Exámenes de detección del cáncer de endometrio (PDQ®) : Pruebas de detección - información para profesionales de salud [NCI]

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Esta información es producida y suministrada por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés). La información en este tema puede haber cambiado desde que se escribió. Para la información más actual, comuníquese con el Instituto Nacional del Cáncer a través del Internet en la página web http://cancer.gov o llame al 1-800-4-CANCER.

Resumen de la evidencia

Nota: En esta sección, se resume la evidencia científica publicada sobre la detección de este tipo de cáncer. En el resto del resumen, se describe la evidencia con más detalle.

También están disponibles otros resúmenes del PDQ relacionados: Prevención del cáncer de endometrio, Tratamiento del cáncer de endometrio y Tratamiento del sarcoma uterino.

Ecografía transvaginal: beneficios

No hay evidencia de que la detección con ultrasonografía (por ejemplo, ecografía endovaginal o ecografía transvaginal) reduzca la mortalidad por cáncer de endometrio. La mayoría de los casos de cáncer de endometrio (85 %) se diagnostican en estadio temprano debido a que los síntomas y las tasas de supervivencia son altas.

Ecografía transvaginal: perjuicios

Con base en evidencia sólida, los exámenes de detección para mujeres asintomáticas conducirán a biopsias adicionales innecesarias debido a los resultados positivos falsos de las pruebas. Los riesgos relacionados con los resultados positivos falsos de las pruebas incluyen ansiedad y complicaciones de las biopsias.

Diseño del estudio: evidencia obtenida en estudios de cohortes.
Validez interna: razonable.
Congruencia: un estudio de biopsia endometrial y un estudio de histeroscopia.
Magnitud de los efectos en los resultados de salud: magnitud negativa pequeña.
Validez externa: razonable.

Muestreo endometrial (biopsia): beneficios

No hay suficiente evidencia que indique que la detección con muestreo endometrial (es decir, biopsia) reduzca la mortalidad por cáncer de endometrio. La mayoría de los casos de cáncer de endometrio (85 %) se diagnostica en estadio temprano debido a que los síntomas y las tasas de supervivencia son altas.

Muestreo endometrial (biopsia): perjuicios

Con base en evidencia sólida, la biopsia de endometrio puede provocar incomodidad, hemorragia, infecciones y, con poca frecuencia, perforación del útero.

Diseño del estudio: evidencia obtenida en estudios de cohortes.
Validez interna: razonable.
Congruencia: un estudio de biopsia endometrial y un estudio de histeroscopia.
Magnitud de los efectos en los resultados de salud: magnitud negativa pequeña.
Validez externa: razonable.

Significación

Características epidemiológicas del cáncer de endometrio

Incidencia y mortalidad

El cáncer de endometrio es el cáncer ginecológico invasivo más común en las mujeres de los Estados Unidos; el número estimado de casos nuevos previstos para 2024 es de 67 880 y el número estimado de mujeres que morirán por la enfermedad durante el mismo año es de 13 250.[1] El cáncer de endometrio es principalmente una enfermedad de mujeres posmenopáusicas con una media de edad de 60 años en el momento del diagnóstico.[2] La incidencia de cáncer de endometrio ajustada por edad en los Estados Unidos aumentó desde mitad de la década de 1960 hasta 1975 y luego disminuyó de 1975 a 1980, con un aumento pasajero de la incidencia entre 1973 y 1978, que se relacionó con la terapia estrogénica, también conocida como terapia con hormonas.[3] No hubo ningún aumento de la mortalidad relacionado. En conformidad con las tendencias más actuales, las tasas de incidencia aumentaron cerca de un 1 % por año en las mujeres blancas y un 2 % a 3 % por año en las mujeres de los demás grupos raciales y étnicos. A partir de mediados de la década de 2000, las tasas de mortalidad por cáncer de endometrio aumentaron un 1,7 % por año.[1] La mayoría de los casos de cáncer de endometrio se diagnostican por los síntomas; aun así están en estadio temprano y exhiben tasas altas de supervivencia.

