Aprenda sobre la colocación de tubos de ventilación en los oídos

¿Qué es una cirugía de colocación de tubos de ventilación en los oídos?

Los tubos de ventilación en los oídos se utilizan para tratar infecciones frecuentes del oído, por lo general en niños pequeños. Se puede colocar un tubo en un oído o en los dos. Es una de las operaciones más comunes de la infancia.

Los tubos de ventilación en los oídos están hechos de plástico hueco y tienen la forma de un carrete de hilo muy pequeño. El médico hace un pequeño orificio en el tímpano y luego coloca el tubo a través del orificio. Los niños que tienen infecciones en el oído suelen presentar acumulación de líquido detrás del tímpano. Esto causa dolor y también puede ocasionar pérdida de audición. Los tubos permiten que el líquido drene desde el interior del oído. Así se reduce la presión, se alivia el dolor y se restaura la audición. Permitir que el líquido drene también previene el desarrollo de bacterias que causan infecciones en el oído.

Los médicos consideran la colocación de tubos de ventilación en los oídos si un niño tiene muchas infecciones de oído o cuando un niño tiene acumulación de líquido en los oídos por entre 3 y 4 meses y tiene pérdida de la audición.

¿Cómo se hace la cirugía de colocación de tubos de ventilación en los oídos?

La colocación de tubos de ventilación en los oídos se realiza en un hospital o una clínica.

Su hijo estará dormido durante la cirugía. El médico hará un corte pequeño en el tímpano. El médico usa un pequeño instrumento de succión para extraer cuidadosamente cualquier líquido que drene en el conducto auditivo. A continuación, se coloca el tubo de ventilación a través del orificio hecho en el tímpano.

¿Qué puede esperar después de la cirugía de colocación de tubos de ventilación en los oídos?

La mayoría de los niños vuelven a su casa al cabo de 1 o 2 horas después de la cirugía. Generalmente tienen poco dolor después de la operación. Su hijo probablemente pueda volver a la escuela o a la guardería al día siguiente.

Su hijo no tendrá cicatrices visibles de la cirugía.

Por lo general, los tubos permanecen por un período de 6 a 12 meses y se desprenden por sí solos a medida que el niño crece.