La diabetes es una afección en la cual el azúcar (glucosa) permanece en la sangre en vez de ingresar en las células del cuerpo para ser utilizada como energía. Esto resulta en un nivel alto de azúcar en la sangre. Con el tiempo, el azúcar alta en la sangre puede dañar muchos sistemas del organismo.
Los síntomas de la diabetes incluyen aumento de la sed y micción frecuente (especialmente por la noche), aumento inexplicable del apetito, adelgazamiento inexplicable, fatiga, problemas de erección, vista borrosa, y hormigueo, ardor o entumecimiento en las manos o en los pies.
Las personas que tienen azúcar alta en la sangre por un período de tiempo prolongado corren un riesgo mayor de tener muchos problemas de salud graves, incluyendo endurecimiento de las arterias (aterosclerosis) y problemas cardíacos, problemas oculares que pueden terminar en ceguera, problemas circulatorios y nerviosos, y enfermedad renal e insuficiencia renal.
Las mujeres con diabetes y azúcar alta en la sangre que quedan embarazadas tienen un riesgo mayor de sufrir un aborto espontáneo y de tener un hijo con anomalías congénitas.
La diabetes se trata con una alimentación saludable, cambios en el estilo de vida y medicamentos. Si los niveles de azúcar en la sangre se mantienen dentro de los límites recomendados, el riesgo de muchas complicaciones a causa de la diabetes disminuye.