Factores de riesgo

La terapia estrogénica sin oposición de terapia con progesterona es una causa de cáncer de endometrio en mujeres con útero intacto. Sin embargo, las mujeres sometidas a terapia combinada de estrógeno y progesterona (terapia hormonal) tienen un riesgo similar al de aquellas que no se someten a terapia con hormonas posmenopáusica.[4,5,6,7,8] La terapia con tamoxifeno también es una causa de cáncer de endometrio. Los resultados del ensayo National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project P-1 indican la duplicación del riesgo de cáncer de endometrio relacionado con una tasa anual de 2,30 por 1000 mujeres que toman tamoxifeno comparada con 0,91 por 1000 mujeres que toman placebo; el aumento del riesgo se observa principalmente en mujeres posmenopáusicas.[9]

Además del aumento del riesgo de cáncer de endometrio que se observa en mujeres sometidas a terapia estrogénica o de tamoxifeno sin oposición, se identificó un número adicional de factores de riesgo: la mayoría parecen relacionarse con efectos estrogénicos. Entre estos factores se incluyen obesidad, régimen alimentario con contenido alto de grasas y factores relacionados con la reproducción tales como la nuliparidad, el síndrome de ovario poliquístico, la menarquia precoz y la menopausia tardía. El síndrome de cáncer de colon colorrectal sin poliposis hereditario (CCSPH) se relaciona con un aumento marcado de riesgo de cáncer de endometrio en comparación con las mujeres de la población general. Entre las mujeres portadoras de CCSPH, se calcula que la incidencia acumulada de cáncer de endometrio oscila entre el 20 % y el 60 % a los 70 años de edad (para obtener más información en inglés, consultar Genetics of Colorectal Cancer).[10,11,12] Este riesgo parece diferir ligeramente de acuerdo con la mutación de la línea germinal; para las portadoras de la mutación de MLH1, el riesgo de por vida a los 70 años es del 25 %, mientras que las portadoras de la mutación de MSH2 tienen un riesgo de por vida del 35 % al 40 % de cáncer de endometrio a los 70 años. La edad promedio de diagnóstico de las portadoras de mutaciones de MLH1 o MSH2 es de 47 años en comparación con 60 años para las formas no hereditarias del cáncer de endometrio.[13] El pronóstico y la supervivencia son similares en las formas de cáncer de endometrio relacionadas con CCSPH y las no hereditarias.[14]

Hay grandes diferencias entre las mujeres negras y blancas en los estadios del cáncer de endometrio en el momento de la detección y la supervivencia posterior. Aunque la incidencia de cáncer de endometrio es menor en las mujeres negras, la mortalidad es más alta. El Instituto Nacional del Cáncer inició el Black/White Cancer Survival Study [15] y llegó a la conclusión de que un grado más alto y características histológicas más malignas parecen relacionarse con un exceso de riesgo de enfermedad en estadio avanzado en las mujeres negras. Es difícil separar los efectos que las características biológicas y el nivel socioeconómico pueden tener sobre las tasas de supervivencia más bajas de las mujeres afroamericanas con cáncer de endometrio. La evidencia indica que los ingresos más bajos se relacionan con enfermedad en estadio avanzado, menores probabilidades de someterse a una histerectomía y tasas de supervivencia más bajas.[16] Sin embargo, otros afirman que no hay ninguna diferencia racial entre mujeres negras y blancas en el intervalo de los síntomas informados por las pacientes en la consulta médica inicial; por ello, es poco probable que la demora de la paciente después de la aparición de los síntomas pueda explicar gran parte del exceso de enfermedad en estadio avanzado que se encuentra en mujeres negras.[17] Se necesita más investigación para entender por qué las mujeres negras tienden a tener un diagnóstico de una enfermedad más maligna y tienen mayores probabilidades de morir que las mujeres blancas a pesar de su menor incidencia de cáncer de endometrio.

Referencias:

