Aprenda sobre cómo dejar de fumar antes de la cirugía

¿De qué modo afecta el hábito de fumar los riesgos de las cirugías?

Después de la cirugía, su cuerpo concentra toda su energía en la curación. Fumar dificulta este proceso. Reduce la cantidad de oxígeno que su cuerpo tiene disponible para sanar. Y fumar aumenta las probabilidades de infecciones y complicaciones.

¿Cómo puede no fumar ayudarle a recuperarse de la cirugía?

Cuando deja de fumar antes de la cirugía, usted reduce el riesgo de las siguientes cosas después de la cirugía:

• Problemas cardíacos
• Problemas respiratorios y neumonía
• Infección de la herida
• Problemas de sanación

Cada día, semana o mes que haya evitado fumar antes de la cirugía, usted mejora sus probabilidades de una recuperación saludable.

Dejar de fumar también mejora su salud. Su riesgo de cosas como un ataque al corazón y un ataque cerebral comienza a bajar tan pronto como deja de fumar. Y cuanto más tiempo pase sin fumar, menor será su riesgo de cosas como cáncer y enfermedades pulmonares. Cuando no fuma, se enferma con menos frecuencia. Reduce las probabilidades de tener resfriados, gripe, bronquitis y neumonía.

¿Cómo puede mantenerse sin fumar antes y después de una cirugía?

Su médico le ayudará a preparar un plan que se ajuste a sus necesidades. Hay medicamentos que pueden ayudar. Es posible que desee participar en un programa para dejar de fumar que le ayude a abandonar el hábito. Cuando elija un programa, busque uno cuyo éxito haya sido comprobado. Pídale ideas a su médico.

Pregúntele a su médico si puede probar medicamentos o un tratamiento sustitutivo con nicotina (NRT, por sus siglas en inglés). Aumentará en gran medida sus posibilidades de éxito si toma medicamentos o usa productos sustitutos de la nicotina además de recibir asesoramiento o unirse a un programa para dejar de consumir tabaco.

A continuación se incluyen otras medidas que puede tomar:

• Pida apoyo a sus familiares, amigos y compañeros de trabajo. Tiene más probabilidades de dejar de fumar si cuenta con ayuda y apoyo.
• Únase a un grupo de apoyo, como Fumadores Anónimos (Nicotine Anonymous), para las personas que están tratando de dejar de fumar. O use un programa en línea, como www.smokefree.gov o el programa Freedom from Smoking de la Asociación Americana del Pulmón (www.lung.org).
• Fije una fecha para dejar de fumar y cúmplala. Elija una fecha con cuidado para que no sea justo cuando tenga que cumplir con una importante fecha límite o en una época estresante. Después de dejar el hábito, no dé ni una pitada. Deshágase de todos los ceniceros y encendedores después de su último cigarrillo. Limpie su casa, su auto y su ropa para que no huelan a humo.
• Aprenda a ser una persona que no fuma. Piense en los modos de evitar esas cosas que le provoquen ganas de fumar un cigarrillo.
  • Evite las situaciones que le causen el mayor riesgo de fumar. Para algunas personas, es difícil beber con amigos sin fumar. Otras personas podrían saltarse una pausa para tomar café con colegas que fuman.
  • Cambie su rutina diaria. Tome una ruta distinta para ir al trabajo o coma en un lugar diferente.
• Reconozca cuando esté estresado. Cálmese o libere la tensión haciendo una actividad que le guste, como leer un libro, darse un baño caliente o trabajar en el jardín.
• Algunas personas encuentran que la hipnosis, la acupuntura y los masajes les ayudan a dejar el hábito.
• Coma alimentos saludables y haga ejercicio con regularidad. Los hábitos saludables ayudarán a su organismo a superar las ansias de nicotina.
• Prepárese para seguir intentándolo. La mayoría de las personas no tienen éxito las primeras veces que tratan de dejar el tabaco. No se enfurezca consigo mismo si fuma de nuevo. Haga una lista de las cosas que aprendió. Luego piense cuándo quiere volver a intentarlo, como la próxima semana o el próximo mes.