A muchas personas les resulta difícil hacer actividad física de manera regular. Si tiene problemas para que el ejercicio forme parte de su rutina diaria, hágase estas preguntas:
- ¿Cuánta actividad física hago ahora?
- ¿Qué me impide aumentar la actividad física?
- ¿Qué cosas me ayudarán a comenzar?
Si nunca pensó en hacer más actividad física, probablemente no cambiará de idea de la noche a la mañana. Sin embargo, al tratar de descubrir qué se lo impide y pensar en posibles soluciones, tal vez vea que hacer actividad física de manera regular no es tan difícil como usted creía. Esto también puede ser importante para ayudarlo a manejar su diabetes.
A continuación, se indican algunos motivos que comúnmente representan dificultades para hacer actividad física regularmente. También se incluyen ideas que podrían ser útiles.
Lo que me impide hacer actividad física:
- Requiere mucho esfuerzo.
- No tengo tiempo.
- No me agrada.
- Suelo estar demasiado cansado.
- No tengo un lugar seguro para hacer actividad física.
- No tengo con quién hacer actividad física.
- No es conveniente que haga actividad física.
- Tengo miedo de lastimarme.
- Soy demasiado mayor para empezar a hacer actividad física.
- El clima es muy malo.
- La actividad física me aburre.
- Tengo demasiado sobrepeso.
Ideas que pueden ayudar:
- Elegiré algo que me guste mucho. No es verdad que sin sacrificio no hay beneficio.
- Haré una cita conmigo mismo para hacer actividad física y la anotaré en mi calendario. Si no puedo encontrar 30 minutos seguidos, reservaré varios bloques de 10 minutos a lo largo del día para empezar a moverme.
- No lo consideraré ejercicio físico. Buscaré alguna actividad que disfrute para ponerme en movimiento. Me gusta jugar a los bolos y puedo hacerlo con un grupo de amigos.
- Tendré presente que la actividad física me dará más energía y me hará sentir mejor. Al principio, solo haré 10 o 15 minutos. Luego agregaré tiempo poco a poco hasta hacer al menos 30 minutos la mayoría de los días.
- Puedo ir a un centro comercial y caminar solo o con algún amigo. O puedo averiguar qué programas ofrecen en las piscinas comunitarias o en los centros para adultos de mi zona.
- Puedo invitar a un vecino, un familiar o un amigo para que me acompañe. Tal vez ellos también estén buscando un compañero de ejercicio.
- Pensaré en algo que pueda hacer cerca de casa o del trabajo, como caminar o andar en bicicleta por el vecindario. También buscaré un video o un DVD de ejercicios para hacer en casa.
- No tengo que empezar con algo difícil. Caminar es agradable y seguro, y puedo hacerlo con un amigo.
- Puedo conseguir una banda deportiva para contar mis pasos.
- Puedo echar un vistazo a los programas de entrenamiento para adultos. Tendré la posibilidad de compartir la actividad física con otras personas de mi edad y hasta podría hacer nuevos amigos. Antes de empezar, hablaré con el médico sobre mis problemas de salud.
- Puedo echar un vistazo a los programas disponibles en los gimnasios o en los centros comunitarios de mi área. También puedo llamar al Departamento de Parques para averiguar qué tienen para ofrecer.
- Puedo escuchar música mientras me muevo. También puedo tratar de escuchar un audiolibro mientras uso la bicicleta fija.
- Una vez que empiece a moverme más, tal vez pierda peso. Si comienzo de a poco, con caminatas cortas, podré ir aumentando la actividad sin hacerme daño. Le preguntaré al médico qué otras opciones son seguras para mí.