  1. American Cancer Society: Cancer Facts and Figures 2024. American Cancer Society, 2024. Available online. Last accessed June 21, 2024.
  2. American Cancer Society: Detailed Guide: Endometrial Cancer: What are the Risk Factors for Endometrial Cancer? Atlanta, Ga: American Cancer Society, 2005. Available online. Last accessed December 18, 2023.
  3. Jick H, Walker AM, Rothman KJ: The epidemic of endometrial cancer: a commentary. Am J Public Health 70 (3): 264-7, 1980.
  4. Pike MC, Peters RK, Cozen W, et al.: Estrogen-progestin replacement therapy and endometrial cancer. J Natl Cancer Inst 89 (15): 1110-6, 1997.
  5. Persson I, Weiderpass E, Bergkvist L, et al.: Risks of breast and endometrial cancer after estrogen and estrogen-progestin replacement. Cancer Causes Control 10 (4): 253-60, 1999.
  6. Heiss G, Wallace R, Anderson GL, et al.: Health risks and benefits 3 years after stopping randomized treatment with estrogen and progestin. JAMA 299 (9): 1036-45, 2008.
  7. Doherty JA, Cushing-Haugen KL, Saltzman BS, et al.: Long-term use of postmenopausal estrogen and progestin hormone therapies and the risk of endometrial cancer. Am J Obstet Gynecol 197 (2): 139.e1-7, 2007.
  8. Barakat RR, Bundy BN, Spirtos NM, et al.: Randomized double-blind trial of estrogen replacement therapy versus placebo in stage I or II endometrial cancer: a Gynecologic Oncology Group Study. J Clin Oncol 24 (4): 587-92, 2006.
  9. Cuzick J, Forbes JF, Sestak I, et al.: Long-term results of tamoxifen prophylaxis for breast cancer--96-month follow-up of the randomized IBIS-I trial. J Natl Cancer Inst 99 (4): 272-82, 2007.
  10. Watson P, Vasen HF, Mecklin JP, et al.: The risk of endometrial cancer in hereditary nonpolyposis colorectal cancer. Am J Med 96 (6): 516-20, 1994.
  11. Aarnio M, Mecklin JP, Aaltonen LA, et al.: Life-time risk of different cancers in hereditary non-polyposis colorectal cancer (HNPCC) syndrome. Int J Cancer 64 (6): 430-3, 1995.
  12. Aarnio M, Sankila R, Pukkala E, et al.: Cancer risk in mutation carriers of DNA-mismatch-repair genes. Int J Cancer 81 (2): 214-8, 1999.
  13. Berends MJ, Wu Y, Sijmons RH, et al.: Toward new strategies to select young endometrial cancer patients for mismatch repair gene mutation analysis. J Clin Oncol 21 (23): 4364-70, 2003.
  14. Boks DE, Trujillo AP, Voogd AC, et al.: Survival analysis of endometrial carcinoma associated with hereditary nonpolyposis colorectal cancer. Int J Cancer 102 (2): 198-200, 2002.
  15. Barrett RJ, Harlan LC, Wesley MN, et al.: Endometrial cancer: stage at diagnosis and associated factors in black and white patients. Am J Obstet Gynecol 173 (2): 414-22; discussion 422-3, 1995.
  16. Madison T, Schottenfeld D, James SA, et al.: Endometrial cancer: socioeconomic status and racial/ethnic differences in stage at diagnosis, treatment, and survival. Am J Public Health 94 (12): 2104-11, 2004.
  17. Coates RJ, Click LA, Harlan LC, et al.: Differences between black and white patients with cancer of the uterine corpus in interval from symptom recognition to initial medical consultation (United States). Cancer Causes Control 7 (3): 328-36, 1996.

Evidencia de los beneficios

La medición del espesor endometrial (EE) con ecografía transvaginal (ETV) y muestreo de endometrio con el examen citológico se propusieron como posibles modalidades de detección del cáncer de endometrio. La prueba de Papanicolaou (Pap), que se utiliza con éxito para la detección del cáncer de cuello uterino, es demasiado insensible como técnica para detectar el cáncer de endometrio;[1] aunque, de vez en cuando, permite identificar fortuitamente anomalías endometriales, tales como el cáncer de endometrio.

No se ha evaluado el efecto en la mortalidad por cáncer de endometrio del empleo rutinario de los exámenes de detección de este cáncer en mujeres asintomáticas.[2,3] Aunque es posible identificar los grupos de riesgo alto, no se ha evaluado el beneficio de los exámenes de detección en la reducción de la mortalidad por cáncer de endometrio en estos grupos de riesgo alto. El uso de los mismos puntos de corte para definir un EE anormal en mujeres asintomáticas [4] que en mujeres sintomáticas,[5] conduciría a un gran número de resultados positivos falsos y un mayor número de remisiones innecesarias para evaluaciones citológicas. Las recomendaciones publicadas para la realización de exámenes de detección a ciertos grupos de mujeres con riesgo alto de carcinoma de endometrio se basan en la opinión sobre un presunto beneficio.[6]

