Generalidades de la cirugía
La artroplastia es una cirugía que se hace para reconstruir o reemplazar una articulación enferma. En el caso de la artritis reumatoide, la artroplastia se realiza para restablecer el funcionamiento de una articulación o para corregir una deformidad. Se puede modificar la forma de los huesos de una articulación. O se puede sustituir toda la articulación o parte de ella con partes de metal, cerámica o plástico.
Qué esperar
La recuperación después de la artroplastia puede implicar una estancia hospitalaria de entre 2 y 14 días. Dependiendo de la articulación, la rehabilitación puede durar de varias semanas a varios meses.
Por qué se hace
Una cirugía como la artroplastia no curará la artritis reumatoide, ni le pondrá fin a la actividad de la enfermedad. Pero si una articulación está muy afectada, la cirugía puede proporcionar alivio del dolor y mejorar el funcionamiento. Se considera la artroplastia cuando:
- Los síntomas ya no pueden controlarse por medio de medicamentos, inyecciones en la articulación, fisioterapia ni ejercicio.
- El dolor causado por la artritis reumatoide ya no puede tolerarse.
- Usted ya no puede hacer sus actividades diarias normales.
- El estrechamiento del espacio articular o el desgaste del cartílago y el hueso está causando dolor intenso o una reducción en la amplitud de movimiento.
Cuál es su eficacia
La artroplastia puede aliviar el dolor y restablecer el funcionamiento de una articulación lo suficiente como para permitir que la persona realice sus actividades cotidianas habituales.
Riesgos
Los riesgos de la artroplastia incluyen los riesgos de la cirugía y del uso de anestesia, así como los riesgos de que:
- Se presente una infección en la articulación artificial (requiere que se extraiga la articulación artificial y se trate la infección).
- Se formen coágulos de sangre.
- Se afloje la articulación.