Ocho maneras de ayudar a manejar el dolor en el hospital

Describa su dolor. Dígale a su equipo de atención cuando tenga dolor. Dígales si está mejorando, si continúa igual o si está empeorando. ¿El dolor es difuso, agudo, sordo, fulgurante o ardiente? Sea lo más específico que pueda. Mientras más sepan, mejor podrán ayudarle los miembros de su equipo de atención.

Conozca sus opciones. Pregunte sobre las opciones para tratar su dolor. Su médico puede decirle qué tratamiento recomienda. Es posible que reciba medicamentos por vía intravenosa (IV), use una bomba para medicamentos o que tome pastillas. Tal vez también desee probar opciones que no implican la administración de medicamentos o tal vez medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) de venta libre como ibuprofeno o naproxeno. Si su analgésico (medicamento para el dolor) no parece ayudar, también dígaselo a su médico.

Avise si tiene efectos secundarios. ¿Siente malestar estomacal? ¿Tiene estreñimiento? ¿Se siente confuso? Tal vez pueda probar diferentes opciones para el control del dolor si tiene efectos secundarios.

Avise sobre su dolor lo más pronto que pueda. Dígale a su equipo de atención acerca del dolor antes de que este empeore. Puede ser más fácil controlar el dolor si su médico sabe de este antes de que empeore.

Preste atención a su dolor. ¿Es constante su dolor, o va y viene? ¿Qué es lo que hace que tenga más dolor? Tal vez le pidan que califique su dolor según una escala. O tal vez tenga que describir su dolor usando una serie de dibujos de caras, de feliz a triste.

Muévase si puede (y si su médico le dice que puede hacerlo). Intente caminar, una vez que pueda levantarse de la cama y andar un poco. Caminar y otro tipo de ejercicio ligero puede hacer que circule más la sangre y ayudar con los efectos secundarios del analgésico. Pero asegúrese de conseguir ayuda para caminar si la necesita o si su hospital lo exige.

Relájese lo más que pueda. El estrés puede empeorar su dolor. Pruebe métodos de relajación, como la respiración profunda o la meditación. Pídale a un miembro de su equipo de salud apoyo con estos métodos.

Comparta sus inquietudes acerca de los opioides. Dígale a su médico si le preocupa el uso indebido de opioides o si tiene alguna clase de trastorno del uso de sustancias.