,12,13,15] La PUVA combinada con interferón α-2a se relaciona con una tasa de respuesta alta.[14,15]
  2. Radiación ultravioleta B de banda estrecha.[17,18]
    • En estudios de un solo grupo y en comparaciones retrospectivas se confirmaron tasas de remisión completa del 80 % al 90 % con el uso de radiación ultravioleta B de banda estrecha, en especial para pacientes con estadios cutáneos tempranos.[17,18]
    • En una revisión sistemática y metanálisis de Cochrane se comparó la terapia PUVA con la radiación ultravioleta B de banda estrecha en 778 pacientes con micosis fungoide en estadio temprano (estadios IA, IB y IIA). Se observaron tasas de respuestas completas significativamente más altas en los pacientes tratados con PUVA (73,8 vs. 62,2 %; cociente de riesgos instantáneos [CRI], 1,68; intervalo de confianza [IC] 95 %, 1,02–2,76; P = 0,04). No hubo diferencias significativas en los efectos adversos.[16][Nivel de evidencia B3]
  3. La fotoforesis extracorpórea (ECP) produjo regresión tumoral en pacientes resistentes a otras terapias.[19,20]
    • En un análisis retrospectivo de 65 pacientes, con una mediana de seguimiento de 48 meses, el uso de ECP desde la primera hasta la tercera línea de tratamiento produjo una mediana de tiempo hasta el siguiente tratamiento (TTNT) más larga que otras opciones sistémicas (P < 0,03).[21][Nivel de evidencia C3]

Quimioterapia

  1. Tratamiento tópico con clormetina o PUVA.
    • Esta forma de tratamiento a veces se usa con finalidad paliativa o para complementar abordajes terapéuticos dirigidos a la enfermedad ganglionar o visceral. La aplicación tópica de clormetina produce regresión de las lesiones cutáneas; en particular, es eficaz en los estadios tempranos de la enfermedad. La tasa general de remisión completa se relaciona con el estadio cutáneo; presentan una respuesta completa entre un 50 % y un 80 % de los pacientes con clasificación TNM T1; entre un 25 % y un 75 % de los pacientes con clasificación T2, hasta un 50 % de los pacientes con clasificación T3, y entre un 20 % y un 40 % de los pacientes con clasificación T4. La tasa general de remisión completa en 243 pacientes fue del 64 % y se relacionó con el estadio: hasta un 35 % de los pacientes en estadio IV presentaron respuestas completas. Por lo general, los tratamientos se continúan durante 2 o 3 años. Es posible obtener una SSE continua a 5 años hasta en el 33 % de los pacientes en estadio T1.[4,22,23]
  2. Pralatrexato (análogo del folato).[24,25]
    • Por lo general, los fármacos de quimioterapia producen respuestas cortas. En una revisión retrospectiva de 198 pacientes con enfermedad en estadio avanzado, la mediana de TTNT fue de 4 meses.[26]
  3. Doxorrubicina liposomal pegilada.[27,28,29]
  4. Quimioterapia sistémica: clorambucilo con prednisona, clormetina, ciclofosfamida, metotrexato y quimioterapia combinada.[26,30,31,32]

Otras terapias farmacológicas

  1. Tratamiento sintomático con corticoesteroides tópicos.
  2. Bexaroteno, un retinoide oral o tópico.[33,34]
  3. Lenalidomida.[35]
  4. Vorinostat o romidepsina, u otros inhibidores de la histona–desacetilasa (HDACi).[36,37,38]
    • En una revisión retrospectiva de 198 pacientes con micosis fungoide y síndrome de Sézary se comparó el TTNT obtenido con HDACi y quimioterapia convencional. El HDACi proporcionó un TTNT más largo de 4,5 meses (IC 95 %, 4,0–6,1) que el de la quimioterapia, con la que se obtuvo un TTNT de 3,9 meses (IC 95 %, 3,2–5,1; P = 0,01).[26][Nivel de evidencia C3]

Terapia biológica

  1. Interferón α solo o combinado con otros fármacos; por ejemplo de uso tópico.[39,40]
    • En una revisión retrospectiva de 198 pacientes con micosis fungoide y síndrome de Sézary, se comparó el TTNT entre los pacientes que recibieron interferón α y quimioterapia convencional. El interferón α proporcionó un TTNT más largo de 8,7 meses (IC 95 %, 6,0–18,0) que el de la quimioterapia, con la que se obtuvo un TTNT de 3,9 meses (IC 95 %, 3,2–5,1) (P < 0,00001).[26][Nivel de evidencia C3]

