Practicar la atención plena (mindfulness) es una habilidad que muchas personas desean desarrollar. Con revistas, sitios web, talleres y retiros dedicados a esta práctica, queda claro que es un tema importante en el ámbito de la salud y el bienestar.
Puede ayudarle a controlar el estrés, aliviar la ansiedad, mantenerse presente en el momento y concentrarse en la tarea que tiene entre manos. Un estudio indicó que aplicar técnicas de atención plena, como el control de la atención y la autoconciencia, contribuyó a reducir la presión arterial.*
El Dr. Michael Kanter, MD, director médico de Calidad y Análisis Clínico del Southern California Permanente Medical Group, señala que la atención plena es una práctica orientada a mejorar la salud. “Estudios científicos han demostrado que la práctica de la atención plena puede ayudar a nuestros miembros a mejorar su salud integral: cuerpo, mente y espíritu. Las personas que practican técnicas de atención plena informan una mejor salud mental y física, así como una mejor calidad de vida, en comparación con las personas que no las practican”.
Pero, ¿cómo integrar la atención plena en la vida diaria? La clave es empezar a practicar en los momentos más convenientes para usted.
Comprenda la atención plena
La atención plena consiste en estar consciente. Se trata de prestar atención de manera intencional al momento presente y reconocer lo que ocurre a su alrededor. Por ejemplo, podría centrarse en su respiración y en el entorno, en lugar de comer apresuradamente mientras mira el teléfono.
Momentos para ejercicios de atención plena
Encuentre momentos en su rutina diaria que le resulten convenientes y comience a practicar la atención plena.
Al despertar
Practicar la atención plena como primera actividad de la mañana ayuda a establecer el “tono” para el resto del día, aumentando la probabilidad de incorporar otros momentos conscientes. Ya sea que esté tomando café, duchándose o cepillándose los dientes, tómese un momento para enfocarse en lo que está haciendo. Preste atención a las imágenes, sonidos, olores, sabores o sensaciones que acompañan estas actividades.
También puede comenzar el día con una breve meditación con atención plena. Puede durar tan solo 5 minutos. Busque un lugar tranquilo donde sentarse o recostarse, y concéntrese en su respiración. Inhale… y exhale. Observe sus pensamientos. Si su mente divaga o piensa en las tareas pendientes, redirija su atención al momento presente.
Mientras espera
A lo largo del día, hay muchos momentos en los que uno debe esperar. En lugar de mirar el teléfono o sentirse frustrado, puede aprovechar ese tiempo haciendo un ejercicio de atención plena. Por ejemplo, intente con la respiración consciente. Esto consiste simplemente en centrarse en su respiración. Observe cuándo inhala y exhala, y el flujo natural de su respiración. Este ejercicio puede ayudarle a mantenerse presente y conectado con el momento.
Mientras come
Comer con atención plena significa escoger alimentos que le gusten y sean buenos para usted, al tiempo que usa todos los sentidos para explorar, saborear y apreciar. También implica reconocer la sensación física del hambre y las señales por las que decide empezar a comer y dejar de hacerlo.
Puede practicar la atención plena en su próxima comida con estos consejos simples:
- Coma en un lugar designado. Sentarse a la mesa es preferible a hacerlo en el escritorio o el sofá.
- Céntrese en lo que va a comer con un sentido de gratitud.
- Preste atención al acto de comer. Mastique lentamente la comida. Disfrute la textura y las sensaciones en su boca.
La clave está en encontrar pequeñas maneras de integrar la atención plena en su rutina diaria. Con estos pequeños cambios, tendrá días más conscientes y saludables.
Aplicaciones de cuidado personal para su salud integral
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