Los bebés nacen normalmente con dos puntos blandos (fontanelas) en la cabeza: un punto blando grande en la parte superior y otro pequeño en la parte posterior. Los puntos blandos son zonas en las que los huesos del cráneo aún no se han unido.
Aunque se denominan puntos blandos, estas zonas están hechas de fibra resistente y pueden tocarse con suavidad.
Cuando un punto blando se endurece, se considera cerrado. A los 4 meses, el punto blando de la parte posterior de la cabeza se ha cerrado. A los 2 años, el punto blando de la parte superior de la cabeza se ha cerrado.
El abultamiento de una fontanela (punto blando) es una señal de aumento de la presión dentro del cráneo.