Un aneurisma aórtico es una sección abultada en la pared de la aorta —el gran vaso sanguíneo que transporta sangre del corazón al cuerpo— que se ha estirado y se ha vuelto delgada. Cuando la pared del vaso sanguíneo se abulta, se vuelve más débil y es posible que estalle o se rompa, lo que causa sangrado.
La mayoría de los aneurismas aórticos están causados por una combinación de endurecimiento de las arterias (aterosclerosis), genética y envejecimiento. Pero un pequeño número está causado por inflamación. Estos se llaman aneurismas inflamatorios.
Un aneurisma inflamatorio puede causar complicaciones como fiebre, pérdida de peso y síntomas de una enfermedad crónica. Una respuesta inflamatoria masiva puede afectar partes que están cerca del aneurisma, incluyendo parte del intestino delgado, el uréter o las venas que llegan al riñón. Cualquiera de estas estructuras puede quedar obstruida por la inflamación.