La historia de Maggie
Maggie bajó algo de peso hace algunos años. Sin embargo, al igual que muchas personas que hacen dieta, ella no pudo evitar volver a subir de peso. No comía lo suficiente, por lo que tenía hambre. Y se negaba a sí misma la comida que verdaderamente amaba, como la pizza.
Luego, cambió su actitud hacia la comida y lo que significaba estar más sana. Adelgazó 50 libras y ahora está en su peso ideal. Al mismo tiempo, redujo su presión arterial y su azúcar en la sangre y sus síntomas de asma desaparecieron.
"Tenía la tendencia de hacer lo que le llamo todo o nada", dice Maggie, una enfermera. "Solía ser muy estricta y casi no comía lo suficiente, y luego me entraba muchísima hambre y entonces me daba un atracón de pizza o cualquier otra comida que había estado tratando de evitar. Tenía la tendencia a querer bajar de peso rápidamente y a querer resultados rápidos, pero en realidad no podía seguir con ello porque era demasiado estricta".
"Finalmente me di cuenta de que no era algo con tiempo limitado. No fue algo así como, 'Bueno, me voy a portar muy bien y por ahora me mantendré con este plan de alimentación hasta que baje de peso'. Fue más darme cuenta de que, 'Sabes, si deseo pesar entre 130 y 135 libras, entonces tengo que hacer estas cosas. No puedo dejar de hacerlas simplemente porque haya bajado de peso'.
"Así que esto se convirtió mucho más en un cambio de estilo de vida que en una dieta temporal. La idea de que de alguna forma iba a poder regresar a mis viejos hábitos ya no existía".
Cambios difíciles de hacer
Maggie sabe lo difícil que es hacer un cambio en el estilo de vida. También sabe que prepararse para hacerlo puede tomar algo de tiempo.
"Nada de lo que otras personas me dijeron o sugirieron tuvo impacto alguno, hasta que decidí por mí misma que tenía que hacer algo acerca de mi peso y que valía la pena hacerlo", dice ella. "Las personas no van a cambiar hasta que ven una razón para hacerlo y están dispuestas a hacerlo. Algunas personas quieren bajar de peso, pero no están listas. Es algo muy difícil. De muchas maneras, fue más difícil que dejar de fumar. La razón es que hay comida en todas partes. Es un verdadero compromiso de tiempo y energía. Hay que trabajar duro, pero es una de las cosas más gratificantes que he hecho".
Maggie comenzó participando en un programa de adelgazamiento y estableciendo algunas metas. La meta a largo plazo era bajar 50 libras. Pero en lugar de preocuparse por ese gran obstáculo, se centró en bajar 1 o 2 libras a la semana. Lo hizo tomando decisiones una comida por vez. También agregó más ejercicio a su vida.
Así es como cambió el modo en que ve a la comida: "Ahora no me siento bien si no como bien. Y cuando digo 'bien', quiero decir 'saludable'", explica ella.
Las estrategias de Maggie para una alimentación saludable
Maggie adelgazó centrándose en una comida a la vez.
"Ya no como de la forma en que solía hacerlo. Es cuestión de tomar decisiones todos los días. Un día tal vez decido comer más que otro día, y eso está bien, siempre que preste atención", dice ella.
Estas son algunas de las cosas que le ayudaron a prestar atención a lo que come:
- Tómese las cosas una comida a la vez. "Véalo como un viaje con un destino", dice Maggie.
- Lea las etiquetas para que pueda ver la cantidad de azúcar, grasa, proteína y fibra que contienen los alimentos.
- Limite bebidas y alimentos que contengan azúcar añadida. Maggie dejó de beber refrescos (sodas) y tés embotellados con azúcar.
- Coma un pedazo de fruta cuando se le antoje algo dulce.
- Lleve un registro de la cantidad que come de cada grupo de alimentos para asegurarse de que equilibra las comidas.
- Haga una lista de alimentos cuyas calorías valgan realmente la pena.
Los pequeños cambios conducen a una mejor salud
Cuando Maggie comenzó a subir de peso, perdió terreno en sus actividades al aire libre. Cada vez estaba más fuera de forma.
"Soy una vieja mochilera", dice ella. "Me gusta hacer esquí de fondo. Me gusta hacer senderismo. Y sinceramente, se me hacía cada vez más difícil. Estaba llegando al punto en que ya no lo disfrutaba. Salía con las raquetas de nieve en la ladera de una montaña y me quedaba sin aliento y muy por detrás de la gente con la que iba".
También tenía otras preocupaciones. Sus niveles de presión arterial y azúcar en la sangre estaban más altos de lo que ella y su doctor deseaban. El exceso de peso tampoco ayudaba a su asma. "Cuanto más pesaba, más difícil me resultaba respirar. Definitivamente impactó mi nivel de actividad".
Su deseo de disfrutar de su estilo de vida al aire libre y sus preocupaciones sobre su salud le proporcionaron la motivación que necesitaba para bajar de peso y no recuperarlo.
