La fibrosis quística es una enfermedad crónica y progresiva, que suele diagnosticarse en la infancia y que hace que la mucosidad se torne espesa y pegajosa. La mucosidad se acumula y obstruye los conductos de los pulmones, del páncreas y de muchos otros órganos del cuerpo.
No existe una cura para la fibrosis quística, pero un diagnóstico oportuno y nuevos tratamientos están ayudando a las personas a vivir más tiempo. El manejo de la enfermedad varía de una persona a otra y suele concentrarse en tratar los problemas respiratorios y digestivos para prevenir las infecciones y otras complicaciones.