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Generalidades
El llanto permite que los demás sepan cuándo un niño pequeño tiene hambre, mojó el pañal o está cansado, tiene demasiado calor o demasiado frío, se siente solo o le duele algo. Si su hijo está llorando, intente identificar el tipo de llanto. Sirve de ayuda repasar una lista de verificación mental de qué es lo que podría estar mal —pero recuerde que es posible que su hijo esté molesto sin motivo— y asegurarse de que su hijo esté seguro y cuidado. A medida que los padres o los cuidadores responden a las otras señales del niño pequeño (como lloriqueos, expresiones faciales y contoneos), por lo general, el niño llorará menos.
Los padres y los cuidadores, con el tiempo, tienen más práctica en identificar el llanto del niño pequeño. Un niño pequeño tendrá, a menudo, distintos tipos de llanto.
Llanto relacionado con el desarrollo y la conducta normales
- Llantos de hambre. El llanto de hambre comienza con un lloriqueo que aumenta en volumen y duración. Cuando tiene hambre, su hijo acepta con ansias la alimentación y deja de llorar.
- Llantos de disgusto. El llanto de disgusto es fuerte y comienza repentinamente. Su hijo pequeño podría tener miedo, estar aburrido o sentirse solo. A medida que su hijo crece, el llanto de disgusto podría ser una reacción a factores como ruidos fuertes, frustración con la ropa o los juguetes, o miedo a los extraños.
- Llantos de dolor. El llanto de dolor comienza con un gemido agudo y enérgico seguido por un llanto fuerte. Estos llantos suenan muy irritantes y podrían hacerlo sentir ansioso. A menudo, un niño pequeño con dolor tendrá otras señales de dolor junto con el llanto. Comúnmente, el llanto de dolor podría ser causado por:
- Una vacuna reciente. Es posible que su hijo esté fastidioso, llore más de lo habitual y tenga fiebre después de recibir una vacuna, especialmente cuando se trata de inyecciones contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTaP, por sus siglas en inglés). Pero tendrá un buen aspecto incluso mientras continúa llorando.
- Dentición. Es posible que los síntomas de dentición comiencen alrededor de 3 o 5 días antes de que un diente atraviese la piel, aunque los síntomas pueden aparecer y desaparecer durante 1 o 2 meses. Los síntomas más comunes de dentición incluyen hinchazón, sensibilidad o molestia en las encías en el lugar donde está saliendo el diente, babeo, morderse los dedos o morder los juguetes, irritabilidad o dificultades para dormir. La dentición puede causar un leve aumento en la temperatura de su hijo. Pero si la temperatura es superior a 100.4 °F (38 °C), fíjese en síntomas que puedan estar relacionados con una infección o una enfermedad.
- . Un episodio de llanto que se produce cuando el niño está intentando evacuar las heces, normalmente se detendrá cuando estas se evacuen.
- Dermatitis del pañal. La piel irritada alrededor de los muslos, los genitales, las nalgas o el abdomen podría hacer que un niño llore de manera persistente, especialmente cuando su pañal está mojado o sucio.
- Cólicos. Todos los bebés lloran pero, a veces, un bebé llorará durante horas seguidas, sin importar lo que usted haga. Este tipo de llanto extremo en un bebé que tiene de 3 semanas a 3 meses de edad se llama cólico. Si bien es molesto para los padres y para los cuidadores, los cólicos son normales en los bebés. Los médicos, por lo general, diagnostican cólicos cuando un bebé saludable llora con más fuerza de lo esperado en un patrón de "3": más de 3 horas al día, al menos, 3 días a la semana durante al menos 3 semanas seguidas. Por lo general, el llanto es peor cuando los bebés tienen aproximadamente entre 6 y 8 semanas de edad y desaparece por sí solo entre las 8 y las 14 semanas de edad. Los médicos no están seguros de lo que causa el cólico. Puede estar relacionado con gas en el abdomen, con un sistema nervioso inmaduro o con el temperamento de su bebé.
- Retortijones abdominales por un exceso de alimentación o intolerancia a la leche. Comer en exceso o tragar demasiado aire durante la alimentación pueden causar retortijones abdominales, los que a su vez pueden hacer que un bebé llore. Es posible que el llanto también se produzca si su hijo es sensible a la proteína de la leche. El bebé a menudo escupirá parte del alimento y es posible que tenga heces flojas.