Trasplante de células madre alogénico

  1. Trasplante de células madre (TCM) alogénico.[41,42,43,43,44,45]
    • En pacientes muy seleccionados, la tasa de supervivencia general (SG) a 5 años oscila entre el 30 % y el 50 %, y la tasa de supervivencia sin recaída oscila entre el 15 % y el 25 %.[41,42,43,44,45]

Terapia dirigida

  1. Brentuximab vedotina.[46,47]
    • En dos ensayos de fase II de 58 pacientes con expresión variable de CD30, se observó una tasa de respuesta de entre el 50 % y el 70 %; el 50 % de los pacientes continuaba en remisión al cabo de 1 año.[46,47][Nivel de evidencia C3]
  2. Mogamulizumab.[48]
    1. En un ensayo aleatorizado prospectivo, 372 pacientes que ya habían sido tratados recibieron mogamulizumab, un anticuerpo monoclonal dirigido contra el receptor de quimiocina CC 4, o el HDACi vorinostat.
      • Al cabo de una mediana de seguimiento de 17 meses, la mediana de supervivencia sin progresión fue de 7,7 meses para los pacientes que recibieron mogamulizumab y de 3,1 meses para los pacientes que recibieron vorinostat (CRI, 0,53; IC 95 %, 0,41−0,69; P < 0,0001).[48][Nivel de evidencia B1]
      • Mogamulizumab es eficaz sobre todo en pacientes con compromiso sanguíneo, como aquellos con síndrome de Sézary.
      • Este estudio preliminar no se diseñó para detectar diferencias en la SG.

    Por lo general, en los pacientes que se van a someter a un TCM alogénico, se evita el uso de mogamulizumab de acuerdo con los datos de un estudio japonés en el que se observó un aumento del riesgo de enfermedad de injerto contra huésped (EICH) grave en pacientes que se trataron de antemano con este medicamento.[49] Aún falta determinar la relevancia de estos hallazgos en otros países y el efecto de diferentes regímenes profilácticos de la EICH en estos pacientes.

Ensayos clínicos en curso

Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.

Referencias:

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  2. Trautinger F, Knobler R, Willemze R, et al.: EORTC consensus recommendations for the treatment of mycosis fungoides/Sézary syndrome. Eur J Cancer 42 (8): 1014-30, 2006.
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  4. Chinn DM, Chow S, Kim YH, et al.: Total skin electron beam therapy with or without adjuvant topical nitrogen mustard or nitrogen mustard alone as initial treatment of T2 and T3 mycosis fungoides. Int J Radiat Oncol Biol Phys 43 (5): 951-8, 1999.
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  15. Olsen EA, Hodak E, Anderson T, et al.: Guidelines for phototherapy of mycosis fungoides and Sézary syndrome: A consensus statement of the United States Cutaneous Lymphoma Consortium. J Am Acad Dermatol 74 (1): 27-58, 2016.
  16. Phan K, Ramachandran V, Fassihi H, et al.: Comparison of Narrowband UV-B With Psoralen-UV-A Phototherapy for Patients With Early-Stage Mycosis Fungoides: A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA Dermatol 155 (3): 335-341, 2019.
  17. Almohideb M, Walsh S, Walsh S, et al.: Bath Psoralen-ultraviolet A and Narrowband Ultraviolet B Phototherapy as Initial Therapy for Early-stage Mycosis Fungoides: A Retrospective Cohort of 267 Cases at the University of Toronto. Clin Lymphoma Myeloma Leuk 17 (9): 604-612, 2017.
  18. Elcin G, Duman N, Karahan S, et al.: Long-term follow-up of early mycosis fungoides patients treated with narrowband ultraviolet B phototherapy. J Dermatolog Treat 25 (3): 268-73, 2014.
  19. Edelson R, Berger C, Gasparro F, et al.: Treatment of cutaneous T-cell lymphoma by extracorporeal photochemotherapy. Preliminary results. N Engl J Med 316 (6): 297-303, 1987.
  20. Heald PW, Perez MI, McKiernan G, et al.: Extracorporeal photochemotherapy for CTCL. Prog Clin Biol Res 337: 443-7, 1990.
  21. Gao C, McCormack C, van der Weyden C, et al.: Prolonged survival with the early use of a novel extracorporeal photopheresis regimen in patients with Sézary syndrome. Blood 134 (16): 1346-1350, 2019.
  22. Lessin SR, Duvic M, Guitart J, et al.: Topical chemotherapy in cutaneous T-cell lymphoma: positive results of a randomized, controlled, multicenter trial testing the efficacy and safety of a novel mechlorethamine, 0.02%, gel in mycosis fungoides. JAMA Dermatol 149 (1): 25-32, 2013.
  23. de Quatrebarbes J, Estève E, Bagot M, et al.: Treatment of early-stage mycosis fungoides with twice-weekly applications of mechlorethamine and topical corticosteroids: a prospective study. Arch Dermatol 141 (9): 1117-20, 2005.
  24. Horwitz SM, Kim YH, Foss F, et al.: Identification of an active, well-tolerated dose of pralatrexate in patients with relapsed or refractory cutaneous T-cell lymphoma. Blood 119 (18): 4115-22, 2012.
  25. Talpur R, Thompson A, Gangar P, et al.: Pralatrexate alone or in combination with bexarotene: long-term tolerability in relapsed/refractory mycosis fungoides. Clin Lymphoma Myeloma Leuk 14 (4): 297-304, 2014.
  26. Hughes CF, Khot A, McCormack C, et al.: Lack of durable disease control with chemotherapy for mycosis fungoides and Sézary syndrome: a comparative study of systemic therapy. Blood 125 (1): 71-81, 2015.
  27. Dummer R, Quaglino P, Becker JC, et al.: Prospective international multicenter phase II trial of intravenous pegylated liposomal doxorubicin monochemotherapy in patients with stage IIB, IVA, or IVB advanced mycosis fungoides: final results from EORTC 21012. J Clin Oncol 30 (33): 4091-7, 2012.
  28. Wollina U, Dummer R, Brockmeyer NH, et al.: Multicenter study of pegylated liposomal doxorubicin in patients with cutaneous T-cell lymphoma. Cancer 98 (5): 993-1001, 2003.
  29. Quereux G, Marques S, Nguyen JM, et al.: Prospective multicenter study of pegylated liposomal doxorubicin treatment in patients with advanced or refractory mycosis fungoides or Sézary syndrome. Arch Dermatol 144 (6): 727-33, 2008.
  30. Kaye FJ, Bunn PA, Steinberg SM, et al.: A randomized trial comparing combination electron-beam radiation and chemotherapy with topical therapy in the initial treatment of mycosis fungoides. N Engl J Med 321 (26): 1784-90, 1989.