Modalidades de detección del cáncer de endometrio

Ultrasonografía para mujeres con hemorragia vaginal

La ETV se utiliza como una herramienta de diagnóstico para evaluar a las mujeres sintomáticas con hemorragia vaginal. En las mujeres con hemorragia uterina posmenopáusica y cáncer, el 96 % presentará un EE anormal (>6 mm). La especificidad varía según las mujeres hayan usado terapia con hormonas. Entre aquellas que no la usaron, la especificidad fue del 92 %.[5] Se ha realizado mucho menos trabajo para evaluar la precisión de la ETV en mujeres asintomáticas. Si se utiliza el mismo valor de corte de EE en mujeres asintomáticas, los positivos falsos serán muy altos; esto producirá un valor pronóstico positivo muy bajo.[4] En ningún estudio se ha evaluado la eficacia de la detección con ETV para reducir la mortalidad por cáncer de endometrio.

Un grupo de investigadores utilizó la dilatación y curetaje (D&C) como método de referencia para evaluar la medición del EE con ETV como un factor de predicción del cáncer de endometrio en mujeres que notifican metrorragia posmenopáusica (MPM) (terapia con estrógeno-progestina [terapia con hormonas] y quienes no la usan). De las 339 participantes, 39 (11,5 %) recibieron diagnóstico de cáncer de endometrio (4 tenían un EE de 5 a 7 mm y 35 tenían un EE >8 mm) según un examen histopatológico llevado a cabo con curetaje. No se detectaron cánceres en mujeres con un EE menor de 4 mm. Con un valor de corte de 4 mm, la ETV tuvo un 100 % de sensibilidad y un 60 % de especificidad.[7] En esta población, un 46 % (156) de las mujeres tenía un EE mayor de 4 mm.

Ultrasonografía para mujeres sin hemorragia vaginal

Se llevó a cabo una comparación de ETV y aspiración endometrial en mujeres posmenopáusicas asintomáticas potencialmente aptas para un ensayo de prevención de la osteoporosis [8] como parte de la determinación de elegibilidad para la aleatorización. Se realizó una ETV a 1926 mujeres. De ellas, 93 mujeres tenían un EE mayor de 6 mm. De las 93 mujeres con un EE anormal, 42 se sometió a la aspiración endometrial y en un caso se encontraron alteraciones patológicas (definidas como adenocarcinoma o hiperplasia atípica). De las 1833 mujeres con EE de 6 mm o menos, 1750 se sometieron a aspiración endometrial y 5 de estas presentaron una biopsia patológica anormal. En esta población de mujeres posmenopáusicas asintomáticas, se calculó que la sensibilidad de una ETV con un umbral de 6 mm fue del 17 % y del 33 % para un umbral de 5 mm.

En un estudio, se evaluó la utilidad de la ETV en una cohorte de mujeres posmenopáusicas asintomáticas que recibían terapia con hormonas. Mediante el análisis de las participantes del Postmenopausal Estrogen and Progestin Interventions Trial sometidas tanto a ETV como a biopsia de endometrio, se determinaron la sensibilidad, la especificidad, el valor pronóstico de un resultado positivo y el valor pronóstico de un resultado negativo de las mujeres que recibieron placebo, estrógeno solo y terapia de estrógeno y progestina. Cuando se usó un umbral de 5 mm para el EE, la ETV tuvo un 90 % de sensibilidad y un 48 % de especificidad. Con el uso de este umbral, más de la mitad de las mujeres se someterían a biopsia, aunque solo el 4 % de ellas presentaría una enfermedad grave.[9]

En otro estudio, se obtuvieron muestras de biopsias endometriales de 801 mujeres perimenopáusicas y posmenopáusicas asintomáticas antes de su inscripción en un estudio de terapia con hormonas. De los especímenes, un 75 % de las muestras contenía suficiente tejido para el diagnóstico. En estas mujeres, se diagnosticó un caso de cáncer de endometrio, lo que demuestra la poca eficacia de los exámenes de detección en mujeres asintomáticas y la dificultad del acceso a la cavidad endometrial.[10]

Aunque la ETV se puede utilizar para evaluar las características patológicas endometriales asintomáticas y ocultas, la técnica no ha sido evaluada como método de detección para reducir la mortalidad en mujeres asintomáticas.