- Una enfermedad leve, como un resfriado o una gastroenteritis. El llanto relacionado con una enfermedad a menudo comienza repentinamente. En la mayoría de los casos, hay otras señales de enfermedad, como tener fiebre, verse enfermo y tener apetito reducido.
- Lesiones menores. Es probable que su hijo llore cuando tiene una lesión, como una pestaña dentro del ojo, una picadura de insecto, un alfiler del pañal abierto sobre la piel o un cabello enrollado alrededor de un dedo de la mano o del pie, o del pene.
- Llantos por estimulación o cansancio excesivos. El llanto puede ser la manera en que su hijo pequeño libera la tensión cuando hay demasiado ruido, movimiento o actividad en su entorno, o cuando está demasiado cansado.
Llanto relacionado con una enfermedad o lesión graves
En ocasiones poco frecuentes, es posible que el llanto indique una enfermedad o lesión graves. El llanto causado por una enfermedad o lesión graves, por lo general, es mucho más largo de lo normal y es posible que su bebé no actúe normalmente.
- Es posible que algunas enfermedades causen un llanto persistente. Estas incluyen infecciones comunes, como infecciones del oído (otitis media) o infecciones urinarias e infecciones menos frecuentes, como meningitis, encefalitis, o septicemia con deshidratación. Un llanto persistente en un recién nacido puede ser la primera señal de una enfermedad grave, como septicemia.
- Una lesión grave a causa de una caída, de una sacudida o por maltrato puede hacer que un niño llore por largo tiempo. Por lo general, hay otras señales de lesión, como hinchazón, moretones o sangrado.
Llanto y síndrome del niño sacudido
El llanto puede ser muy frustrante para un padre o para un cuidador. No se enoje con su hijo porque llora. Nunca sacuda ni haga daño a su hijo. Sacudir a un niño por enojo o al realizar juegos bruscos, como arrojarlo al aire, puede lesionar el cerebro. Se debe informar a su médico sobre el síndrome del niño sacudido. Si se da cuenta de que está perdiendo la paciencia o teme que podría lastimar a su hijo:
- Ponga a su hijo en un lugar seguro mientras usted se dirige a otra habitación, se relaja y se calma.
- Pida a alguien que lo ayude. Si no encuentra a nadie que lo reemplace y todavía se siente fuera de control, llame a su médico.
Llanto relacionado con afecciones médicas
Hay determinadas afecciones médicas que pueden hacer que un niño pequeño llore, como el reflujo gastroesofágico, la hernia inguinal o la invaginación intestinal.
Revise los síntomas de su hijo para decidir si su hijo debe consultar a un médico y cuándo debería hacerlo.
Revise sus síntomas
La evaluación médica de los síntomas se basa en las partes del cuerpo que usted tiene.
- Si es transgénero o de género no binario, seleccione el sexo que coincida con las partes del cuerpo (como los ovarios, los testículos, la próstata, las mamas, el pene o la vagina) que tenga ahora en la zona donde tenga los síntomas.
- Si sus síntomas no están relacionados con esos órganos, puede elegir el sexo con el que se identifique.
- Si tiene algunos órganos de ambos sexos, es posible que tenga que utilizar esta herramienta de triaje dos veces (una vez como "hombre" y otra vez como "mujer"). Esto es para asegurarse de que la herramienta haga las preguntas adecuadas para usted.
Muchos factores pueden afectar la forma en que el cuerpo responde a un síntoma y qué tipo de atención podría necesitar. Estos incluyen:
- Su edad. Los bebés y los adultos mayores tienden a enfermarse con más rapidez.
- Su estado de salud general. Si tiene una afección como diabetes, VIH, cáncer o enfermedad cardíaca, es posible que deba prestar especial atención a determinados síntomas y buscar atención antes.
- Los medicamentos que toma. Ciertos medicamentos, como los medicamentos que previenen la formación de coágulos de sangre (anticoagulantes), medicamentos que inhiben el sistema inmunitario como los esteroides o la quimioterapia, remedios herbarios o suplementos pueden provocar síntomas o empeorarlos.