  31. Rosen ST, Foss FM: Chemotherapy for mycosis fungoides and the Sézary syndrome. Hematol Oncol Clin North Am 9 (5): 1109-16, 1995.
  32. Zackheim HS, Epstein EH: Low-dose methotrexate for the Sézary syndrome. J Am Acad Dermatol 21 (4 Pt 1): 757-62, 1989.
  33. Miller VA, Benedetti FM, Rigas JR, et al.: Initial clinical trial of a selective retinoid X receptor ligand, LGD1069. J Clin Oncol 15 (2): 790-5, 1997.
  34. Duvic M, Hymes K, Heald P, et al.: Bexarotene is effective and safe for treatment of refractory advanced-stage cutaneous T-cell lymphoma: multinational phase II-III trial results. J Clin Oncol 19 (9): 2456-71, 2001.
  35. Querfeld C, Rosen ST, Guitart J, et al.: Results of an open-label multicenter phase 2 trial of lenalidomide monotherapy in refractory mycosis fungoides and Sézary syndrome. Blood 123 (8): 1159-66, 2014.
  36. Duvic M, Dummer R, Becker JC, et al.: Panobinostat activity in both bexarotene-exposed and -naïve patients with refractory cutaneous T-cell lymphoma: results of a phase II trial. Eur J Cancer 49 (2): 386-94, 2013.
  37. Olsen EA, Kim YH, Kuzel TM, et al.: Phase IIb multicenter trial of vorinostat in patients with persistent, progressive, or treatment refractory cutaneous T-cell lymphoma. J Clin Oncol 25 (21): 3109-15, 2007.
  38. Piekarz RL, Frye R, Turner M, et al.: Phase II multi-institutional trial of the histone deacetylase inhibitor romidepsin as monotherapy for patients with cutaneous T-cell lymphoma. J Clin Oncol 27 (32): 5410-7, 2009.
  39. Foss FM, Ihde DC, Breneman DL, et al.: Phase II study of pentostatin and intermittent high-dose recombinant interferon alfa-2a in advanced mycosis fungoides/Sézary syndrome. J Clin Oncol 10 (12): 1907-13, 1992.
  40. Olsen EA, Bunn PA: Interferon in the treatment of cutaneous T-cell lymphoma. Hematol Oncol Clin North Am 9 (5): 1089-107, 1995.
  41. Molina A, Zain J, Arber DA, et al.: Durable clinical, cytogenetic, and molecular remissions after allogeneic hematopoietic cell transplantation for refractory Sezary syndrome and mycosis fungoides. J Clin Oncol 23 (25): 6163-71, 2005.
  42. Duvic M, Donato M, Dabaja B, et al.: Total skin electron beam and non-myeloablative allogeneic hematopoietic stem-cell transplantation in advanced mycosis fungoides and Sezary syndrome. J Clin Oncol 28 (14): 2365-72, 2010.
  43. Duarte RF, Boumendil A, Onida F, et al.: Long-term outcome of allogeneic hematopoietic cell transplantation for patients with mycosis fungoides and Sézary syndrome: a European society for blood and marrow transplantation lymphoma working party extended analysis. J Clin Oncol 32 (29): 3347-8, 2014.
  44. Schlaak M, Pickenhain J, Theurich S, et al.: Allogeneic stem cell transplantation versus conventional therapy for advanced primary cutaneous T-cell lymphoma. Cochrane Database Syst Rev 1: CD008908, 2012.
  45. Lechowicz MJ, Lazarus HM, Carreras J, et al.: Allogeneic hematopoietic cell transplantation for mycosis fungoides and Sezary syndrome. Bone Marrow Transplant 49 (11): 1360-5, 2014.
  46. Kim YH, Tavallaee M, Sundram U, et al.: Phase II Investigator-Initiated Study of Brentuximab Vedotin in Mycosis Fungoides and Sézary Syndrome With Variable CD30 Expression Level: A Multi-Institution Collaborative Project. J Clin Oncol 33 (32): 3750-8, 2015.
  47. Duvic M, Tetzlaff MT, Gangar P, et al.: Results of a Phase II Trial of Brentuximab Vedotin for CD30+ Cutaneous T-Cell Lymphoma and Lymphomatoid Papulosis. J Clin Oncol 33 (32): 3759-65, 2015.
  48. Kim YH, Bagot M, Pinter-Brown L, et al.: Mogamulizumab versus vorinostat in previously treated cutaneous T-cell lymphoma (MAVORIC): an international, open-label, randomised, controlled phase 3 trial. Lancet Oncol 19 (9): 1192-1204, 2018.
  49. Sugio T, Kato K, Aoki T, et al.: Mogamulizumab Treatment Prior to Allogeneic Hematopoietic Stem Cell Transplantation Induces Severe Acute Graft-versus-Host Disease. Biol Blood Marrow Transplant 22 (9): 1608-1614, 2016.

