Generalidades del tratamiento
La terapia cognitivo-conductual, también llamada TCC, es una manera de ayudarle a seguir bien o sobrellevar un problema cambiando su forma de pensar y de actuar.
La TCC puede ayudarle a aprender a pensar de forma saludable. Puede ayudarle a notar pensamientos negativos y reformularlos para que sean más útiles.
Si aprende a reformular los pensamientos negativos, es posible que sea más capaz de cuidar de sí mismo y de enfrentar los desafíos de la vida. Se sentirá mejor. Y es posible que sea más capaz de evitar o sobrellevar el estrés, la ansiedad y la depresión.
La TCC también le enseña cómo notar y cambiar un comportamiento ineficaz. Por ejemplo, puede aprender formas de responder al estrés de manera diferente al calmar la mente y el cuerpo. Las técnicas pueden incluir la meditación, el yoga, la relajación muscular o las imágenes guiadas.
Muchas personas acuden a un terapeuta o consejero para practicar la TCC. Pero también puede practicar las habilidades de la TCC por su cuenta.
Puede utilizar las técnicas de la TCC a lo largo de su vida. Puede que descubra que más sesiones de "puesta a punto" le ayudan a mantenerse en el buen camino con sus nuevas habilidades.
Por qué se hace
La TCC se utiliza para tratar los aspectos mentales y emocionales de los trastornos de la alimentación. Este tipo de terapia se realiza para transformar sus pensamientos y sentimientos respecto a la comida, el comer y la imagen corporal. También se hace para apoyar hábitos alimentarios saludables y prevenir las recaídas.
Cuál es su eficacia
La terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ser útil para los trastornos de la alimentación porque puede ayudarle a cambiar la forma en que piensa sobre su cuerpo y la comida. También puede ayudarle a aprender comportamientos más saludables relacionados con la comida y la alimentación.
Riesgos
No se conocen riesgos asociados a la terapia cognitivo-conductual.