Ultrasonografía en mujeres que usan tamoxifeno

El tamoxifeno se usa ampliamente como parte de la terapia adyuvante para el cáncer de mama y como quimioprevención para mujeres con un aumento de riesgo de cáncer de mama. Además de los efectos protectores para el cáncer de mama, los efectos biológicos y endocrinos del tamoxifeno aumentan el riesgo de las pacientes de presentar afecciones endometriales, incluso pólipos endometriales, hiperplasia endometrial y carcinoma de endometrio.

Hay interés en tratar de reducir la morbilidad por cáncer de endometrio mediante la detección temprana y ha habido interés en el uso de la ecografía endovaginal como método para detectar el cáncer de endometrio.

En un estudio prospectivo de observación de 304 mujeres que utilizaron tamoxifeno por más de 6 años, estas se sometieron a una ecografía endovaginal anual; todas las mujeres con hallazgos ecográficos anormales y las mujeres sintomáticas con hemorragia se sometieron a una biopsia endometrial. Treinta y dos por ciento de los exámenes ecográficos se relacionaron con anomalías uterinas importantes para las que fueron necesarias más investigaciones y tratamientos médicos o quirúrgicos. Sin embargo, la mayoría de las anomalías (80 %) eran pólipos benignos para los que no se necesitaba tratamiento. Se detectaron seis casos de cáncer de endometrio primario y todos los casos presentaban hemorragia irregular. La sensibilidad de la ecografía fue solo del 63,3 %, con una especificidad del 60,4 % y un valor pronóstico de un resultado positivo bajo de cáncer de solo el 1 %.[11]

Se señalaron resultados similares en otros informes. La vigilancia mediante ecografía de rutina en mujeres asintomáticas que reciben tamoxifeno no es útil debido a su especificidad baja y a su valor pronóstico de un resultado positivo bajo. La evaluación del endometrio en mujeres que toman tamoxifeno se debe limitar a las mujeres sintomáticas con hemorragia vaginal.

Ecohisterografía

La ecohisterografía (hidrosonografía) es una prueba de diagnóstico para ayudar a guiar las biopsias en mujeres asintomáticas, que permite separar el espacio ocupado por lesiones endometriales de una unión endometrial-miometrial anormal. No hay evidencia de que los exámenes de detección con ecohisterografía produzcan beneficios clínicos.

Muestreo endometrial en mujeres con hemorragia uterina

En el entorno de una hemorragia uterina anormal, el muestreo endometrial ha ganado favor, en gran parte, como una alternativa a los procedimientos más invasivos, como la D&L fraccionarias. Hay varios métodos de biopsia (por ejemplo, Pipelle, Tao Brush y Uterine Explora Curette) para identificar una anomalía endometrial. Aunque el muestreo endometrial ha sustituido en gran medida la D&L como primera opción para evaluar a las mujeres con hemorragia, los problemas de acceso a la cavidad endometrial y los errores de muestreo limitan la importancia clínica de un resultado negativo. En el ensayo Arimidex, Tamoxifen, Alone or in Combination, 36 % de las biopsias carecían de tejido suficiente para el diagnóstico. En un metanálisis de MPM, se notificó que el 91 % (intervalo de confianza [IC] 95 %, 87–93 %) de las mujeres con cáncer de endometrio informaron tener MPM. Sin embargo, entre las mujeres con MPM, solo el 9 % (IC 95 %, 8–11 %) fueron diagnosticadas con cáncer de endometrio. Este informe tiene limitaciones por la falta de cálculos histológicos específicos.[12,13]

En ningún estudio se ha evaluado el uso del muestreo endometrial como examen de detección de rutina para reducir la mortalidad por cáncer de endometrio.

Histeroscopia

La histeroscopia se utiliza en el consultorio para visualizar directamente la cavidad uterina. Un grupo de investigadores señaló que la histeroscopia no es tan útil en la detección de cáncer de endometrio como la biopsia o la DyC.[14] No se ha evaluado como herramienta de detección.[15]

Referencias:

