El pie de trinchera (pie de inmersión) es una lesión por frío que ocurre gradualmente a lo largo de varios días de exposición a bajas temperaturas, pero no a nivel de congelamiento. El nombre proviene de los soldados de la Primera Guerra Mundial que empezaron a tener síntomas después de permanecer en trincheras frías y húmedas.
Las señales y los síntomas del pie de trinchera incluyen:
- Piel enrojecida que se vuelve pálida e hinchada.
- Entumecimiento o ardor.
- Calambres en las piernas.
- No hay congelamiento real de la piel.
- Pulso lento o ausente en el pie.
- Aparición de ampollas o úlceras al cabo de 2 a 7 días.
Los primeros auxilios para el pie de trinchera incluyen recalentar las zonas afectadas, aliviar el dolor y prevenir problemas como infección o piel muerta (gangrena).