Tratamiento del linfoma anaplásico de células grandes cutáneo primario

El linfoma anaplásico de células grandes cutáneo primario se presenta solo en la piel sin enfermedad linfoproliferativa preexistente ni sitios de compromiso extracutáneos.[1,2,3] Los pacientes con este tipo de linfoma presentan variantes de la enfermedad que abarcan desde una papulosis linfomatoide clínicamente benigna caracterizada por nódulos localizados que a veces desaparecen solos, hasta una enfermedad progresiva y sistémica que exige la administración de quimioterapia combinada intensiva a base de doxorrubicina. El conjunto de estas afecciones se denominan trastorno linfoproliferativo cutáneo primario de células T positivas para CD30.

Los pacientes con enfermedad localizada por lo general se someten a radioterapia. Cuando hay una mayor diseminación, se usa la observación cautelosa o la quimioterapia combinada a base de doxorrubicina.[1,2,3]

Ensayos clínicos en curso

Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.

Referencias:

  1. de Bruin PC, Beljaards RC, van Heerde P, et al.: Differences in clinical behaviour and immunophenotype between primary cutaneous and primary nodal anaplastic large cell lymphoma of T-cell or null cell phenotype. Histopathology 23 (2): 127-35, 1993.
  2. Willemze R, Beljaards RC: Spectrum of primary cutaneous CD30 (Ki-1)-positive lymphoproliferative disorders. A proposal for classification and guidelines for management and treatment. J Am Acad Dermatol 28 (6): 973-80, 1993.
  3. Kempf W, Pfaltz K, Vermeer MH, et al.: EORTC, ISCL, and USCLC consensus recommendations for the treatment of primary cutaneous CD30-positive lymphoproliferative disorders: lymphomatoid papulosis and primary cutaneous anaplastic large-cell lymphoma. Blood 118 (15): 4024-35, 2011.

Tratamiento del linfoma subcutáneo de células T similar a la paniculitis

El linfoma subcutáneo de células T similar a la paniculitis se localiza en el tejido subcutáneo y en ocasiones se relaciona con linfohistiocitosis hemofagocítica (LHH).[1,2,3,4] En informes anecdóticos se indica que la presencia de LHH, o la ausencia de esta, es un factor pronóstico importante.[5] Los pacientes con linfoma subcutáneo de células T similar a la paniculitis tienen células que expresan fenotipo α-β.

Los pacientes con fenotipo γ-δ tienen una evolución clínica más maligna que se clasifica, en su lugar, como linfoma cutáneo primario de células T γ-δ.[6,7,8] Para obtener más información, consultar Tratamiento del linfoma no Hodgkin periférico de células T.

El tratamiento del linfoma subcutáneo de células T similar a la paniculitis depende del cuadro clínico inicial (incluso la gravedad de los síntomas y la presencia o ausencia de citopenias y LHH), así como de la trayectoria y la malignidad de la enfermedad manifiesta. Los casos asintomáticos o de crecimiento lento (indolentes) a menudo se tratan con inmunodepresores, como metotrexato [9] o ciclosporina orales.[10] Por el contrario, las formas de crecimiento más rápido omás agresivas a menudo se tratan con una combinación de quimioterapia como la CHO(E)P (ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina y prednisona, con etopósido o sin este) que, según informes anecdóticos, presentan respuestas variables.[11] El inhibidor de JAK2 ruxolitinib también se ha usado para el tratamiento de pacientes con linfoma subcutáneo de células T similar a la paniculitis que presentan una LHH asociada, incluso hay informes anecdóticos sobre respuestas de pacientes con enfermedad que no respondieron a la terapia con CHOP (ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina y prednisona).[12] En los casos de enfermedad de gran malignidad, muy agresiva o en recaída, también se ha usado la consolidación con trasplante de células madre alogénico.[13,14]

Ensayos clínicos en curso

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Referencias:

