El VIH y el ejercicio

Generalidades

El ejercicio puede ayudarle a sentirse mejor y a aliviar el estrés. También mantiene fuertes el corazón, los pulmones y los músculos y le ayuda a sentirse menos fatigado. También puede mejorar su sistema inmunitario, el cual puede ayudarle a combatir infecciones.

Asegúrese de hablar con su médico antes de comenzar un programa de ejercicio, especialmente si no ha estado activo por un tiempo prolongado.

Caminar es una buena manera de hacer ejercicio aeróbico. Comience lentamente si no ha estado activo. Pruebe 20 minutos al día o dos caminatas de 10 minutos. Incremente lentamente el tiempo. Trate de caminar lo más a menudo que pueda.

Levantar pesas también puede desarrollar su fuerza. Nuevamente, hable primero con su médico. Pregúntele cómo empezar un programa que funcione para usted.

Los deportes competitivos pueden ser maneras divertidas de hacer ejercicio. No representan un riesgo de transmisión del VIH a otros deportistas o entrenadores. En los deportes en que puede ocurrir exposición a sangre, el riesgo de transmisión del VIH es muy pequeño. Pero si una persona, ya sea esté infectada por VIH o no, comienza a sangrar, esta debe abandonar el partido. Deben cubrirse las heridas antes de que la persona regrese al partido.