- Hechos relacionados con la salud recientes, como una cirugía o una lesión. Estos tipos de hechos pueden causar síntomas más adelante o agravarlos.
- Sus hábitos de salud y su estilo de vida, como los hábitos alimentarios y de ejercicio, el hábito de fumar, el consumo de alcohol o de drogas, los antecedentes sexuales y los viajes.
Pruebe el tratamiento en el hogar
Usted respondió todas las preguntas. En función de sus respuestas, es posible que pueda resolver este problema en el hogar.
- Pruebe el tratamiento en el hogar para aliviar los síntomas.
- Llame a su médico si los síntomas empeoran o si tiene alguna inquietud (por ejemplo, si los síntomas no mejoran como debería esperar). Es posible que necesite atención antes.
Los síntomas de dificultad para respirar pueden ser de leves a graves. Por ejemplo:
- Podría sentir un poco de falta de aliento, pero aún puede hablar (dificultad para respirar leve), o podría sentir tanta falta de aliento que no puede hablar en absoluto (dificultad para respirar grave).
- Podría resultarle difícil respirar cuando realiza actividades (dificultad para respirar leve), o podría tener que hacer mucho esfuerzo para respirar incluso cuando está en reposo (dificultad para respirar grave).
Los síntomas de dificultad para respirar en un bebé o niño pequeño pueden extenderse de leves a graves. Por ejemplo:
- Es posible que el niño esté respirando un poco más rápido que lo habitual (dificultad para respirar leve) o que tenga tantos problemas que las fosas nasales se agrandan y el abdomen se mueve hacia adentro y hacia afuera con cada respiración (dificultad para respirar grave).
- El niño puede parecer tener un poco de falta de aliento, pero aún puede comer o hablar (dificultad para respirar leve) o es posible que esté respirando con tanta dificultad que no puede comer ni hablar (dificultad para respirar grave).
Problemas para respirar graves significa:
- El niño no puede comer ni hablar porque está respirando muy fuerte.
- Las fosas nasales del niño se agrandan, y el abdomen se mueve hacia adentro y hacia afuera con cada respiración.
- Parece que el niño se está agotando.
- El niño parece muy somnoliento o confundido.
Problemas para respirar moderados significa:
- El niño está respirando mucho más rápido de lo habitual.
- El niño debe tomarse descansos cuando come o cuando habla para poder respirar.
- Las fosas nasales se agrandan, o el estómago se mueve hacia adentro y hacia afuera en los momentos en que el niño respira.
Problemas para respirar leves significa:
- El niño está respirando un poco más rápido de lo habitual.
- Parece que el niño tiene un poco de falta de aliento, pero aún puede comer o hablar.
Un bebé que se encuentra extremadamente enfermo:
- Puede estar flojo y caído como un muñeco de trapo.
- Puede no responder en absoluto cuando lo alzan, lo tocan o le hablan.
- Puede ser difícil despertarlo.
Un bebé que se encuentra enfermo (pero no extremadamente enfermo):
- Puede tener más sueño de lo habitual.
- Puede no comer ni beber tanto como lo hace habitualmente.
Puede usar una pequeña pera de goma (que se llama pera de aspiración) para extraer mucosidad de la nariz o de la boca de su bebé cuando un resfriado o una alergia hacen que sea difícil para el bebé comer, dormir o respirar.
Para usar la pera:
- Coloque algunas gotas nasales de solución salina en cada lado de la nariz del bebé antes de comenzar.
- Coloque al bebé con la cabeza levemente inclinada hacia atrás.
- Apriete la base redonda de la pera.
- Introduzca suavemente la punta de la pera bien adentro de la nariz del bebé.
- Suelte la pera para extraer (succionar) mucosidad de la nariz.
No haga esto más de 5 o 6 veces al día. Hacerlo con demasiada frecuencia puede empeorar la congestión y también puede causar que el recubrimiento de la nariz se hinche o sangre.
Los cólicos son un tipo de llanto extremo en un bebé de 3 semanas a 3 meses de edad. Todos los bebés lloran, pero un bebé con cólicos llorará durante horas sin parar, sin importar lo que usted haga.
Durante un episodio de llanto, es posible que un bebé con cólicos llore fuerte y en forma ininterrumpida, y que sea difícil calmarlo. Es posible que el bebé se ponga colorado, apriete los puños y arquee la espalda o levante las piernas hacia el estómago.
