El ultrasonido es un sonido agudo que las personas no pueden oír. Estas ondas sonoras agudas se usan a veces para tratar los espasmos musculares y el dolor y para favorecer la curación.
El ultrasonido a altas intensidades crea un calor profundo. Este calor puede ayudar a aliviar los espasmos musculares, relajar y precalentar los músculos, y aumentar la elasticidad de los músculos antes de los estiramientos y el ejercicio.
El ultrasonido también puede actuar en las células para acelerar la curación. A intensidades menores, el ultrasonido puede tener este efecto curativo sin calentar además los tejidos.
El uso excesivo, tanto de las propiedades del ultrasonido que producen calor como de las que no, puede dañar los tejidos. El ultrasonido no se suele usar en niños.