  1. Go RS, Wester SM: Immunophenotypic and molecular features, clinical outcomes, treatments, and prognostic factors associated with subcutaneous panniculitis-like T-cell lymphoma: a systematic analysis of 156 patients reported in the literature. Cancer 101 (6): 1404-13, 2004.
  2. Marzano AV, Berti E, Paulli M, et al.: Cytophagic histiocytic panniculitis and subcutaneous panniculitis-like T-cell lymphoma: report of 7 cases. Arch Dermatol 136 (7): 889-96, 2000.
  3. Hoque SR, Child FJ, Whittaker SJ, et al.: Subcutaneous panniculitis-like T-cell lymphoma: a clinicopathological, immunophenotypic and molecular analysis of six patients. Br J Dermatol 148 (3): 516-25, 2003.
  4. Salhany KE, Macon WR, Choi JK, et al.: Subcutaneous panniculitis-like T-cell lymphoma: clinicopathologic, immunophenotypic, and genotypic analysis of alpha/beta and gamma/delta subtypes. Am J Surg Pathol 22 (7): 881-93, 1998.
  5. Willemze R: Cutaneous lymphomas with a panniculitic presentation. Semin Diagn Pathol 34 (1): 36-43, 2017.
  6. Massone C, Chott A, Metze D, et al.: Subcutaneous, blastic natural killer (NK), NK/T-cell, and other cytotoxic lymphomas of the skin: a morphologic, immunophenotypic, and molecular study of 50 patients. Am J Surg Pathol 28 (6): 719-35, 2004.
  7. Arnulf B, Copie-Bergman C, Delfau-Larue MH, et al.: Nonhepatosplenic gammadelta T-cell lymphoma: a subset of cytotoxic lymphomas with mucosal or skin localization. Blood 91 (5): 1723-31, 1998.
  8. Toro JR, Liewehr DJ, Pabby N, et al.: Gamma-delta T-cell phenotype is associated with significantly decreased survival in cutaneous T-cell lymphoma. Blood 101 (9): 3407-12, 2003.
  9. Grinich E, Koon SM, Cascio MJ, et al.: Subcutaneous panniculitis-like T-cell lymphoma responsive to combination therapy with methotrexate and corticosteroids. Dermatol Online J 24 (9): , 2018.
  10. Rojnuckarin P, Nakorn TN, Assanasen T, et al.: Cyclosporin in subcutaneous panniculitis-like T-cell lymphoma. Leuk Lymphoma 48 (3): 560-3, 2007.
  11. Willemze R, Jansen PM, Cerroni L, et al.: Subcutaneous panniculitis-like T-cell lymphoma: definition, classification, and prognostic factors: an EORTC Cutaneous Lymphoma Group Study of 83 cases. Blood 111 (2): 838-45, 2008.
  12. Lévy R, Fusaro M, Guerin F, et al.: Efficacy of ruxolitinib in subcutaneous panniculitis-like T-cell lymphoma and hemophagocytic lymphohistiocytosis. Blood Adv 4 (7): 1383-1387, 2020.
  13. Weng W, Iragavarapu C, Weng GM, et al.: Long-term remission with allogeneic transplant in patients with refractory/relapsed cutaneous cytotoxic T-cell lymphoma. Blood Neoplasia 1 (2): 2024.
  14. Ichii M, Hatanaka K, Imakita M, et al.: Successful treatment of refractory subcutaneous panniculitis-like T-cell lymphoma with allogeneic peripheral blood stem cell transplantation from HLA-mismatched sibling donor. Leuk Lymphoma 47 (10): 2250-2, 2006.

Tratamiento del linfoma cutáneo primario de células T γ-δ

El linfoma cutáneo primario de células T γ-δ es una forma rara y muy maligna de linfoma cutáneo de células T que se relaciona con un pronóstico precario. En ocasiones, estos pacientes presentan compromiso de la epidermis, la dermis, la región subcutánea, o la mucosa con ulceración o sin esta. El tratamiento del linfoma cutáneo primario de células T γ-δ es similar al de los linfomas periféricos de células T de mayor malignidad, con el régimen CHO(E)P (ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina y prednisona, con etopósido o sin este).[1,2,3,4,5] Para los pacientes que logran la remisión, hay informes que indican supervivencia prolongada después de la consolidación con trasplante de células madre alogénico.[6]

Ensayos clínicos en curso

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Referencias:

  1. Arnulf B, Copie-Bergman C, Delfau-Larue MH, et al.: Nonhepatosplenic gammadelta T-cell lymphoma: a subset of cytotoxic lymphomas with mucosal or skin localization. Blood 91 (5): 1723-31, 1998.
  2. Toro JR, Liewehr DJ, Pabby N, et al.: Gamma-delta T-cell phenotype is associated with significantly decreased survival in cutaneous T-cell lymphoma. Blood 101 (9): 3407-12, 2003.
  3. Le Gouill S, Milpied N, Buzyn A, et al.: Graft-versus-lymphoma effect for aggressive T-cell lymphomas in adults: a study by the Société Francaise de Greffe de Moëlle et de Thérapie Cellulaire. J Clin Oncol 26 (14): 2264-71, 2008.
  4. Pro B, Allen P, Behdad A: Hepatosplenic T-cell lymphoma: a rare but challenging entity. Blood 136 (18): 2018-2026, 2020.
  5. Alberti-Violetti S, Maronese CA, Venegoni L, et al.: Primary Cutaneous Gamma-Delta T Cell Lymphomas: A Case Series and Overview of the Literature. Dermatopathology (Basel) 8 (4): 515-524, 2021.
  6. Isufi I, Seropian S, Gowda L, et al.: Outcomes for allogeneic stem cell transplantation in refractory mycosis fungoides and primary cutaneous gamma Delta T cell lymphomas. Leuk Lymphoma 61 (12): 2955-2961, 2020.