A medida que comenzó a adelgazar, ella ganó energía y se sintió más fuerte. "Después de adelgazar unas 35 o 40 libras … como que subí corriendo esa montaña y ni siquiera lo sentí. Fue simplemente un cambio increíble en mi capacidad para hacer ejercicio y disfrutar de estar al aire libre y hacer cosas".
¿La mayor ventaja? Sus síntomas de asma desaparecieron.
"Me di cuenta de que no tenía problemas cuando hacía senderismo o ejercicio", dice Maggie. "Mi respiración no era ruidosa. No tenía ninguna dificultad para respirar. Ha mejorado progresivamente. No he tenido ningún síntoma. Ya no necesito esos inhaladores".
Cómo hacer sitio para los alimentos que "valen la pena"
Cambiar la forma en que come no siempre significa que tenga que renunciar a sus alimentos favoritos.
Maggie incluye la pizza que ama y la hamburguesa ocasional en su plan de alimentación. Pero las come con menos frecuencia. Y come pequeñas porciones. "Tengo lo que yo llamo mis comidas que valen la pena", dice Maggie.
A menudo hace cambios en esas comidas para hacerlas más saludables. Ya no hay más hamburguesas de queso y tocino en el restaurante de comida rápida. "Como hamburguesas, con carne magra, y las hago yo en casa en la parrilla".
Le encanta la pizza, pero ya no come tres o cuatro porciones por vez. Ahora disfruta de una porción y luego come una porción grande de ensalada para completar su comida.
Planee por adelantado cuando coma afuera
Maggie todavía come un poco de pastel de cumpleaños de vez en cuando. Y no evita los restaurantes, porque le encanta salir a comer. Simplemente se asegura de incluirlo en su plan de alimentación.
Maggie dice que sabe que privarse de darse gustos justo haría que los desease más.
"Decir que nunca más voy a volver a comer pastel sería algo muy peligroso", dice ella. "En el momento en que me digo eso a mí misma, empieza la oposición. 'Oh, sí que lo voy a hacer. Voy a comerme uno'. Si sé que voy a ir a una fiesta de cumpleaños y que va a haber pastel allí, decido de antemano si voy a comer un pedazo de pastel o no. Ese día no como otros dulces. Si llego allí y es una clase de pastel que no me gusta, entonces no lo como".
Si ella come pastel, "Como media porción".
Cuando va a un restaurante, a menudo le pide al mesero que ponga la mitad de la cena en una bolsa para llevar antes de que la sirvan, para que pueda llevarla a casa para otra comida al día siguiente. También tiene cuidado a la hora de pedir la comida. Pide pescado a la parrilla. "Me mantengo alejada de los alimentos fritos y las salsas pesadas".
También pide verduras sin mantequilla u otras salsas. Sus papilas gustativas ahora prefieren las verduras sin aderezos. "Solía añadirle montones de mayonesa a las cosas, montones de mantequilla. Ahora como verduras frescas sin mantequilla añadida, simplemente al vapor. Y son deliciosas. Pero se necesita tiempo. Se necesitan quizás entre 1 y 3 meses hasta comenzar realmente a notar eso".
El ejercicio le ayuda a mantener su peso
El ejercicio juega un papel muy importante en ayudar a Maggie a mantenerse en buena forma. Se volvió más activa además de elegir alimentos más saludables.
Su rutina habitual incluye 45 minutos de ejercicio 3 o 4 días a la semana. Generalmente usa una bicicleta fija. Y ella sale a hacer esquí de fondo en invierno y rutas de senderismo en otras épocas del año.
Ella aumentó lentamente la cantidad de ejercicio. Comenzó en la bicicleta durante 10 minutos por vez. Luego fue aumentando poco a poco hasta los 15 y luego los 30 minutos.
También probó algo nuevo: el yoga.
"Me parece que es muy tranquilizador", dice Maggie. Además, le gusta el estiramiento que incluye el yoga.
El apoyo de los demás ayuda
Maggie realizó el duro trabajo de adelgazar por sí sola. Pero las felicitaciones que recibió de otras personas le dieron apoyo en su camino a una vida más sana.
"Una de las motivaciones para mí fueron todos los elogios y los comentarios de la gente. Mis amigos comentan, 'Vaya, tú realmente comes sano'. Se dan cuenta de que elijo ensaladas y frutas y verduras. No como basura. Eso me hace sentir bien. Otras personas preguntan: '¿Cómo lo hiciste, Maggie?'"
La historia de Maggie refleja sus experiencias según las comunicó en una entrevista. La fotografía no es la de Maggie, para proteger su privacidad.
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Créditos
Revisado: 7 octubre, 2024
Autor: El personal de Ignite Healthwise, LLC
Comité de revisión clínica
Todo el material educativo de Healthwise es revisada por un equipo que incluye médicos, enfermeras, profesionales sanitarios avanzados, dietistas registrados y otros profesionales de atención médica.
Revisado: 7 octubre, 2024
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