Legionelosis neumófila y fiebre de Pontiac

Conceptos básicos de la afección

¿Qué son la legionelosis neumófila y la fiebre de Pontiac?

La legionelosis neumófila es un tipo de neumonía. Es causada por una bacteria llamada Legionella pneumophila. La bacteria recibió su nombre en 1976, cuando un grupo de personas que asistían a una convención de la Legión Americana se infectaron. Aunque estaba presente antes de 1976, la legionelosis neumófila se diagnostica ahora con más frecuencia, ya que los médicos buscan la bacteria Legionella en las personas que tienen neumonía. Puede contraer la legionelosis neumófila en cualquier época del año, pero generalmente se encuentran más casos en el verano y a principios del otoño. Si bien la legionelosis neumófila puede ser muy grave, la mayoría de los casos se pueden tratar con éxito.

La bacteria Legionella pneumophila también puede causar una afección menos grave, similar a la gripe, conocida como fiebre de Pontiac.

¿Cómo se transmiten?

Por lo general, las personas contraen legionelosis neumófila y fiebre de Pontiac cuando inhalan una neblina o vapor (pequeñas gotas de agua en el aire) que contiene las bacterias. Un ejemplo podría ser respirar el vapor de una bañera de hidromasaje que no se ha limpiado y desinfectado adecuadamente. Otras causas incluyen fuentes y reservas de agua en hoteles, cruceros, residencias de ancianos y hospitales.

Estas enfermedades no son contagiosas. Las bacterias no se propagan de una persona a otra. Puede contraer las enfermedades de nuevo si se expone otra vez a las bacterias.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas más comunes de la legionelosis neumófila incluyen:

• Tos.
• Fiebre alta.
• Escalofríos.

Los síntomas menos comunes van desde dolores musculares y dolores de cabeza hasta dolor abdominal, dificultad para respirar y dolor de pecho.

Los síntomas de la legionelosis neumófila suelen aparecer de 2 días a 2 semanas después de que una persona se exponga a la bacteria. Los síntomas pueden variar de leves a graves.

Los síntomas de la fiebre de Pontiac incluyen fiebre y dolores musculares. Los síntomas generalmente aparecen de 1 a 2 días después de que una persona se exponga a la bacteria. Por lo general, desaparecen sin tratamiento en unos pocos días.

¿Cómo se diagnostican?

El médico puede diagnosticar tanto la legionelosis neumófila como la fiebre de Pontiac preguntándole sobre sus antecedentes de salud y haciendo un examen físico. Si el médico piensa que tiene legionelosis neumófila, el médico le preguntará sobre sus condiciones laborales, si ha estado expuesto a cualquier causa posible como fuentes o bañeras de hidromasaje, y si ha viajado en las dos últimas semanas. El médico también hará pruebas. Las pruebas pueden incluir una radiografía de tórax, un análisis de sangre, un análisis de orina o la observación de la mucosidad de los pulmones.

¿Cómo se tratan la legionelosis neumófila y la fiebre de Pontiac?

La mayoría de los casos de legionelosis neumófila se pueden tratar con éxito con antibióticos. El tratamiento generalmente dura al menos 5 días.

La fiebre tiende a mejorar o desaparecer en los primeros días. La tos puede tardar más en desaparecer. Pero, en general, debería empezar a sentirse mejor en los primeros días de tratamiento. La recuperación completa puede durar de 2 a 4 meses.

La fiebre de Pontiac desaparecerá sin tratamiento. Para reducir la fiebre y los dolores musculares, beba mucho líquido y considere la posibilidad de tomar analgésicos de venta libre como el acetaminofén (Tylenol, por ejemplo) o los antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Los AINE incluyen ibuprofeno (como Advil y Motrin), naproxeno (como Aleve) y aspirina. No le dé aspirina a nadie menor de 20 años debido al riesgo de síndrome de Reye. Sea prudente con los medicamentos. Lea y siga todas las indicaciones de la etiqueta.

¿Qué debería hacer si cree que estuvo expuesto a las bacterias?

La mayoría de las personas que están expuestas a la bacteria no se enferman. Pero si cree que ha estado expuesto, hable con el médico o con el departamento de salud local. Asegúrese de decirles dónde cree que estuvo expuesto y si ha viajado en las últimas dos semanas. Esta información les ayudará a diagnosticar y tratar correctamente la enfermedad, a localizar el origen de la bacteria y a evitar que otros se expongan a ella.