Un hombro fracturado puede comprender una fractura de clavícula, de omóplato (escápula), del hueso superior del brazo (húmero) o de la cavidad glenoidea. Esta lesión podría ocurrir cuando alguien se cae contra una mano estirada o recibe un golpe directo en el hombro.
Pueden ocurrir esguinces, distensiones o luxaciones al mismo tiempo que una fractura. Puede ser difícil distinguir entre un esguince grave y una fractura.
Las señales de una fractura pueden incluir:
- Un chasquido o crujido que se oye o siente al momento de la lesión.
- Un hombro que parece deforme o fuera de su posición normal.
- Un hueso que sale o salía a través de la piel o que se puede ver en una herida (si es una fractura expuesta).
Los síntomas de una fractura pueden incluir:
- Un sonido o sensación chirriante.
- Dolor que puede aumentar con el movimiento del hombro o del brazo o cuando se aplica presión a la zona.
- Hinchazón y moretón que aparecen dentro de los 30 minutos de producirse la lesión.
- Movimiento de hombro limitado (debido a la debilidad, no solo al dolor) o un movimiento nuevo donde no hay una articulación.
- Pérdida de sensibilidad normal en el hombro. Puede haber entumecimiento y hormigueo en la zona.
El tiempo de recuperación para una fractura varía según la edad y la salud de la persona y el tipo y la gravedad de la fractura. Una fractura leve en el hombro de un niño podría sanar completamente en algunas semanas. En una persona mayor, una fractura significativa puede tardar meses en sanar, y es posible que el movimiento normal del hombro nunca se recupere.
El tratamiento inicial se concentra en evitar que el hombro lesionado se mueva usando un cabestrillo o inmovilizador de hombro, aplicar hielo y tomar medidas para aliviar el dolor. Para la recuperación, es importante una fisioterapia oportuna para fortalecer el hombro y recuperar el movimiento. Podría haber que operar en algunos casos. Una fractura de hombro sin tratar puede tener como resultado dolor crónico, movimiento limitado del hombro y deformidad.