Después de que un niño haya tenido experiencias adversas en la infancia (EAI), lo mejor que usted puede hacer es tratar de prevenir daños futuros mientras ayuda a que el niño sane de las experiencias que ya ha tenido. A veces puede resultar difícil saber por dónde empezar o qué hacer. Recuerde, nunca es demasiado tarde para hacer cambios, grandes o pequeños. Estos son algunos consejos.
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Busque un consejero. Un consejero puede ayudar al niño a procesar sus experiencias y aprender habilidades para afrontar la situación. Trate de encontrar un consejero que tenga experiencia en ayudar a niños que hayan tenido EAI o trauma.
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Haga que los días sean tranquilos y predecibles. Establecer rutinas puede reducir el estrés al ayudar a un niño a saber qué esperar cada día.
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Dé cariño. Muéstrele que usted se preocupa por él o ella tanto con acciones como con palabras.
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Controle sus reacciones ante el estrés. Si usted tiende a enojarse, gritar o a perder los estribos, esfuércese para aprender habilidades de cómo responder ante el estrés de una forma más saludable.
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Fomente la relación continua del niño con un adulto de confianza. Este podría ser alguien como un maestro, un entrenador, un amigo de la familia o un abuelo.
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Ayude al niño a sentirse a cargo de su cuerpo. Por ejemplo, si un niño pequeño no quiere dar abrazos ni recibirlos, respete su decisión. Y enséñeles a los adolescentes sobre el consentimiento sexual. Pedir consentimiento significa pedirle a otra persona su consentimiento para tocarla o tener un comportamiento sexual con ella de alguna manera.
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Pida ayuda cuando la necesite. Haga una lista de personas a quienes pudiera llamar cuando necesite ayuda. Y si necesita ayuda para vivienda o alimentos, pregúntele a un médico, consejero o trabajador social acerca de recursos.
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Obtenga información sobre clases para padres en su área. Ser padre es muy difícil. Las clases pueden ayudarle a aprender nuevas herramientas para saber cómo educar a su hijo a medida que este cambia y crece.
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Obtenga ayuda para resolver sus propias EAI, si es necesario. Cuando los adultos no se recuperan de sus propias EAI, es más probable que formen hogares donde los niños están expuestos a EAI. Pero usted puede romper el ciclo. Vea a un consejero, obtenga tratamiento para la depresión y otras cuestiones de salud mental, y consiga ayuda si tiene problemas con el consumo de sustancias.