Cuando están en casa, usted y su familia pueden elegir comidas y bebidas saludables y sentirse mejor juntos.
Pero cuando un niño que tiene diabetes está en la escuela, las cosas cambian.
La comida de la cafetería, las máquinas expendedoras y los alimentos para celebraciones pueden ser una lucha diaria.
Al igual que en casa, tener a personas que apoyen a su hijo puede ayudar.
Así que informe al personal de la escuela, especialmente al director, los maestros y la enfermera de la escuela sobre la salud de su hijo.
Comparta con ellos las necesidades alimentarias de su hijo, por ejemplo, si su hijo tiene que comer refrigerios durante el día.
Tenga un plan de alimentación para actividades especiales, como fiestas o excursiones.
Recuérdele a su hijo que está bien compartir información sobre la diabetes con sus amigos y otros estudiantes.
Tal vez le sorprenda ver cómo los niños pueden apoyarse y ayudarse entre sí.
Además, dele a su hijo información suficiente para que tenga la confianza de poder tomar decisiones saludables.
Esto significa que su hijo entiende cosas como el tamaño de las porciones, el recuento de carbohidratos y qué comidas y bebidas puede disfrutar y cuáles podría tener que evitar.
Y si necesita un poco de ayuda o apoyo, un educador en diabetes puede ayudarles a usted y a su hijo a elaborar un plan de alimentación para la escuela de modo que todos ustedes se sientan mejor.