El choque ("shock") es una afección potencialmente mortal que podría ocurrir rápidamente después de una enfermedad o lesión repentinas.
Los bebés y los niños pequeños a menudo tienen varios síntomas de choque. Estos incluyen:
- Desmayo (pérdida del conocimiento).
- Sentir mucho sueño o que resulte difícil despertarlos.
- No responder cuando los tocan o les hablan.
- Respirar mucho más rápido de lo habitual.
- Actuar confusos. Es posible que el niño no sepa dónde está.
Dolor en niños menores de 3 años
Puede ser difícil saber cuánto dolor siente un bebé o un niño pequeño.
- Dolor intenso (de 8 a 10): El dolor es tan fuerte que el bebé no puede dormir, no puede estar cómodo y llora constantemente sin importar lo que usted haga. Es posible que el bebé patee, cierre los puños o haga muecas.
- Dolor moderado (de 5 a 7): El bebé está muy molesto, se aferra mucho a usted y podría tener problemas para dormir, pero responde cuando usted intenta calmarlo.
- Dolor leve (de 1 a 4): El bebé está un poco molesto y se aferra un poco a usted, pero responde cuando usted intenta calmarlo.
Dolor en niños de 3 años y mayores
- Dolor intenso (de 8 a 10): El dolor es tan fuerte que el niño no puede soportarlo por más de algunas horas, no puede dormir y no puede hacer nada más excepto concentrarse en el dolor. Nadie puede tolerar un dolor intenso durante más de algunas horas.
- Dolor moderado (de 5 a 7): El dolor es lo suficientemente fuerte como para perturbar las actividades normales y el sueño del niño, pero el niño puede tolerarlo durante horas o días.
- Dolor leve (de 1 a 4): El niño nota el dolor y podría quejarse de eso, pero no es lo suficientemente intenso como para perturbarle el sueño o las actividades.
Busque atención hoy
En función de sus respuestas, es posible que usted necesite recibir atención pronto. Probablemente, el problema no mejore si no recibe atención médica.
- Llame a su médico hoy para analizar los síntomas y para coordinar la atención.
- Si no puede comunicarse con su médico o no tiene uno, busque atención hoy.
- Si sucede por la noche, preste atención a los síntomas y busque atención por la mañana.
- Si los síntomas empeoran, busque atención antes.
Busque atención ahora
En función de sus respuestas, es posible que usted necesite recibir atención de inmediato. Es probable que el problema empeore si no recibe atención médica.
- Llame a su médico ahora para analizar los síntomas y para coordinar la atención.
- Si no puede comunicarse con su médico o no tiene uno, busque atención en la siguiente hora.
- No necesita llamar a una ambulancia, a menos que:
- No pueda viajar en forma segura conduciendo usted mismo o pidiéndole a alguien que le lleve.
- Esté en un área en la que haya mucho tránsito u otros problemas que podrían retrasarle.
Llame al 911 ahora
En función de sus respuestas, usted necesita atención de urgencia.
Llame ahora al 911 o a otros servicios de emergencia.
A veces, las personas no quieren llamar al 911. Podrían creer que sus síntomas no son graves o que simplemente pueden pedirle transporte a otra persona. O podría preocuparles el costo. Pero, en función de sus respuestas, la manera más rápida y segura de obtener la atención que necesita es llamar al 911 para solicitar transporte médico al hospital.
Programe una cita
En función de sus respuestas, es posible que el problema no mejore si no recibe atención médica.
- Programe una cita para consultar a su médico en las próximas 1 a 2 semanas.
- Si corresponde, pruebe el tratamiento en el hogar mientras espera la cita.
- Si los síntomas empeoran o si tiene alguna inquietud, llame a su médico. Es posible que necesite atención antes.
Tratamiento en el hogar
El llanto es una parte normal de la vida de su hijo. Permanezca tan calmo como sea posible durante los episodios de llanto. Hay muchas maneras diferentes de abordar el llanto de su hijo y, con el tiempo, entenderá las necesidades de su hijo y sabrá cómo cuidarlo.
Podría servir de ayuda llevar un registro del llanto de su hijo para ver si hay un patrón del que usted pueda hablar con el médico de su hijo.
