Una gammagrafía ósea es una prueba que identifica zonas nuevas de crecimiento o desgaste de los huesos. Puede realizarse para evaluar el daño en los huesos, detectar cáncer que se ha diseminado (metastatizado) a los huesos y observar factores que pueden afectar los huesos (que incluyen las infecciones y los traumatismos).
Durante una gammagrafía ósea, se inyecta una pequeña cantidad de sustancia radiactiva (radionúclido) en el torrente sanguíneo. Una cámara toma fotografías de la ubicación de la sustancia radiactiva en el hueso. Las zonas que absorben poca o ninguna cantidad del marcador se ven como sectores oscuros o "fríos". Esto podría mostrar una falta de irrigación de sangre al hueso o ciertos tipos de cáncer. Las zonas de hueso anormal acumulan mucha sustancia radiactiva y aparecen como puntos "calientes" en la imagen. Los puntos calientes pueden significar problemas como artritis, un tumor, una fractura o una infección. A menudo, una gammagrafía ósea puede detectar un problema días o meses antes que una radiografía regular.