La caspa de los animales está compuesta de células de la piel que se desprenden (como la caspa humana) de animales como los perros y los gatos. Estas células de la piel, que contienen secreciones de glándulas que se encuentran en la piel del animal, flotan en el aire, donde es posible que las inhalen las personas.
La caspa de los animales es un alérgeno. El pelaje o el pelo de los animales no es un alérgeno. Cuando una persona es alérgica a un animal, como un perro o un gato, es posible que sea alérgica a la caspa de los animales (las células de la piel) o a la saliva seca presente en el pelo de un gato.