Lista de verificación de los motivos comunes por los que un niño llora
Use esta lista de verificación para ayudarse a averiguar el motivo del llanto de su hijo y a adoptar medidas para eliminar la causa del llanto. Recuerde que el llanto podría ser normal en su hijo. Pregúntese si su hijo:
- Tiene hambre. ¿Necesita eructar? ¿Necesita chupar (un dedo, un chupete, el biberón o el seno)?
- Necesita que le cambien el pañal.
- Necesita que lo muevan a una posición más cómoda.
- Tiene miedo, está aburrido o se siente solo.
- Tiene demasiado calor (su piel está caliente al tacto) o demasiado frío. Los niños pequeños, por lo general, tienen manos y pies fríos. Cuando tienen frío, sus manos y pies estarán más fríos de lo habitual. Si piensa que su hijo podría tener frío, revísele los brazos, los muslos o la nuca para ver si la piel está fría al tacto.
- Siente dolor porque algo le está pellizcando o pinchando la piel.
- Tiene un exceso de estímulos. El llanto puede ser la manera en que un niño pequeño libera la tensión cuando hay demasiado ruido, movimiento o actividad en su entorno o cuando está demasiado cansado.
- Se siente incómodo por la dentición. Los niños pequeños a quienes les están saliendo los dientes pueden estar irritables y llorar más de lo habitual porque sus encías están hinchadas y doloridas. Los niños a quienes les están saliendo los dientes babean más de lo habitual y es posible que intenten frotarse las encías con juguetes o con los dedos.
- Le aplicaron una vacuna recientemente. Si piensa que su hijo está molesto por una vacuna reciente, el o el pueden servir de ayuda. No le dé aspirina a ninguna persona de menos de 20 años de edad.
Enfermedad o lesión que puede causar el llanto de un niño
Es posible que a los niños pequeños se les ponga la cara roja o morada cuando lloran. Es posible que un niño enfermo tenga la piel pálida, azul o con manchas azuladas (manchada) y que esté indiferente, inusualmente somnoliento o irritable. Es posible que el llanto de un niño enfermo sea débil y no tenga fuerza o (en raros casos) que sea agudo y penetrante. Si cree que es posible que su hijo esté enfermo o lastimado:
- Revise si tiene fiebre. Para obtener información sobre cómo tomar la temperatura, vea el tema Temperatura corporal.
- Busque otras señales de enfermedad, como el llanto durante la sesión de alimentación, vómitos o diarrea.
- Revise si tiene otras señales de dolor.
- ¿Su hijo tiene cólicos? Podría convenirle limitar la cantidad de visitas y la actividad en las ocasiones en las que esté más fastidioso.
- ¿Hay algo que le esté causando dolor a su hijo, como algún alfiler abierto que le pinche la piel, un punto rojo que podría ser la picadura de un insecto o la presencia de un cabello enrollado alrededor de un dedo de la mano o del pie o del pene?
- ¿Tiene su hijo dolor en la zona inguinal? Revísele la zona inguinal (y el escroto si es niño) en busca de un bulto que podría ser una hernia inguinal.
- ¿Tiene su hijo pequeño el escroto hinchado o sensible (torsión testicular)? La torsión testicular puede causar un dolor intenso.
- ¿Se cayó su hijo solo o lo dejaron caer? Desvista a su hijo y busque hinchazón, moretones o sangrado.
Medidas para reconfortar a su hijo
Si no encuentra una razón para el llanto de su hijo, pruebe técnicas de consuelo, como acunar a su bebé en sus brazos, amamantarlo u ofrecerle un chupete después de que el amamantamiento esté yendo bien (generalmente después de 3 o 4 semanas). Si su hijo sigue llorando después de haber probado con tratamiento en el hogar, colóquelo en un lugar seguro y tranquilo y déjelo solo por entre 10 y 15 minutos. A veces, los niños pueden relajarse y calmarse solos. Asegúrese de permanecer cerca.
Hable con el médico de su hijo antes de darle a su hijo cualquier medicamento sin receta o remedios herbarios como una medida para reconfortarlo. No se recomiendan productos que tienen alcohol o azúcar.
