Aprenda sobre la administración de sedantes (incluida la anestesia monitoreada) en niños

¿Qué es la administración de sedantes en niños?

La administración de sedantes es el uso de un medicamento para ayudar a su hijo a relajarse o estar cómodo antes de o durante un procedimiento. Puede usarse con medicamentos anestésicos. Su hijo puede estar despierto y tener la capacidad de hablar con el equipo de cuidados. O podría estar dormido.

¿Cómo se administra?

El sedante puede administrarse por boca, con gotas o rociado por la nariz o por vía intravenosa (i.v.). Su hijo estará bajo observación atenta. Un médico o personal de enfermería se asegurará de que su hijo se mantenga seguro y reciba la cantidad adecuada de sedante.

¿Cómo se prepara usted?

Usted recibirá instrucciones para ayudarle a prepararse para cuando le administren un sedante a su hijo. Le dirán cuándo su hijo debe dejar de comer, beber o tomar el pecho antes de que lo seden. Si su hijo toma medicamentos, le dirán lo que este puede o no puede tomar. Siga todas las instrucciones atentamente.

Hable con su hijo por adelantado acerca de la prueba, el procedimiento o la operación a la que lo someterán. Puede ser útil explicar dónde estará y lo que podría ver, oír o sentir.

Asegúrese de que su hijo tenga mucho tiempo de reposo en el hogar para recuperarse.

¿Qué debería decirle al especialista en anestesia antes del procedimiento?

Dígale al especialista acerca de cualquier problema de salud que tenga su hijo. Infórmele sobre las cirugías anteriores de su hijo. También dígale si un miembro de la familia tuvo problemas con la anestesia. Dele una lista de todos los medicamentos, vitaminas y productos herbarios que tome su hijo.

¿Cuáles son los riesgos?

Los problemas graves ocurren con poca frecuencia. Incluyen respiración que se vuelve más lenta o se interrumpe. Podría ocurrir una reacción alérgica al medicamento. Algunos factores aumentan el riesgo de problemas de un niño. Incluyen ser menor de 6 años o tener una discapacidad del desarrollo. Algunas afecciones como obesidad, apnea del sueño, amígdalas grandes y problemas de salud significativos también pueden elevar el riesgo.