La dificultad para tragar también se denomina disfagia. La mayoría de las veces es señal de un problema en la garganta o el esófago de su hijo. Este es el conducto que traslada los alimentos y los líquidos desde la parte posterior de la boca hasta el estómago.
Los problemas para tragar pueden producirse cuando los músculos y nervios que mueven los alimentos a través de la garganta y el esófago no funcionan correctamente. Para ayudar a su hijo a tragar los alimentos, el médico o el logopeda (fonoaudiólogo) pueden aconsejarle una dieta especial para la disfagia.
Una dieta para la disfagia puede ayudar a su hijo a solucionar algunos problemas que pueden surgir cuando le resulta difícil tragar alimentos y líquidos con facilidad. Estos problemas pueden incluir:
- Desnutrición. Esto significa que su hijo no está ingiriendo suficientes alimentos sanos para que su cuerpo funcione bien.
- Deshidratación. Significa que su hijo no ingiere suficientes líquidos para mantener su cuerpo sano.
- Aspiración. Significa que la comida, los líquidos o la saliva bajan por la tráquea hasta los pulmones de su hijo, en lugar de bajar por el esófago hasta el estómago. Esto puede provocar una neumonía por aspiración, que es una inflamación de los pulmones.
En la dieta para la disfagia, usted cambia los alimentos que come su hijo y los líquidos que bebe para que sea más fácil tragarlos. Usted puede:
- Cambiar la textura de los alimentos que come su hijo. El médico o el terapeuta del habla puede recomendarle que le dé a su hijo uno de estos tipos de alimentos:
- Alimentos fáciles de masticar. Estos son alimentos suaves o tiernos.
- Alimentos blandos y en trozos pequeños. Estos son alimentos blandos que se han cortado en trozos pequeños.
- Alimentos picados y húmedos. Estos son pedazos de comida muy blandos, pequeños y húmedos que no hay que masticar mucho.
- Alimentos en forma de puré. Estos son alimentos que se han triturado hasta hacerlos puré. El puré debe ser lo suficientemente grueso como para mantener su consistencia en una cuchara. No es necesario masticar estos alimentos.
- Alimentos licuados. Estos son alimentos que se han licuado pero que no son tan espesos como los alimentos hechos puré. Su hijo puede beberlos de una taza.
- Espesar los líquidos que bebe su hijo. El médico o el terapeuta del habla le dirá qué tipo de espesante usar y qué espesor deben tener los líquidos.
- Líquidos ligeramente espesos. Estos son más espesos que el agua pero pueden fluir a través de una pajita (popote).
- Líquidos algo espesos. Estos se pueden tomar a sorbos de una taza, pero beberlos con una pajita requiere algo de esfuerzo.
- Líquidos moderadamente espesos. Estos líquidos son lo suficientemente espesos como para tomarlos de una taza o con una cuchara. Pero es difícil beberlos con una pajita.
- Líquidos extremadamente espesos. Estos son lo suficientemente espesos como para mantener su consistencia en una cuchara. Son demasiado espesos como para tomarlos de una taza o a través de una pajita.
El terapeuta del habla ayudará a su hijo a aprender ciertos ejercicios. Estos entrenarán los músculos de la boca y la garganta para que trabajen juntos y su hijo pueda tragar. El terapeuta también puede enseñarle técnicas de alimentación para ayudar a su hijo a tragar mejor. Y el terapeuta le enseñará cómo colocar a su hijo para que coma y beba.
La atención de seguimiento es una parte clave del tratamiento y la seguridad de su hijo. Asegúrese de hacer y acudir a todas las citas y llame al médico si su hijo está teniendo problemas. También es una buena idea saber los resultados de las pruebas de su hijo y mantener una lista de los medicamentos que toma.
Revisado: 27 octubre, 2024
Autor: El personal de Ignite Healthwise, LLC
Comité de revisión clínica
Todo el material educativo de Ignite Healthwise, LLC es revisada por un equipo que incluye médicos, enfermeras, profesionales sanitarios avanzados, dietistas registrados y otros profesionales de atención médica.