No se enoje con su hijo porque llora. Nunca sacuda ni cause daño a su hijo. Sacudir a un niño por enojo o al realizar juegos bruscos, como arrojar el bebé al aire y luego atraparlo, puede causar el síndrome del niño sacudido. Si se da cuenta de que está perdiendo la paciencia o teme que podría lastimar a su hijo:
- Ponga a su hijo en un lugar seguro mientras usted se dirige a otra habitación, se relaja y se calma.
- Pida a alguien que lo ayude. Si no encuentra a nadie que lo reemplace y todavía se siente fuera de control, llame a su médico.
Síntomas a los que debe prestar atención durante el tratamiento en el hogar
Llame a su médico si cualquiera de las siguientes cosas ocurre durante el tratamiento en el hogar:
- Se producen cambios en el nivel de conciencia.
- Su hijo no está actuando con normalidad y llora de una manera inusual.
- El llanto continúa por más de 30 minutos y el niño parece tener dolor.
- El llanto continúa por más de 30 minutos después de una lesión.
- Los síntomas se agravan o se vuelven más frecuentes.
Prevención
Los siguientes consejos podrían ayudarlo a cuidar a su hijo y disminuir la cantidad de tiempo que llora.
Consejos generales
- Reconozca y responda al llanto de su hijo y las demás señales (lloriqueos, contoneos y expresiones faciales). Que no le preocupe malcriar a su hijo. Los niños pequeños lloran por algún motivo y no están intentado manipular a sus padres o a sus cuidadores. Es más difícil descubrir la causa del llanto y lleva más tiempo tranquilizar a su hijo cuando ha estado llorando durante largo tiempo. Los bebés de menos de 6 meses usan el llanto como forma de comunicarse. A medida que un niño pequeño aprende otras formas de comunicarse, es posible que use el llanto para llamar la atención. Si piensa que el llanto de su hijo está relacionado con problemas de conducta, hay muchos libros y clases sobre la crianza de los hijos que ofrecen sugerencias para modificar la conducta en estas situaciones.
- Mantenga una rutina regular para las comidas, siestas y horarios de juego de su hijo. Esto evitará que su hijo se .
- Cargue a su hijo en brazos o en una mochila portabebés suave para que su hijo esté cerca de su pecho. Hay estudios que han demostrado que los niños pequeños a los que se carga durante alrededor de 3 horas cada día lloran mucho menos que aquellos a quienes se carga menos tiempo. Al cargarlo, le da a su hijo el placer de la proximidad física y es posible que lo ayude a usted a estar más a tono con las necesidades del niño.
Consejos sobre alimentación
- Si amamanta a su hijo, preste atención a cómo su propia dieta afecta la conducta de su hijo. Por ejemplo, ¿su hijo tiene gases o llora más después de que usted comió determinados alimentos? Los medicamentos que usted toma pueden pasar a su hijo a través de la leche materna y afectarlo. Si usted fuma cigarrillos o masca tabaco, la nicotina puede pasar a la leche materna y podría poner a su hijo fastidioso o irritable.
- Asegúrese de que su hijo reciba lo suficiente para comer pero no le dé de comer de más. Asegúrese de que la abertura del biberón no sea demasiado grande ni demasiado pequeña.
- Si su bebé traga muy rápidamente durante su alimentación por biberón, es posible que el agujero de la tetina sea demasiado grande, lo cual hace que su bebé trague aire cuando chupa.
- Si ve que su bebé hace esfuerzos para alimentarse con el biberón, es posible que el agujero de la tetina sea demasiado pequeño, lo cual hace que trague aire cuando chupa. Cuando un bebé se esfuerza para recibir alimento, es posible que se sienta frustrado e, incluso, que deje de comer antes de estar satisfecho.
- Haga eructar a su hijo a menudo cuando le da de comer. Añadir alimentos sólidos a la dieta de su bebé a una edad temprana (a menos que su médico le haya dicho que lo haga) puede causar problemas. Los alimentos sólidos son más difíciles de digerir para un niño pequeño y podrían causar una intolerancia alimentaria. Esto podría llevarlo a pensar que su bebé tiene una alergia alimentaria cuando no la tiene. Usted podría evitar algunas intolerancias alimentarias si espera para añadir alimentos sólidos hasta que su bebé tenga 6 meses de edad.
