Los calambres por el calor ocurren en los músculos durante el ejercicio o después de él debido a que la sudoración hace que el cuerpo pierda agua, sal y otros minerales (electrolitos). Los músculos de las piernas, como los músculos de la pantorrilla o de los muslos, suelen ser los más afectados, pero también pueden producirse calambres musculares abdominales.
Las señales de calambres por calor incluyen:
- Contracciones o espasmos musculares.
- Músculos que se sienten duros y abultados.
- Músculos adoloridos.
- Náuseas y vómito.
- Debilidad y fatiga.
Los calambres por el calor pueden comenzar durante la actividad o hasta varias horas después del ejercicio que causó sudoración abundante, y pueden durar varios minutos. La piel está húmeda y fresca, y los músculos están adoloridos. Pueden producirse contracciones musculares. Tener fatiga, náuseas y vómito también es común con los calambres por el calor.
Beber mucha agua antes, durante y después de la actividad puede prevenir los calambres por el calor. Esto es muy importante cuando hace mucho calor afuera y cuando se hace ejercicio intenso. Las bebidas deportivas se absorben tan rápidamente como el agua, pero también reponen el azúcar, el sodio y otros nutrientes. Las personas que están hidratadas y se aclimatan a ambientes calurosos tienen menos probabilidades de experimentar calambres por el calor.
No se deben usar pastillas (tabletas) de sal. Se absorben lentamente y pueden causar irritación estomacal. Las pastillas de sal no reemplazan la pérdida de agua.