La congestión mamaria es la llenura excesiva de leche en los senos (mamas). Esto puede ocurrir cuando no se está extrayendo bien la leche de los senos por medio de la lactancia, el bombeo o manualmente. Los senos muy congestionados están cada vez más duros, hinchados y sensibles. Los pezones y las areolas pueden llegar a endurecerse y aplanarse, por lo que el bebé puede tener dificultar para prenderse al seno correctamente.
Una madre que tiene una rutina de amamantamiento regular puede tener congestión mamaria si no puede amamantar o bombear la leche tanto como acostumbra o si de pronto deja de amamantar. Una madre que no empieza a amamantar después del parto tendrá varios días de congestión mamaria entre leve y moderada. Esto desaparece gradualmente cuando no se estimulan los senos para que produzcan más leche.
La congestión mamaria grave puede provocar una ligera fiebre y dolor en los nódulos linfáticos de las axilas. Sin tratamiento, la congestión grave puede causar una obstrucción de los conductos galactóforos (mamarios) y una infección de los senos (mastitis).