Un cardiodesfibrilador implantable, o ICD (por sus siglas en inglés), es un dispositivo que está conectado a su corazón.
Ayuda a protegerlo de problemas cardíacos peligrosos al mantener el corazón latiendo de forma segura.
Si es necesario, el ICD puede darle un choque eléctrico al corazón que podría salvarle la vida.
El ICD se coloca debajo de la piel del pecho.
Está conectado a uno o más cables, llamados electrodos.
En algunos tipos de ICD, se hacen pasar uno o dos electrodos a través de un vaso sanguíneo grande hasta el corazón.
En otro tipo, se coloca un electrodo debajo de la piel para que esté cerca del corazón.
Así es como funciona un ICD.
Le revisa la frecuencia y el ritmo cardíacos constantemente.
Según el tipo de ICD, si detecta un ritmo cardíaco rápido y peligroso, puede utilizar impulsos eléctricos para tratar de que el ritmo vuelva a la normalidad.
Si el ritmo peligroso no se detiene, para ayudar a restablecer el ritmo, el ICD enviará una descarga eléctrica que le salvará la vida.
Ahora bien, el choque eléctrico puede doler por un tiempo breve.
Algunas personas dicen que se siente como un puñetazo en el pecho.
Pero aunque pueda doler, ese choque significa que el ICD está haciendo su trabajo y puede que incluso le salve la vida.
Cuando le implanten el ICD, su médico y usted habrán establecido un plan, de modo que sabrá qué hacer exactamente si recibe una descarga de su ICD.
Pero incluso con un plan, muchas personas se sienten ansiosas por tener un ICD y les preocupa recibir un choque eléctrico.
Si está preocupado o asustado, no dude en hablar con su médico.
Puede ser útil recordar que, con un ICD, aún puede hacer las cosas que disfruta.
Es posible llevar una vida activa y saludable cuando tiene un ICD, porque, no importa lo que haga usted, el ICD está siempre ahí trabajando para proteger su corazón.