Con un congelador bien abastecido, puede ser más fácil preparar la comida y alimentarse de manera saludable. El primer paso es aprender a congelar correctamente los alimentos (en inglés). Cuando se haya familiarizado con los conceptos básicos, podrá decidir qué quiere guardar en el congelador. Estos son algunos alimentos que puede tener en el congelador para preparar una comida rápida y saludable en un día ajetreado.
Frutas y verduras
Disfrute de distintos tipos de frutas durante todo el año, aunque estén fuera de temporada. Congele las últimas moras y arándanos azules del verano. Podrá incorporarlos a un licuado o agregarlos a un recipiente de avena cortada o remojada durante la noche (en inglés). Otra posibilidad es usar fruta para preparar un delicioso bocadillo helado (en inglés). También puede congelar plátanos: pélelos, envuélvalos individualmente en plástico y colóquelos en una bolsa para congelador bien sellada. Podrá agregarlos a su licuado matutino o usarlos como bocadillos energizantes (en inglés). Si prefiere congelar el plátano con la piel, no hay problema. Solo tendrá que descongelarlo un poco cuando lo saque.
Las verduras son otro alimento básico que es útil tener en el congelador. Los estudios demuestran que algunas, como el brócoli, conservan su valor nutritivo, aunque se congelen.* Puede llenar el congelador con todas las verduras que haya comprado de más en el mercado de frutas y verduras (en inglés). Pruebe con los ejotes, la col rizada o la coliflor.
Antes de congelarlos, lávelos y, en el caso de productos como la calabaza, córtelos en trozos para que sean más fáciles de cocinar cuando los descongele. Muchas verduras se blanquean antes de congelarlas. Solo debe verterlas en agua hirviendo durante algunos minutos y, luego, pasarlas a un recipiente de agua helada para interrumpir el proceso de cocción. Las verduras blanqueadas conservan el color, la textura y el sabor.
Algunos productos, como los chícharos (arvejas), las zanahorias y la espinaca, pueden perder parte de su valor nutritivo cuando se congelan. Y los que son muy húmedos, como los pepinos o los hongos, no quedan bien al descongelarse. Por eso es recomendable que incluya frutas y verduras frescas y congeladas en su dieta habitual.
Consejo: las verduras y las frutas se pueden pegar entre sí fácilmente cuando se congelan. Para evitarlo, córtelas en trozos y dispóngalas en una capa sobre una bandeja para horno. Introduzca la bandeja destapada en el congelador durante al menos una hora o hasta que la fruta se congele. Luego, ponga los trozos en un recipiente, como una bolsa para congelador, y asegúrese de cerrarlo herméticamente.
Salsas y sopas
La salsa de tomate, el chile casero y las sopas sustanciosas (en inglés) son excelentes para congelar. Las mejores salsas y sopas para congelar son aquellas que no tienen crema ni leche. Por lo tanto, si su receta necesita productos lácteos, agréguelos una vez que haya descongelado la sopa.
Y use bolsas para congelador reutilizables en vez de recipientes voluminosos. Puede apilarlas para guardarlas fácilmente. Solo recuerde dejar espacio en cada bolsa, porque los líquidos se expanden cuando se congelan.
Consejo: ¿está preparando una sopa de pollo con fideos? Los fideos se ponen pastosos cuando se descongelan. Por lo tanto, es recomendable agregarlos al recalentar la sopa.
Hierbas y frutos secos
Tal vez le sorprenda encontrar frutos secos en esta lista, pero hay un buen motivo para pasarlos de la despensa al congelador. Muchos frutos secos, como las nueces, contienen mucho aceite, lo que significa que pueden echarse a perder si los deja a temperatura ambiente. Al congelarlos, duran más y preservan su frescura. Además, son un excelente refrigerio, son saludables para el corazón y pueden darle un toque crocante a cualquier ensalada (en inglés).
Agregar hierbas frescas a un plato mejora el sabor. Si observa que las hierbas se echan a perder en la nevera antes de que las use, intente congelarlas. ¿Quiere congelar menta y tomillo? Use bandejas para hacer cubitos de hielo. Primero, enjuague y seque suavemente las hierbas. Luego, córtelas y colóquelas en una bandeja para cubitos de hielo, cúbralas con agua y guárdelas en el congelador. Cuando los cubos estén congelados, podrá sacarlos de la bandeja y ponerlos en una bolsa para congelador bien cerrada.
Consejo: cuando haga cubitos de hierbas congeladas, cúbralas con aceite de oliva en lugar de agua.
¿Busca otra opción sabrosa para guardar en el congelador?
Pruebe con la raíz de jengibre. Es parte de la planta de jengibre y a menudo se usa como un condimento para agregar un toque de sabor a preparaciones que van desde a href="https://about.kaiserpermanente.org/total-health/food-for-health/recipes/everyday-chickpea-curry">curris (en inglés) hasta licuados. Simplemente envuelva la raíz de jengibre en plástico (no es necesario pelarla) y guárdela en el congelador. Para usarla, quite la piel con un cuchillo de pelar afilado y luego agregue la cantidad que necesite con un acanalador de fruta o un rallador de queso. Si lo prefiere, puede pelarla primero y cortarla en trozos pequeños.
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