Una fractura por sobrecarga es una fisura muy delgada en un hueso. En algunos casos, la fisura podría ser tan pequeña que no puede verse en una radiografía.
Por lo general, las fracturas por sobrecarga son causadas por una tensión reiterada en un hueso en lugar de ser causadas por una lesión específica. Pueden suceder en cualquier hueso que soporta peso en forma reiterada. Por ejemplo, son comunes las fracturas por sobrecarga en los huesos pequeños del pie al realizar un entrenamiento deportivo intensivo que implique correr o saltar mucho. También es más probable que las fracturas por sobrecarga sucedan en un hueso que no está acostumbrado ni adaptado para realizar una actividad en particular, como cuando una persona empieza un deporte nuevo.
El síntoma más común de una fractura por sobrecarga es un dolor persistente en el lugar de la fractura. Es posible que el dolor mejore temporalmente mientras hace ejercicio, pero que empeore cada vez más después de cada sesión de ejercicio.
Si se interrumpe la actividad que causó la fractura por sobrecarga, el hueso sanará y los síntomas desaparecerán. Más adelante, se puede retomar gradualmente la actividad hasta que el hueso se adapte a los movimientos reiterados.