  1. Burk JR, Lehman HF, Wolf FS: Inadequacy of papanicolaou smears in the detection of endometrial cancer. N Engl J Med 291 (4): 191-2, 1974.
  2. Pritchard KI: Screening for endometrial cancer: is it effective? Ann Intern Med 110 (3): 177-9, 1989.
  3. Eddy D: ACS report on the cancer-related health checkup. CA Cancer J Clin 30 (4): 193-240, 1980 Jul-Aug.
  4. Smith-Bindman R, Weiss E, Feldstein V: How thick is too thick? When endometrial thickness should prompt biopsy in postmenopausal women without vaginal bleeding. Ultrasound Obstet Gynecol 24 (5): 558-65, 2004.
  5. Smith-Bindman R, Kerlikowske K, Feldstein VA, et al.: Endovaginal ultrasound to exclude endometrial cancer and other endometrial abnormalities. JAMA 280 (17): 1510-7, 1998.
  6. Burke W, Petersen G, Lynch P, et al.: Recommendations for follow-up care of individuals with an inherited predisposition to cancer. I. Hereditary nonpolyposis colon cancer. Cancer Genetics Studies Consortium. JAMA 277 (11): 915-9, 1997.
  7. Gull B, Karlsson B, Milsom I, et al.: Can ultrasound replace dilation and curettage? A longitudinal evaluation of postmenopausal bleeding and transvaginal sonographic measurement of the endometrium as predictors of endometrial cancer. Am J Obstet Gynecol 188 (2): 401-8, 2003.
  8. Fleischer AC, Wheeler JE, Lindsay I, et al.: An assessment of the value of ultrasonographic screening for endometrial disease in postmenopausal women without symptoms. Am J Obstet Gynecol 184 (2): 70-5, 2001.
  9. Langer RD, Pierce JJ, O'Hanlan KA, et al.: Transvaginal ultrasonography compared with endometrial biopsy for the detection of endometrial disease. Postmenopausal Estrogen/Progestin Interventions Trial. N Engl J Med 337 (25): 1792-8, 1997.
  10. Archer DF, McIntyre-Seltman K, Wilborn WW, et al.: Endometrial morphology in asymptomatic postmenopausal women. Am J Obstet Gynecol 165 (2): 317-20; discussion 320-2, 1991.
  11. Fung MF, Reid A, Faught W, et al.: Prospective longitudinal study of ultrasound screening for endometrial abnormalities in women with breast cancer receiving tamoxifen. Gynecol Oncol 91 (1): 154-9, 2003.
  12. Clarke MA, Long BJ, Del Mar Morillo A, et al.: Association of Endometrial Cancer Risk With Postmenopausal Bleeding in Women: A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA Intern Med 178 (9): 1210-1222, 2018.
  13. Duffy S, Jackson TL, Lansdown M, et al.: The ATAC adjuvant breast cancer trial in postmenopausal women: baseline endometrial subprotocol data. BJOG 110 (12): 1099-106, 2003.
  14. Bradley WH, Boente MP, Brooker D, et al.: Hysteroscopy and cytology in endometrial cancer. Obstet Gynecol 104 (5 Pt 1): 1030-3, 2004.
  15. Gumus II, Keskin EA, Kiliç E, et al.: Diagnostic value of hysteroscopy and hysterosonography in endometrial abnormalities in asymptomatic postmenopausal women. Arch Gynecol Obstet 278 (3): 241-4, 2008.

Poblaciones especiales

Terapia con hormonas

No hay evidencia que indique que las detección para mujeres antes o después de la terapia de estrógeno y progestina, que también se conoce como terapia con hormonas, reduzca la mortalidad por cáncer de endometrio.[1,2] De esta forma, las mujeres que reciben terapia con hormonas se deben someter inmediatamente a una evaluación diagnóstica de hemorragia anormal. Aunque las mujeres que utilizan determinados regímenes hormonales tienen un aumento del riesgo de cáncer de endometrio, la mayoría de las mujeres que presentan cáncer tendrán hemorragia vaginal. No hay evidencia de que los exámenes de detección para estas mujeres disminuyan la mortalidad por cáncer de endometrio.

Cáncer colorrectal sin poliposis hereditario

El riesgo de por vida de cáncer de endometrio para mujeres con cáncer colorrectal sin poliposis hereditario (CCSPH) y para mujeres con un riesgo alto de CCSPH es hasta del 60 %. Estos casos se diagnostican, a menudo, en la quinta década de vida, de 10 a 20 años antes que los casos esporádicos.[3,4,5,6,7] Sobre la base de evidencia limitada, pareciera que la supervivencia a 5 años en mujeres con CCSPH con diagnóstico de cáncer de endometrio es similar a la de los casos no hereditarios de la población general.[8] Debido a que el riesgo de cáncer de endometrio es tan alto entre estas mujeres, las directrices internacionales indican vigilancia ginecológica que incluya ecografía transvaginal anual con biopsia endometrial para las mujeres de 25 a 35 años.[9,10] Las American Cancer Society Cancer Detection Guidelines más recientes (actualizadas en enero de 2005) recomiendan exámenes de detección anual con biopsia endometrial comenzando a los 35 años.[11]