Tratamiento del linfoma cutáneo primario agresivo epidermotrópicode células T positivas para CD8

El linfoma cutáneo primario agresivo epidermotrópico de células T positivas para CD8 es otra forma de linfoma cutáneo de células T rara y especialmente maligna. Los pacientes por lo general presentan placas ulcerosas o tumores y, con frecuencia, compromiso de la mucosa. Las células neoplásicas se caracterizan por la expresión de CD8 y un fenotipo citotóxico.[1] Por lo general, se usa la quimioterapia multimodal, como CHO(E)P (ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina y prednisona, con etopósido o sin este). Los desenlaces son, en su mayoría, precarios, y las remisiones prolongadas son muy infrecuentes si los pacientes no se someten a un trasplante de células madre alogénico.[2]

Ensayos clínicos en curso

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Referencias:

  1. Nofal A, Abdel-Mawla MY, Assaf M, et al.: Primary cutaneous aggressive epidermotropic CD8+ T-cell lymphoma: proposed diagnostic criteria and therapeutic evaluation. J Am Acad Dermatol 67 (4): 748-59, 2012.
  2. Guitart J, Martinez-Escala ME, Subtil A, et al.: Primary cutaneous aggressive epidermotropic cytotoxic T-cell lymphomas: reappraisal of a provisional entity in the 2016 WHO classification of cutaneous lymphomas. Mod Pathol 30 (5): 761-772, 2017.

Referencias importantes para la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T

Los miembros del Consejo editorial del PDQ sobre el tratamiento para adultos seleccionaron estas referencias bibliográficas por su importancia en el entorno del tratamiento de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T. Esta lista se proporciona para informar a los interesados sobre estudios importantes que han ayudado a conformar la comprensión actual sobre las opciones de tratamiento para la la micosis fungoide y el síndrome de Sézary. A continuación, se indican las secciones del resumen en las que se citaron las referencias.

  • Agar NS, Wedgeworth E, Crichton S, et al.: Survival outcomes and prognostic factors in mycosis fungoides/Sézary syndrome: validation of the revised International Society for Cutaneous Lymphomas/European Organisation for Research and Treatment of Cancer staging proposal. J Clin Oncol 28 (31): 4730-9, 2010. [PUBMED Abstract]

    Citada en:

    • Información general sobre la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T
    • Información sobre los estadios de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T
  • Hughes CF, Khot A, McCormack C, et al.: Lack of durable disease control with chemotherapy for mycosis fungoides and Sézary syndrome: a comparative study of systemic therapy. Blood 125 (1): 71-81, 2015. [PUBMED Abstract]

    Citada en:

    • Tratamiento de la micosis fungoide en estadio I y estadio II
    • Tratamiento de la micosis fungoide y el síndrome de Sézary en estadio III y estadio IV
    • Tratamiento de la micosis fungoide y el síndrome de Sézary recidivantes
  • Kadin ME, Hughey LC, Wood GS: Large-cell transformation of mycosis fungoides-differential diagnosis with implications for clinical management: a consensus statement of the US Cutaneous Lymphoma Consortium. J Am Acad Dermatol 70 (2): 374-6, 2014. [PUBMED Abstract]

    Citada en:

    • Información general sobre la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T
  • Quaglino P, Pimpinelli N, Berti E, et al.: Time course, clinical pathways, and long-term hazards risk trends of disease progression in patients with classic mycosis fungoides: a multicenter, retrospective follow-up study from the Italian Group of Cutaneous Lymphomas. Cancer 118 (23): 5830-9, 2012. [PUBMED Abstract]

    Citada en:

    • Información general sobre la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T
  • Talpur R, Singh L, Daulat S, et al.: Long-term outcomes of 1,263 patients with mycosis fungoides and Sézary syndrome from 1982 to 2009. Clin Cancer Res 18 (18): 5051-60, 2012. [PUBMED Abstract]

    Citada en:

    • Información general sobre la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T

Actualizaciones más recientes a este resumen (09 / 05 / 2024)

Los resúmenes del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan a medida que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes introducidos en este resumen a partir de la fecha arriba indicada.

Información sobre los estadios de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T

Se revisó el Cuadro 5, Definiciones TNM para los estadios IVA1, IVA2 y IVB para incluir el criterio del compromiso de sangre periférica para B2.

Aspectos generales de las opciones de tratamiento de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T

Se revisó el Cuadro 6, Opciones de tratamiento de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T.

