Los alérgenos, también conocidos como antígenos, son sustancias que pueden desencadenar una reacción alérgica. Tener alergias significa que el organismo reacciona a los alérgenos como si fuesen sustancias extrañas dañinas.
Los alérgenos se pueden:
- Inhalar en forma de polen, moho, sustancias químicas, sustancias provenientes de las heces de cucarachas y los ácaros del polvo domésticos, o de la caspa y saliva de animales. La caspa de los animales consiste en células muertas de piel de un animal, como, por ejemplo, un gato o un perro. El pelo o el pelaje de los animales no es un alérgeno.
- Ingerir o tomar por vía oral, incluyendo alimentos, suplementos alimenticios, remedios caseros o medicamentos.
- Tocar, como cosméticos, plantas, jabones o detergentes, sustancias químicas, metales o látex (que causan alergias en la piel o por contacto).
- Aplicar sobre la piel, como uñas artificiales, extensiones de pelo y tatuajes de henna (alheña).
- Inyectar bajo la piel, como medicamentos o veneno procedente de las picaduras de abejas, avispas, avispones u otros insectos.
Los síntomas de las alergias podrían controlarse evitando la exposición a los alérgenos. Los medicamentos y la inmunoterapia pueden ayudar a aliviar los síntomas o a reducir las reacciones del cuerpo a ciertos alérgenos.