Generalidades
Un diente puede descascarillarse o romperse de repente a causa de una lesión o dañarse poco a poco con el tiempo debido al desgaste por el uso. Es menos grave si el esmalte del diente se descascarilla, se agrieta o se rompe que si esto ocurre en una capa más profunda del diente. El diente puede descascarillarse como resultado de rechinar los dientes durante la noche. Un dentista puede recomendarle un tratamiento adecuado para usted.
Las roturas (fracturas), defectos o grietas que alcanzan las capas más profundas del diente y que implican la mayor parte de la corona de los dientes permanentes deben ser evaluados por un dentista. Las fracturas o grietas profundas pueden causar inflamación, infección o la muerte del diente. El centro del diente (pulpa) debe protegerse dentro de unas pocas horas de la lesión para aumentar las posibilidades de salvar el diente. Puede ser necesario el tratamiento de conductos radiculares o la reconstitución del diente. La reconstitución, como una corona, cubrirá el diente y lo mantendrá unido.
El sangrado es grave si se produce dentro de un diente permanente después de que el diente se haya roto. El tratamiento dental rápido frecuentemente puede evitar que el diente muera.
Un pedazo de diente o un aparato dental filosos, como un alambre de ortodoncia, pueden irritar la boca y, si se dejan en la boca cuando hay una herida, pueden retrasar la curación y provocar infección o formación de tejido cicatricial. Un aparato dental roto puede interferir en su capacidad para abrir y cerrar la boca o puede tragarse accidentalmente. Un dentista puede suavizar las asperezas del diente, reemplazar pedazos del diente o arreglar el aparato dental roto.