A medida que se acerca al tercer trimestre del embarazo, quizá experimente síntomas incómodos o molestos, como dolores, hinchazón en los pies y tobillos, pérdidas de orina y flujo vaginal. A continuación, encontrará algunos consejos para lidiar con estas molestias, así como también los signos más graves que deberá informar al equipo de atención.
Dolores y molestias
A medida que su bebé crece, es muy común sentir molestias en la parte baja de la espalda o en la cadera. También puede sentir un dolor o puntada en la parte baja de la pelvis, lo que se denomina dolor del ligamento redondo.
Para calmar esta molestia, pruebe cambiar la forma de caminar o usar una faja de embarazo que le dé más soporte al vientre. También puede hacer ejercicio moderado, en especial caminar y estirarse suavemente. Cambiar de posición lentamente y evitar movimientos rápidos y repetitivos también puede ser de ayuda. En caso de que lo crea necesario, puede tomar acetaminofén, un fármaco presente en analgésicos como el Tylenol.
A veces, las embarazadas pueden tener calambres en las piernas. Si es su caso, pruebe estirar las piernas y flexionar el tobillo, como si quisiera llevar los dedos de los pies hacia las espinillas, para aliviar el dolor.
Hinchazón en pies y tobillos
El exceso de líquido que hay en su cuerpo durante el embarazo puede generar hinchazón en los pies y tobillos, en especial, hacia el final del día.
Trate de aliviar la hinchazón elevando los pies mientras esté descansando. También podría ser útil dormir con los pies apenas más elevados que el nivel del corazón. Al descansar o dormir, pruebe colocar una manta o almohada debajo de las piernas.
Si bien debe evitar los diuréticos, puede seguir algunos pasos para minimizar la hinchazón. Mientras transcurra su embarazo, asegúrese de hacer lo siguiente:
- No coma alimentos muy salados, por ejemplo, las papas fritas, y evite agregar sal adicional a las comidas.
- No permanezca de pie durante períodos largos sin descansar.
- Beba mucha agua (al menos entre 8 y 10 vasos diarios).
- No use zapatos apretados.
- Haga caminatas cortas, en especial, si permanece sentada mucho tiempo.
- Use medias de compresión.
- Refresque los pies dentro de un balde de agua fría o colóquese bolsas de hielo.
Escapes de orina
Muchas embarazadas tienen pérdidas de orina cuando se ríen o tosen, sobre todo cuando el útero está más grande y ejerce mayor presión sobre la vejiga.
Si esto le preocupa, puede fortalecer los músculos del piso pélvico a través de los ejercicios de Kegel. Apriete los músculos que usa habitualmente para detener la orina. Luego, relaje lentamente dichos músculos. Puede practicar estos ejercicios de pie o sentada, pero no los haga cuando esté en el inodoro. Esto podría tensar los músculos pélvicos o evitar que la vejiga se vacíe por completo, lo que podría provocar infecciones del tracto urinario.
Es importante que no deje de tomar mucho líquido. Si limita la cantidad de líquido que toma, esto no detendrá las fugas y además podría provocar un parto prematuro.
Flujo vaginal
Es posible que note un aumento en el flujo vaginal durante el embarazo, lo que es completamente normal. Use agua tibia para limpiar la zona y, si lo desea, puede usar protectores diarios. No haga duchas ni lavados vaginales especiales. En caso de que el flujo provoque ardor o picazón, o tenga rastros de sangre o mal olor, comuníquese con el equipo de atención.
Cuándo debe comunicarse con el médico
Si bien la mayoría de estos problemas no son peligrosos, asegúrese de comunicarse con el equipo de atención de inmediato si tiene alguno de los siguientes síntomas:
- molestias y dolores que no se calman al tomar acetaminofén;
- dolor de cabeza intenso o cambios en la visión;
- necesidad de usar una toalla sanitaria para mantener la ropa interior seca, ya que podría ser un aviso de que se ha roto el saco amniótico, cuyos líquidos protegen al bebé.