Los baños de contraste se usan para los problemas de tobillo, pie o mano a fin de ayudar a disminuir la inflamación y el dolor. Implica sumergir la extremidad lesionada alternadamente en agua fría y agua tibia (no caliente).
- Alrededor de 48 horas después de una lesión, la extremidad afectada se sumerge en un balde con agua helada (lo más fría que pueda tolerarse) durante alrededor de 2 minutos.
- La extremidad después se mueve a un segundo balde lleno de agua tibia (no caliente), a alrededor de 104 °F (40 °C), durante 30 segundos.
- Los remojos se alternan durante un total de hasta 15 minutos, con el primero y el último remojo en agua fría. Idealmente, los baños se reiteran 3 veces al día.
Es importante finalizar un baño de contraste con un remojo en agua fría para ayudar a reducir la hinchazón.
Estos baños pueden continuarse al menos todos los días hasta 2 semanas. Pero si la hinchazón y los moretones permanecen todo este tiempo, debe consultarse a un médico.
No hay mucha evidencia de que los baños de contraste funcionen mejor que el hielo, pero la teoría es que cambiar la temperatura de fría a tibia y viceversa crea un tipo de bombeo. El calor hace que los vasos sanguíneos se agranden y el frío hace que se achiquen. Alternar entre calor y frío significa que los vasos sanguíneos alternan entre un tamaño más grande y uno más pequeño. Este cambio en el movimiento de la sangre podría ayudar a reducir la inflamación y la hinchazón y eso podría mejorar la amplitud de movimiento en la articulación.