Tratamiento de la micosis fungoide y el síndrome de Sézary en estadio III y estadio IV

Se añadió texto para indicar que hay informes anecdóticos de hiperprogresión de neoplasias de células T después del tratamiento con inhibidores de puntos de control inmunitarios (se citó a Ratner et al. y Bennani et al. como referencias 53 y 54, respectivamente).

Tratamiento de la micosis fungoide y el síndrome de Sézary recidivantes

Se añadió texto para indicar que el mogamulizumab es eficaz sobre todo en pacientes con compromiso sanguíneo, como aquellos con síndrome de Sézary.

Se añadió texto para indicar que, por lo general, en los pacientes que se van a someter a un TCM alogénico se evita el uso del mogamulizumab de acuerdo con los datos de un estudio japonés (se citó a Sugio et al. como referencia 49).

Tratamiento del linfoma subcutáneo de células T similar a la paniculitis

Esta sección fue objeto de revisión integral.

Tratamiento del linfoma cutáneo primario de células T γ-δ

Esta sección es nueva.

Tratamiento del linfoma cutáneo primario de células T positivo para CD8 epidermotrópico agresivo

Esta sección es nueva.

El Consejo editorial del PDQ sobre el tratamiento para adultos es responsable de la redacción y actualización de este resumen y mantiene independencia editorial respecto del NCI. El resumen refleja una revisión independiente de la bibliografía médica y no representa las políticas del NCI ni de los NIH. Para obtener más información sobre las políticas relativas a los resúmenes y la función de los consejos editoriales del PDQ responsables de su actualización, consultar Información sobre este resumen del PDQ e Información del PDQ® sobre el cáncer dirigida a profesionales de la salud.

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Este resumen de información del PDQ sobre el cáncer dirigido a profesionales de la salud proporciona información integral revisada por expertos y basada en la evidencia sobre el tratamiento de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T. El objetivo es servir como fuente de información y ayuda para los profesionales clínicos durante la atención de pacientes. No ofrece pautas ni recomendaciones formales para tomar decisiones relacionadas con la atención sanitaria.

Revisores y actualizaciones

El consejo editorial del PDQ sobre el tratamiento para adultos, que mantiene independencia editorial respecto del Instituto Nacional del Cáncer (NCI), revisa este resumen de manera periódica y, en caso necesario, lo actualiza. Este resumen es el resultado de una revisión bibliográfica independiente y no constituye una declaración de política del NCI ni de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).

Cada mes, los integrantes de este consejo revisan los artículos publicados recientemente para determinar lo siguiente:

  • Si el artículo se debe analizar en una reunión del consejo.
  • Si conviene añadir texto acerca del artículo.
  • Si se debe reemplazar o actualizar un artículo que ya se citó.

Los cambios en los resúmenes se deciden mediante consenso de los integrantes del consejo después de evaluar la solidez de la evidencia de los artículos publicados y determinar la forma de incorporar el artículo en el resumen.

Los revisores principales del sumario sobre Tratamiento de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T son:

  • Eric J. Seifter, MD (Johns Hopkins University)
  • Cole H. Sterling, MD (Johns Hopkins University)

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Niveles de evidencia

Algunas de las referencias bibliográficas de este resumen se acompañan del nivel de evidencia. El propósito de esto es ayudar al lector a evaluar la solidez de la evidencia que respalda el uso de ciertas intervenciones o abordajes. El consejo editorial del PDQ sobre el tratamiento para adultos emplea un sistema de jerarquización formal para asignar los niveles de evidencia científica.

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Se sugiere citar la referencia bibliográfica de este resumen del PDQ de la siguiente forma:

PDQ® sobre el tratamiento para adultos. PDQ Tratamiento de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/linfoma/pro/tratamiento-micosis-fungoide-pdq. Fecha de acceso: <MM/DD/YYYY>.

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Para obtener más información sobre las opciones para comunicarse con el NCI, incluso la dirección de correo electrónico, el número telefónico o el chat, consultar la página del Servicio de Información de Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer.

Última revisión: 2024-09-05

La Enciclopedia de salud contiene información general de salud. No todos los tratamientos o servicios descritos son beneficios cubiertos para los miembros de Kaiser Permanente ni se ofrecen como servicios de Kaiser Permanente. Para obtener una lista de beneficios cubiertos, consulte su Evidencia de cobertura o Descripción resumida del plan. Para los tratamientos recomendados, consulte con su proveedor de atención médica.