Los trastornos de lípidos que se heredan se llaman trastornos de lípidos familiares o genéticos. Estos trastornos son problemas que afectan el modo en que el colesterol se produce, usa y traslada en la sangre o en que es eliminado por el organismo. Las personas que tienen trastornos de lípidos pueden tener niveles de colesterol LDL muy altos y/o niveles altos de triglicéridos.
Las personas que tienen trastornos de lípidos suelen correr riesgo de arteriopatía coronaria, a menudo a una edad temprana.
Si se sabe que una persona tiene un trastorno de lípidos, el tratamiento puede comenzarse temprano para reducir el colesterol de la persona. Los miembros de la familia pueden hacerse una prueba para revisar si tienen niveles altos de colesterol y de triglicéridos.
Los ejemplos de los trastornos de lípidos hereditarios incluyen la hiperlipidemia combinada familiar y la hipercolesterolemia familiar.