¿Alguna vez fue al médico, por ejemplo, porque tenía gripe, y observó que le midió el peso? Tal vez se haya preguntado, “¿Qué tiene que ver mi peso con todo esto?”. Es muy probable que el médico haya estado midiendo su índice de masa corporal o IMC.
Los profesionales de la salud usan el IMC para medir si tiene una cantidad “saludable” de grasa corporal. Es una herramienta común que se usa en las evaluaciones de salud y muy probablemente seguirá usándose por mucho tiempo. Sin embargo, algunos han señalado los errores de usar el IMC como única medición de la grasa corporal.
En su nueva política, la Asociación Médica Americana (American Medical Association, AMA) recomienda que los médicos consideren otros factores, además del IMC, para determinar la grasa corporal.
¿Qué es el IMC y por qué los médicos lo usan?
Para calcular su IMC, el médico divide su peso por su altura al cuadrado. El resultado permite asignarlo a una categoría que va de “peso insuficiente” a “obesidad grave.”
Con esta medición, se considera que en Estados Unidos aproximadamente el 40 % de los adultos tienen sobrepeso u obesidad.* Según la definición del IMC, el sobrepeso y la obesidad implican tener una cantidad de grasa corporal que pone en riesgo la salud. También se han asociado a otros problemas de salud, como diabetes tipo 2 y presión arterial alta. Es por eso que los médicos suelen medir el peso de sus pacientes. Sin embargo, no todos los profesionales de la salud coinciden en que un IMC normal equivale a un peso saludable.
Stephanie Burke, MS, RD, nutricionista registrada de Kaiser Permanente en California, advierte que quienes tienen un IMC “normal” pueden presentar las mismas complicaciones de salud que quienes tienen sobrepeso u obesidad. Además, las personas con un IMC que indica sobrepeso no necesariamente tienen complicaciones de salud.
Este es uno de los diversos motivos por los que la AMA ha decidido dejar de considerar que el IMC es la única forma de medir la grasa corporal.
Otros factores de salud que deben considerarse
Rara vez puede aplicarse un criterio único, sobre todo en relación con la salud. “Para medir mejor el ‘peso saludable’, deberían considerarse las diferencias entre los grupos raciales y étnicos, el sexo y la edad”, indica Burke.
También debería tenerse en cuenta el estilo de vida. Esto se denomina “salud social” e incluye contar con una vivienda segura, alimentos nutritivos y relaciones positivas. Para muchas personas, no es fácil encontrar recursos de salud social.
Ahora la AMA recomienda que, para determinar la cantidad de grasa corporal, los médicos consideren el IMC junto con otros factores, como:
- la grasa visceral,
- el índice de adiposidad corporal,
- la composición corporal,
- la masa grasa relativa,
- la circunferencia de la cintura,
- factores genéticos o metabólicos.
Hable sobre sus antecedentes médicos con un profesional de la salud para entender mejor cómo esta información afecta su salud personal. Sin embargo, según advierte Burke, no hay que quedar atrapado en estas mediciones.
“Para algunas personas, prestar demasiada atención a los números puede dar lugar a un estigma por el peso, lo que genera más vergüenza, necesidad de ponerse a dieta y variaciones en el peso”, indica Burke. “Hay mucho más que considerar que solo un número calculado”.
Cambios en el estilo de vida que puede hacer para estar más saludable y feliz
Cuidar de la salud va más allá de controlar el peso. Burke sugiere centrarse en comportamientos saludables que beneficien el cuerpo y que también permitan crear una relación positiva con uno mismo.
Estas son algunas maneras de cuidar su salud sin restringirse en las comidas:
- Busque una actividad física que disfrute. Hacer ejercicio no tiene que ser un fastidio. Encuentre actividades físicas que le gusten, como salir a caminar todos los días.
- No se salte ninguna comida. Comer en los horarios habituales ayuda a mantener un suministro constante de nutrientes y a que el cuerpo tenga energía durante todo el día.
- No elimine grupos de alimentos. Una dieta equilibrada incorpora todos los alimentos. Intente que en cada comida haya un equilibrio en la cantidad de proteínas, carbohidratos y grasas saludables.
- Incorpore alimentos beneficiosos para la salud a su dieta. Un buen consejo es “comer un arco iris”. Esto significa comer frutas y vegetales de diferentes colores todos los días.
- Explore la alimentación intuitiva. Hay mucho por aprender sobre este tipo de alimentación. En pocas palabras, implica aprender a comer de manera consciente y sin culpa.
- Participe en un programa para un estilo de vida saludable. Estos programas personalizados en línea pueden ayudarle a crear un plan de acción para alcanzar sus metas de salud.
Recuerde que usted y su camino hacia una mejor salud son únicos. Si desea obtener ayuda con la nutrición, hable con su médico o con un nutricionista registrado. Pueden ayudarle a dar los primeros pasos. Para obtener más información sobre las evaluaciones de salud que podría necesitar, pruebe a usar nuestra herramienta interactiva.