Una bomba de insulina es un pequeño dispositivo computarizado que le administra insulina al cuerpo. Usar una bomba de insulina es diferente a inyectarse insulina durante el día usando agujas y jeringas de insulina.
Las bombas de insulina pueden programarse para administrar cantidades muy exactas de insulina en una dosis continua (basal) y en dosis adicionales (bolo) cuidadosamente planificadas que se administran en momentos específicos a lo largo del día, por lo general al comer.
Algunas bombas se conectan al cuerpo mediante un tubo delgado y una aguja insertada debajo de la piel, normalmente en el abdomen. Algunas bombas se adhieren directamente al cuerpo y no necesitan tubos. Algunos sistemas de bomba utilizan un control remoto. La mayoría de las bombas pueden contener entre 200 y 300 unidades de insulina, según el modelo que se utilice. Algunas bombas también funcionan como medidor de glucosa en la sangre o se comunican con su medidor para ajustar la dosis en embolada (bolo) de insulina.
Las bombas de insulina permiten flexibilidad en cómo una persona programa sus comidas y refrigerios. Las bombas pueden ayudar a algunas personas a tener menos episodios de niveles bajos de azúcar en la sangre (episodios hipoglucémicos) que las personas que se inyectan insulina. La bomba de insulina está diseñada para imitar el funcionamiento normal del páncreas.