Mujeres tratadas con tamoxifeno

El riesgo de cáncer de endometrio se incrementa en mujeres que reciben tratamiento con tamoxifeno y es aún mayor en el subgrupo de mujeres con antecedentes de terapia con estrógeno.[12] Más allá de un examen ginecológico de rutina que produzca algún antecedente de hemorragia anormal, se recomienda que los estudios y procedimientos para detectar una enfermedad endometrial en mujeres que toman tamoxifeno queden a discreción del ginecólogo personal.[13] Por lo común, hay anomalías endometriales en las mujeres que toman tamoxifeno; en particular, en los exámenes de detección con ecografía endovaginal con resultados positivos falsos. Más importante aún, se deberá evaluar completamente cualquier hemorragia uterina anormal.

Los cánceres de endometrio que se presentan en mujeres tratadas con tamoxifeno son muy similares a aquellos que se presentan en la población general en términos de estadio, grado y características histológicas.[14,15,16] El pronóstico es bueno y no se ve afectado por la detección temprana.[17]

No se publicaron estudios que evalúen el efecto de las modalidades de detección de cáncer de endometrio en la mortalidad de mujeres que toman tamoxifeno para tratar o prevenir el cáncer de mama.

Referencias:

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  3. Watson P, Vasen HF, Mecklin JP, et al.: The risk of endometrial cancer in hereditary nonpolyposis colorectal cancer. Am J Med 96 (6): 516-20, 1994.
  4. Aarnio M, Sankila R, Pukkala E, et al.: Cancer risk in mutation carriers of DNA-mismatch-repair genes. Int J Cancer 81 (2): 214-8, 1999.
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  6. Dunlop MG, Farrington SM, Carothers AD, et al.: Cancer risk associated with germline DNA mismatch repair gene mutations. Hum Mol Genet 6 (1): 105-10, 1997.
  7. Lancaster JM, Powell CB, Kauff ND, et al.: Society of Gynecologic Oncologists Education Committee statement on risk assessment for inherited gynecologic cancer predispositions. Gynecol Oncol 107 (2): 159-62, 2007.
  8. Boks DE, Trujillo AP, Voogd AC, et al.: Survival analysis of endometrial carcinoma associated with hereditary nonpolyposis colorectal cancer. Int J Cancer 102 (2): 198-200, 2002.
  9. Burke W, Petersen G, Lynch P, et al.: Recommendations for follow-up care of individuals with an inherited predisposition to cancer. I. Hereditary nonpolyposis colon cancer. Cancer Genetics Studies Consortium. JAMA 277 (11): 915-9, 1997.
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  11. Smith RA, Cokkinides V, Eyre HJ: American Cancer Society Guidelines for the Early Detection of Cancer, 2005. CA Cancer J Clin 55 (1): 31-44; quiz 55-6, 2005 Jan-Feb.
  12. Barakat RR: Tamoxifen and endometrial neoplasia. Clin Obstet Gynecol 39 (3): 629-40, 1996.
  13. ACOG committee opinion. Tamoxifen and endometrial cancer. Number 169, February 1996. Committee on Gynecologic Practice. American College of Obstetricians and Gynecologists. Int J Gynaecol Obstet 53 (2): 197-9, 1996.
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  16. Fornander T, Hellström AC, Moberger B: Descriptive clinicopathologic study of 17 patients with endometrial cancer during or after adjuvant tamoxifen in early breast cancer. J Natl Cancer Inst 85 (22): 1850-5, 1993.
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Evidencia de los perjuicios

