Salir
A las 40 semanas, la mayoría de las personas se sienten preparadas pero nerviosas por el trabajo de parto. Alrededor del 50 % de las madres primerizas dan a luz antes de las 40 semanas y 5 días. Alrededor del 75 % dan a luz antes de las 41 semanas y 2 días. En el caso de las personas que ya tuvieron un bebé, alrededor del 50 % tienen probabilidades de dar a luz antes de las 40 semanas y 3 días, y el 75 % lo hacen antes de la semana 41.
Según las estadísticas, no es inusual sobrepasar la fecha prevista de parto. En algunos casos, su bebé podría llevar casi dos semanas de retraso. Si se aleja más de la fecha prevista de parto, el profesional clínico de salud puede pedirle que considere la posibilidad de someterse a una inducción.
Los profesionales clínicos de salud pueden recomendar una inducción si el embarazo lleva cerca de dos semanas de retraso. La inducción del trabajo de parto también es posible si existe una inquietud médica tanto para usted como para su bebé o si se rompe el saco amniótico, pero el trabajo de parto no se inicia.
Entre las afecciones médicas más comunes que pueden hacer necesaria la inducción, se encuentran las siguientes:
- diabetes que requiere el uso de medicamentos
- hipertensión antes del embarazo o que se desarrolla durante el mismo
- índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 40 al comienzo del embarazo
- tener más de 40 años al momento de la fecha prevista de parto
- inquietud por el pequeño tamaño del feto o por la escasez de líquido en el saco amniótico.
Inducción del parto
En pocas palabras, la inducción del parto es la puesta en marcha del proceso de parto. Hay varias maneras de inducir el parto, tales como las siguientes:
- Utilizar un catéter esférico para dilatar el cuello uterino.
- Tomar medicamentos que ayuden a ablandar y adelgazar el cuello uterino o que hagan que el útero se contraiga.
- Romper el saco amniótico para iniciar el trabajo de parto. Este procedimiento solo lo puede llevar a cabo su profesional clínico de salud.
En algunos casos, un procedimiento llamado barrido de las membranas puede ayudar a iniciar el trabajo de parto sin tener que internarse en el hospital. Durante una prueba cervical en el consultorio, el profesional clínico de salud separará la membrana amniótica de la parte inferior del útero con un movimiento circular de barrido. De este modo, se estimula la producción de las hormonas de la primera etapa trabajo de parto, que pueden ayudar a desencadenar las contracciones. Si funciona, el trabajo de parto suele comenzar entre 24 y 72 horas después del procedimiento.
También puede ayudar a que el trabajo de parto se inicie de forma natural mediante lo siguiente:
- hacer ejercicio
- tener relaciones sexuales
- recibir acupuntura.
No hay suficiente evidencia de que se puede iniciar el trabajo de parto mediante lo siguiente:
- consumir comidas picantes
- beber té de hojas de frambuesa roja
- consumir piña.
Aceleración del trabajo de parto
A diferencia del parto inducido, la aceleración del trabajo de parto solo se produce si se inició un trabajo de parto activo que luego se ralentiza o se detiene. Asimismo, es posible acelerar el trabajo el parto si el útero no se contrae, aunque se haya roto el saco amniótico.
Cuándo debe comunicarse con su equipo de atención
A medida que se acerque el día del parto (o la fecha prevista de parto), informe de inmediato al equipo de atención si:
- Su bebé no se mueve tanto como de costumbre. Su bebé debería moverse al menos 10 veces en dos horas.
- Se rompe el saco amniótico.
- Tiene sangrado vaginal.
Si se trata de su primer bebé, avise al profesional clínico de salud cuando las contracciones se produzcan con un intervalo de 3 a 5 minutos durante más de 1 hora y sean tan fuertes que no pueda hablar mientras ocurren. Si ya tuvo hijos, debe ponerse en contacto con el profesional clínico de salud cuando las contracciones sean muy fuertes y se produzcan con un intervalo de 5 a 7 minutos en el transcurso de una hora.