- Asegúrese de que su hijo tenga sus necesidades de succión satisfechas. Succionar puede ayudar a un niño a aliviar estrés sin llorar. Algunos niños pequeños necesitan succionar hasta 2 horas al día. Si las sesiones de alimentación no satisfacen la succión lo suficiente, use un chupete. Si usted amamanta a su bebé, los especialistas recomiendan esperar 3 o 4 semanas después del nacimiento hasta que el amamantamiento esté yendo bien antes de ofrecer un chupete.
- Si piensa que es posible que la leche de fórmula sea el problema, hable con el médico de su hijo antes de cambiar de leche de fórmula o de marca.
Consejos de seguridad
- No deje a su hijo sin supervisión en un lugar donde es posible que se lesione, como sobre una mesa para cambiar pañales, en una silla alta o en una cuna con la baranda lateral bajada.
- Mantenga el humo de tabaco fuera de la casa y lejos de su bebé. Incluso el humo de tabaco ambiental puede hacer que su hijo se ponga fastidioso. El humo de tabaco ambiental aumenta el riesgo de un niño de tener problemas respiratorios en comparación con niños pequeños que no están expuestos.
- Trate de mantener la calma. Los niños pequeños son muy sensibles a la frustración y a la fatiga de sus padres. Intente dormir cada vez que su hijo lo hace, incluso durante el día, así tendrá más energía para esos momentos en los que su hijo esté fastidioso. Tome algunos descansos del cuidado de su hijo. Pida a un amigo o vecino que cuide al niño alguna noche mientras usted disfruta de un poco de tiempo libre.
- ¡Nunca sacuda a su bebé! Coloque a su bebé en un lugar seguro mientras usted se va a otra habitación para relajarse y calmarse. O pídale a alguien que le ayude.
Consulte con su médico con respecto a darle a su hijo antes de ponerle vacunas. Algunos médicos lo recomiendan para disminuir la molestia después de una inyección.
Cómo prepararse para su cita
A fin de prepararse para su cita, vea el tema Cómo aprovechar al máximo su cita.
Usted puede ayudar a su médico a diagnosticar y a tratar la afección de su hijo preparándose para responder las siguientes preguntas:
- ¿Ha estado su hijo alimentándose y chupando con normalidad? ¿Ha cambiado usted recientemente de leche de fórmula o ha agregado nuevos alimentos? ¿Tiene su hijo alguna alergia conocida a los alimentos o existen antecedentes familiares de alergia a los alimentos? ¿Ha estado vomitando su hijo? Si es así, ¿con qué frecuencia, cuánto hace que viene sucediendo y de qué color es el vómito?
- ¿Con qué frecuencia evacua su hijo el intestino? ¿Las heces son duras o blandas? ¿Ha habido sangre en las heces?
- ¿Ha recibido su hijo alguna vacuna recientemente?
- ¿Ha tenido su hijo alguna enfermedad o alguna lesión recientes?
- ¿Se produjo repentinamente el llanto, especialmente en un niño que normalmente no llora mucho?
- ¿Llora de esta manera su hijo todos los días a cierta hora del día?
- ¿Cuánto hace que su hijo llora? ¿Cómo suena el llanto (doloroso o agudo)? ¿Ha cambiado o ha sido continuo?
- ¿Qué cree que está causando el llanto continuo de su hijo?
- ¿Tiene su hijo algún síntoma que indique un problema, como una infección del oído? ¿Tiene fiebre su hijo?
- ¿Tiene su hijo alguna señal de un problema médico, como un bulto en la ingle, o tiene su hijo pequeño el escroto hinchado?
- ¿Cómo los afecta a usted y a su familia el llanto de su hijo? ¿Se siente usted fuera de control y teme que podría lastimar a su hijo?
- ¿Qué técnicas de consuelo ha intentado poner en práctica para tranquilizar a su hijo?
- ¿Qué medicamento le ha dado a su hijo?
- ¿Tiene su hijo tiene algún riesgo de salud?
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Créditos
Revisado: 24 octubre, 2024
Autor: El personal de Ignite Healthwise, LLC
Comité de revisión clínica
Todo el material educativo de Healthwise es revisada por un equipo que incluye médicos, enfermeras, profesionales sanitarios avanzados, dietistas registrados y otros profesionales de atención médica.
Revisado: 24 octubre, 2024
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