Una ecografía anormal, por lo general, requiere más investigación, incluso una biopsia endometrial (muestreo). Hay evidencia sólida que indica que el muestreo endometrial puede provocar incomodidad, hemorragia, infecciones y, con escasa frecuencia, perforación del útero. En un estudio diseñado para evaluar la eficacia, la aceptación de la paciente y la eficacia en función del costo de la biopsia a ciegas, la histeroscopia con biopsia y la ecografía, realizado con 683 mujeres con hemorragia vaginal, se notificó que se produjeron episodios menores, como malestar e incomodidad, en el 16 % de las mujeres sometidas a histeroscopia con biopsia y en el 10 % de las mujeres sometidas a una biopsia a ciegas.[1] Un grupo de investigadores estudió 13 600 procedimientos de histeroscopia de diagnóstico y quirúrgicos; encontraron una tasa más baja de complicaciones de los procedimientos de diagnóstico (0,13 %) en comparación con los procedimientos quirúrgicos (0,28 %).[2] Los riesgos relacionados con resultados positivos falsos incluyen ansiedad, así como más pruebas de diagnóstico y cirugías. Los cánceres de endometrio se pueden pasar por alto en el muestreo endometrial y la ecografía.

Referencias:

  1. Critchley HO, Warner P, Lee AJ, et al.: Evaluation of abnormal uterine bleeding: comparison of three outpatient procedures within cohorts defined by age and menopausal status. Health Technol Assess 8 (34): iii-iv, 1-139, 2004.
  2. Jansen FW, Vredevoogd CB, van Ulzen K, et al.: Complications of hysteroscopy: a prospective, multicenter study. Obstet Gynecol 96 (2): 266-70, 2000.

Actualizaciones más recientes a este resumen (03 / 26 / 2024)

Los resúmenes del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan a medida que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes introducidos en este resumen a partir de la fecha arriba indicada.

Significación

Se actualizaron las estadísticas con el número estimado de casos nuevos y defunciones para 2024 (se citó a la American Cancer Society como referencia 1). También se revisó el texto para indicar que, en conformidad con las tendencias más actuales, las tasas de incidencia aumentaron cerca de un 1 % por año en las mujeres blancas y un 2 % a 3 % por año en las mujeres de los demás grupos raciales y étnicos. A partir de mediados de la década de 2000, las tasas de mortalidad por cáncer de endometrio aumentaron un 1,7 % por año.

El Consejo editorial del PDQ sobre los exámenes de detección y la prevención es responsable de la redacción y actualización de este resumen y mantiene independencia editorial respecto del NCI. El resumen refleja una revisión independiente de la bibliografía médica y no representa las políticas del NCI ni de los NIH. Para obtener más información sobre las políticas relativas a los resúmenes y la función de los consejos editoriales del PDQ responsables de su actualización, consultar Información sobre este resumen del PDQ e Información del PDQ® sobre el cáncer dirigida a profesionales de la salud.

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Este resumen de información del PDQ sobre el cáncer dirigido a profesionales de la salud proporciona información integral revisada por expertos y basada en la evidencia sobre exámenes de detección del cáncer de endometrio. El objetivo es servir como fuente de información y ayuda para los profesionales clínicos durante la atención de pacientes. No ofrece pautas ni recomendaciones formales para tomar decisiones relacionadas con la atención sanitaria.

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El consejo editorial del PDQ sobre los exámenes de detección y la prevención, que mantiene independencia editorial respecto del Instituto Nacional del Cáncer (NCI), revisa este resumen de manera periódica y, en caso necesario, lo actualiza. Este resumen es el resultado de una revisión bibliográfica independiente y no constituye una declaración de política del NCI ni de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).

Cada mes, los integrantes de este consejo revisan los artículos publicados recientemente para determinar lo siguiente:

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  • Si se debe reemplazar o actualizar un artículo que ya se citó.

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Cualquier comentario o pregunta sobre el contenido de este resumen se debe enviar al Servicio de Información de Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer. Por favor, no enviar preguntas o comentarios directamente a los integrantes del consejo, ya que no responderán consultas de manera individual.

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Algunas de las referencias bibliográficas de este resumen se acompañan del nivel de evidencia. El propósito de esto es ayudar al lector a evaluar la solidez de la evidencia que respalda el uso de ciertas intervenciones o abordajes. El consejo editorial del PDQ sobre los exámenes de detección y la prevención emplea un sistema de jerarquización formal para asignar los niveles de evidencia científica.

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Se sugiere citar la referencia bibliográfica de este resumen del PDQ de la siguiente forma:

PDQ® sobre los exámenes de detección y la prevención. PDQ Exámenes de detección del cáncer de endometrio. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/uterino/pro/deteccion-endometrio-pdq. Fecha de acceso: <MM/DD/YYYY>.

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Última revisión: 2024-03-26

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